Oh no...

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Nathalie se encontraba sentada en su escritorio, ya con sus ropas de trabajo puestas de nuevo, sus ojos estaban hinchados y húmedos de tanto llorar, se sentía terrible. Sostenía en una mano sus anteojos y la otra estaba apoyada en su frente, el brazo recargado en el escritorio blanco. No podía creer lo que hace unos minutos vivió, su piel aún temblaba.

*Flashback*

Gabriel besaba a su asistente con pasión, ambos muy llevados en el momento. Habían despertado un deseo oculto por el otro en ese instante que no sabían que necesitarían con desesperación en sus vidas.

Nathalie, a pesar de su condición de salud, se sentía llena de vida, con ganas de vivir al máximo y amar con fuerza al hombre que estaba encima de ella.

Pero luego recordó quién era ese hombre del que estaba dispuesta a amar con locura. Gabriel Agreste, su jefe, un hombre...casado...

Los ojos de la azabache se abrieron con sorpresa al recordar todo eso. La razón por la cual estaba ayudando a su jefe, el propósito de este al conseguir los miraculous, lo que sucedería al traer de nuevo a Emilie, su esposa...
Nathalie empujó a Gabriel lejos de ella, este cayendo a su izquierda. Esta se levantó con toda velocidad y lo miró, caminando lentamente hacia atrás, dirigiéndose a la salida.
"Ay no... No, no, no. Esto es un error. Todo esto es mi culpa... Lo lamento tanto, señor..." esa última oración sonó muy quebrada y casi audible, pero aún así el contrario logró escucharla. Nathalie salió corriendo y se encerró en el baño de su habitación, abrió la regadera y se dio una ducha, llorando destrozada bajo el agua.
"¡Estúpidos sentimientos!, ¿¡Por qué?!,  ¿¡Por qué de él?!"

Gabriel en ese momento se sintió algo extraño, pero a los segundos de que la mujer abandonara esa habitación, fue cuando le entró un golpe de culpa. No podía hacerle esto a Nathalie, sentía que se estaba aprovechando de ella. ¿Acaso cometió una infidelidad a Emilie? Emilie... Tampoco debía hacerle esto a su esposa. Ninguna de las dos  mujeres merecía eso. Se sentía tan culpable, tan terrible... Sentía una punzada en su corazón, pero no sabía si era por Emilie o por Nathalie.
Gabriel había entrado en un conflicto con él mismo.

Se llenó de ira, tristeza y algo de arrepentimiento. Necesitaba desquitarse con algo, y pronto...

Fue entonces que sintió una emoción negativa muy fuerte. Era justo lo que necesitaba para desahogar toda esa ola de sentimientos.

Gabriel se puso de pie, y con un semblante de lo mas frío se dirigió a su despacho, al cuadro de su esposa para ser más exacto. Presionó los botones camuflajeados en el cuadro y el platinado descendió hacia aquella fría y oscura guarida.

Al parecer la víctima del día era un rockero de pelos teñidos de azul. Gabriel, ya transformado en Hawk Moth, tomó una mariposa y la cargó con energía negativa y la mandó a volar.

El akuma voló hasta el chico y se fusionó en la máscara que llevaba en su mano. El chico fue transformado en El Silenciador, este podía robar las voces de sus víctimas y utilizarlas a su antojo, dejando mudas a estas.

Los héroes no tardarían en llegar y caer en la trampa del villano, listos para fallar, si hoy era el día esperado de la victoria de Hawk Moth.

Nathalie ya vestida, entró con toda la vergüenza al despacho del diseñador, debía continuar con sus labores le gustara o no. Pero se sorprendió que el platinado no se encontrara ahí. No había escuchado nada en toda la casa. Eso sólo quería significar una cosa...

Pero Nathalie no quiso confirmarlo y se desprendió sobre su escritorio, llorando una vez más desconsoladamente.

*Fin del flashback*

Nathalie había dejado de llorar, aprovechó la situación de que estaría sola por un par de minutos, u horas tal vez, y sacó de un cajón en su escritorio, un nuevo cigarrillo y su encendedor.

