4° parte

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Hey! Esta semana actualicé temprano por que he estado muriendo de aburrimiento (cosas que pasan cuando vives en una granja).

Disfruten el cap!

- Hawks, deja de reírte. - Su voz hubiera tenido mas impacto de no ser por el tono agudo e infantil.

- N-no... No puedo... - Soltó entre jadeos y risas. Era demasiado para él, la mezcla de ternura y seriedad, como intentaba bajarse del escritorio sin conseguirlo. - Espera... Vas a caerte - la sonrisa se mantenía en su rostro mientras sujetaba el pequeño cuerpo de su amigo - Oww, ¡eres adorable! - le sentó sobre sus piernas, apretando sus mejillas como una anciana a un bebé.

- ¡HAWKS! ¡Ya, suéltame! - se quejó, golpeando con las diminutas manitos el pecho del rubio para apartarlo.

Estaba furioso, eso no debería estar pasando; había estado haciendo algunas rondas por la mañana y todo iba tranquilo hasta que encontró un niño al interior de un callejón. Se había acercado a preguntarle si estaba perdido, pero este le había amenazado con una navaja mientras le exigía su dinero.

Aquello no tenía sentido. Era un crío de no más de 7 años en medio de ropas de adulto con un arma blanca. Luego de quitarle la cuchilla y convencerlo de que hablara o le quebraría todos los huesos, el "niño" le explicó.

Había tratado de asaltar a una señorita, esta asustada levantó sus manos y un aura extraña envolvió al delincuente. Fue instantáneo e indoloro, solo un cambio en su cuerpo, dejando la mente intacta del hombre.

Le encargó el asaltante a uno de sus agentes y trató de seguir el rastro de la chica, ella podía seguir asustada y atacar a otros en defensa.

Algunos minutos mas tarde la halló. Podía oír sus sollozos a la distancia, escondida detrás de unos botes de basura. Comenzó a hablar suavemente, tratando de calmarla a medida que se acercaba.

- No temas. Soy un héroe profesional, vengo a ayudarte... -

- ¡N-no se acerque! Podría... Podría lastimarlo... - acabó en un susurro ahogado.

- No lo harás, confía en mí...-

Se sintió dolido al recordar la forma en que gritó asustada al verle. Sabía que no era de los héroes mas queridos, pero siempre dolía cuando un civil le confundía con un villano. Suspiró entristecido y Hawks notó el cambio en su ánimo.

- Hey, Grandulon. No tienes que preocuparte, el efecto pasará rápido. Ella lo aseguró, en una semana estarás como nuevo... - Palmo el pequeño hombro del héroe, sonriéndole con calma para ayudarle a pasar el mal trago.

- ¿Qué haré con la agencia? Hay mucho trabajo y no es como si pudiera salir a las calles en esta forma... - cruzó los brazos sobre su pecho, gruñendo por lo bajo mientras pensaba en alguna solución.

- ¡Haz cuenta que son vacaciones!... ¿Quieres ir por un helado? - ofreció alegremente.

- ... ¿Por qué querría ir por un helado? - preguntó pronunciando lentamente las palabras, levantando una ceja sin entender antes de escuchar gruñir su estómago. El ruido le avergonzó.

- Tomaré eso como un sí - sujetó el cuerpo del pequeño gran héroe para dejarlo de pie en el suelo y le ofreció su mano para que la agarrara - vamos, ahora estas en crecimiento, así que debes alimentarte como corresponde -

Gang observó las acciones de su amigo. Tenía que ser una broma, ¡no iba a darle la mano! El podía caminar sin problemas.

- No soy un niño. Mi cuerpo rejuveneció, pero mi mente sigue siendo la de un hombre de 35 años. - Mantuvo los puños cerrados, molesto con la insolencia del menor. - Además nunca te daría la mano, eres un hom... -

Las maravillosas desventuras de Gang OrcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora