Capítulo 12:
—Entonces ayer estaba...¿Alice? ¿Me estás escuchando?
Alice se sobresaltó. Parpadeó varias veces y trató de enfocar el espacio a su alrededor: estaba parada en una de las aceras principales de la calle Kensigton. Lo sabía por los numerosos establecimientos de alta gama y las miradas superficiales de los transeúntes que solían concurrir por ella. Pero eso era imposible; hacía unos instantes había esperado su final, había mirado a la muerte a los ojos.
Sin embargo, ahí estaba, inhalando el aire moderno de la ciudad en la que había nacido, vestida con el uniforme escolar, junto a su amiga Helena. Los ojos le picaban, sentía como si acabara de despertar de una larga siesta.
Probablemente fuese eso; un sueño, lo que sea que hubiese soñado durante la clase de Literatura Clásica. Sí, eso debía ser.
—¿Y bien?—Helena se dirigía a ella con el ceño fruncido, esperando una respuesta que justificase su falta de atención.
—Oh, sí, lo siento. Estaba...pensando, ¿qué me decías?— su amiga suspiró negando con un grácil gesto de la cabeza, impulsando sus tirabuzones pelirrojos con ella. Alice se preguntaba cómo es que podía parecer una delicada muñeca en todo momento. Su brazo derecho le envió una punzada.
—Ayer, después de la clase de equitación, escuché a Jeffrey y a Nathan— «Jeffrey...¿de qué me suena ese nombre?» —hablando sobre el asesinato de una chica a manos de dos de sus compañeras de clase que aseguraban haber cometido el homicidio bajo las órdenes de un tal Slenderman. Me parece increíble cómo...¿Alice? ¿Te encuentras bien?
Alice se había detenido en medio de la calle con los ojos abiertos como platos, sin pestañear siquiera. Helena le tocó el hombro con su mano enguantada, pero no reaccionó de inmediato.
Always watching. No eyes.
—¡Alice!— ahogó un grito. Su amiga la estaba sacudiendo por los hombros, algo impropio de la educada Helena, pero sus ojos verdes reflejaban preocupación— ¿Pero se puede saber qué te pasa? Me has obligado a gritarte para que salieras de ese lapsus, o lo que sea en lo que estuvieses. Las señoritas no hacemos eso, Alice; nunca. Ya lo sabes.
—T-tienes razón. Yo...Perdóname. Es el estrés, sí... Por favor, continúa.
—No importa. Ya hemos llegado a mi casa.
La cabeza le había empezado a doler, como si algo dentro de su cráneo intentara salir. No deseaba más miradas reprobatorias de Helena, por tanto mantuvo sus labios sellados mientras ingresaba en la casa tras los pasos de la pelirroja.
Cruzaron el amplio vestíbulo y una vieja criada que limpiaba los jarrones las saludó sonriente. Quizás demasiado sonriente, forzado, estirando sus músculos faciales al máximo cuánto más se alejaban. El dolor de cabeza aumentó. Algo no estaba bien.
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La Juguetería 〚Laughing Jack〛
Fanfichαlf α pσund σf tuppєnnч rícє hαlf α pσund σf trєαclє, thαt's thє wαч thє mσnєч gσєs pσp gσєs thє wєαsєl! Alice había cometido muchos errores en su vida, sí, pero el más terrible y magnífico de ellos, se consumó una vez cruzó el umbral de aquella...