La azabache tomó el cigarro entre sus dedos y lo colocó en sus voluminosos labios, que anteriormente fueron besados por aquel hombre que amaba, pero resultaba ser imposible. Prendió el encendedor y quemó la colilla de este. Nathalie aspiró lentamente el cigarro, llenando su boca de humo. Segundos después expulsó el humo tan lento que, a pesar de que era muy malo fumar para su salud, se veía sexy haciéndolo, aunque su maquillaje estuviera corrido y lágrimas aún estaban presentes en sus mejillas. Lucía como toda una hot mess.

Nathalie degustaba de manera amargada su cigarro encendiendo su computadora, observando en sus notificaciones alertas de akuma y noticias sobre el nuevo villano.

"El Silenciador, qué original..." bufo esta, llevando aquel objeto de nuevo a su boca. Entonces apareció esa pequeña amiga azulada a la altura del hombro de la asistente.

"¿Pero qué crees que estás haciendo? ¡Eso simplemente no ayudará a que te recuperes! Deberías tirarlo..." regañó la kwami a su portadora.

"Solía hacerlo en momentos de frustración hace años. Hoy que volví a sentir ese sentimiento similar, no pude evitarlo y volví a caer en este hábito. No te preocupes Duusu, lo apagaré si eso te pone más tranquila..." la mujer sacó un cenicero del mismo cajón y lo colocó en el escritorio, apagando ahí el cigarro.

"El señor Gabriel ha de estar furioso. Ambas sabemos que los héroes serán exitosos y lo vencerán, frustrándolo aún más. Debería hacer algo, señorita Nathalie. Intente hablar con él y aclarar las cosas..." sugirió con tranquilidad la kwami.

"No lo sé, Duusu... No sé si sea prudente hacerlo y... Espera, ¿cómo sabes de lo que pasó entre Gabriel y yo? Tú y Nooroo no estaban presentes, ¿o si?" algo de miedo y vergüenza se apoderó del ser de la asistente.

"No, nosotros estuvimos siempre aquí. Es sólo que nosotros los kwamis somos muy sabios y poderosos, y dedujimos con facilidad la situación de los dos. Pero ahora anda, no me gusta que se aprovechen de esa manera de Nooroo. Es mi único compañero aquí, y no me gusta verlo así..." Duusuu explicaba con tristeza.

Nathalie se sintió mal por su kwami, quería ayudarla, y sentía que hablar con su jefe sería la mejor opción.
"Nooroo no es tu único amigo en esta casa. Me tienes a mí, iré a ver lo que pueda hacer..." guiñó un ojo y se levantó del escritorio con determinación, limpiando sus lágrimas y maquillaje corrido con las mangas de su saco, dedicando una sonrisa sincera a la azulada.

"¡Gracias señorita Nathalie, la aprecio demasiado!" voló Duusu a la mejilla de la azabache, abrazándola con fuerzas.

Nathalie soltó una pequeña carcajada y giró, caminando lentamente hacia el cuadro de Emilie, presionando lo botones ocultos y descendió.

Mientras bajaba hacia aquella guarida, le temblaban los pies y pensaba en demasiadas cosas. No sabía exactamente qué le diría a su jefe para hacerlo entrar en razón, y principalmente cómo le haría para recuperar esa buena relación de trabajo que tenía todavía hace unas horas con aquel platinado.

Nathalie llegó a su destino y observó a ese villano de morado dándole la espalda, gruñendo al ver que su plan una vez más empezaba a fallar. Al parecer no se dio cuenta de que su asistente había llegado.

La mujer tragó saliva y camino lentamente hacia Hawk Moth...

¿Qué pasará, chicos? Para todos aquellos que querían ver por fin un HawkNath... ¡Están de suerte! ¿y qué mejor manera de introducir al HawkNath en la historia que con un buen le...? 😏

Uniendo a Nuestros Padres [GABENATH] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora