Primer Encuentro

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Los chicos habían subido a sus habitaciones a realizar sus respectivas labores.
Nathalie se encontraba en el despacho de su jefe, trabajando en su escritorio, realizando un reporte de las ventas de la marca en ese mes. En eso entra aquel hombre platinado de golpe, provocando que esta salte del susto. El diseñador se dirigía lentamente hacia aquella mujer hasta quedar frente a ella.

Este parpadeó lentamente y soltó un profundo suspiro.
"Creo que estoy listo... Hoy es el día, Nathalie. Si fallo en esto, no se qué será de mi... No soporto un día más sin Emilie..." su voz estaba quebrada y llena de melancolía. Sólo se mostraba así de vulnerable con su asistente, era la única en la que confiaba plenamente hoy en día.

Esta se levanta de su asiento y también suspira lentamente, luego esbozando una sonrisa cansada.
"Ya verá que logrará su sueño. La señora Emilie regresará con nosotros. Creo en usted, esas joyas no deben de estar muy lejos. Tendrá éxito..." comentó la azabache calmando los nervios del hombre.

"Gracias, Nathalie..." dijo este antes de desparecer hacia una guarida subterránea, ahí llevaría a cambio su plan.
Él no quería dañar a nadie, pero estaba quedándose sin opciones para traer de vuelta a su adorada esposa.
Él llegó hacia aquella fría y oscura guarida, llena de numerosas mariposas blancas. Colocó aquel broche en su pecho y salió desprendido de él una luz púrpura que tomó forma de una pequeña criatura.

"¿Estás listo, Nooroo?" preguntó este fríamente, el ventanal frente a él abriéndose, dando una vista a toda la ciudad de París.

La pequeña criatura tembló de miedo, su portador no solía ser así.
"Pero maestro, los miraculous no deben de ser usados para propósitos malvados..."

El hombre pisoteó fuerte el piso con un pie, causando al pequeño kwami asustarse más.
"¡Quiero el poder absoluto!, ¡lo conseguiré, y así Emilie regresará a nuestras vidas!"

"Como diga, maestro..." suspiró derrotado el pequeño kwami.

"Nooroo... ¡Alas oscuras, elévense!"

Una luz rodeó a Gabriel y este se transformó en aquel futuro villano de París, que aterrorizará a la ciudad por los siguientes meses... O años...
Era, Hawk Moth...

Nathalie se encontraba continuando con su trabajo, pero de pronto le entró la curiosidad sobre qué estaría pasando ahí abajo con su jefe.
Luego, le llegó automáticamente el recuerdo de la vez que fue contratada por aquel diseñador... Obviamente no era la primera vez que se conocían, pero predominó más ese recuerdo...

*Flashback*

"Adelante..." se escucho una voz masculina del otro lado de la puerta.

Nathalie temblaba. Soltó un suspiro para tranquilizarse y entró a aquel despacho.
Ella vestía un vestido ejecutivo morado a la rodilla, acompañado de un saco y tacones negros. Una coleta alta de caballo adornaba su cabeza, dejando suelto su mechón teñido para lucirlo más. Esta llevaba en sus manos su currículum en un portafolio y demás papelería personal.

Esta caminó hasta llegar en frente de aquel escritorio. El diseñador se encontraba sentado, una mujer rubia se encontraba de pie a su derecha, con un tierno bebé en sus brazos descansando.

"Buenos días, señores Agreste" saludó esta de manera cortés.

"Siéntese" dijo el hombre seriamente. La rubia le sonrió a la azabache, esta le transmitió tranquilidad a la de anteojos.

De pronto, el pequeño bebé empezó a llorar.
"Amor, creo que llevaré a Adrien a su habitación, necesita descansar en un lugar más cómodo que mis brazos"

Uniendo a Nuestros Padres [GABENATH] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora