Capítulo 6.

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Cuando Toby llegó al colegio, una multitud le impidió entrar. Estaban todos reunidos, rodenado una escena que él aún no descifraba. También había una patrulla de policias y... una ambulancia.

Por un momento se imaginó lo relajador que sería ver a su propio cuerpo, sin vida, en el centro de todas esas personas. Creó en su mente una lírica imagen de su propia muerte: ahogandose, sin la capacidad de gritar o decír una última palabra. Ese detalle hubiera pasado de forma invisible frente a todos sus compañeros, dado que Toby no decía palabra... nunca.

Volviendo a la realidad se adentró entre las personas e intento escuchar qué estaba pasando.

No lo consiguió, claro. Pero si pudo encontrar al director del instituto. Tocó con torpeza el hombro del señor Bernasconsi y este se dio vuelta.

—  Oh, Toby —tenía los ojos húmedos y una expresión de pánico— ¿Queres saber qué pasó?

Asintió, como siempre, sin pronunciar ni una palabra.

— Un accidente, una catástrofe. ¡Un siniestro automovilistico! Ese chico, Dylan. Y el otro, Cameron. ¡Ambos! Atropellados.

El señor Bernasconsi se deshizo de sus lentes y apretó sus ojos con sus dedos.

 — Murieron. O eso creo, no lo sé.

Cameron.

El chico que asistía a cada clase de natación con una caja de galletas y una extraña botella de agua, el chico que observaba cada uno de sus nados, el chico que tanto lo inquietaba y a la vez llamaba.

Había muerto. "O eso creo, no lo sé."

Toby perdió la respiración por un momento y se dió cuenta de lo que aquella situación significaba para él: jamás, en toda su vida, podría averiguar nada sobre Cameron. Y jamás, nunca, tendría la oportunidad de escuchar su voz. Porque estaba muerto. "O eso creo, no lo sé."

Sin saber muy bien lo que hacía, empujó a varios de los estudiantes que observaban los cuerpos sin vida de sus dos compañeros. Tras unos segundos y varios empujones se encontró dentro del circulo que aquella gente había creado.

Había una chica, Lía, llorando al lado de uno de los cuerpos. Este estaba tapado por una bolsa de residuos, lo que indicaba la falta de vida en él. Supuso que era Dylan, por los rumores de un romance que tan rapido habían corrido en la escuela.

Unos metros más a la derecha, unos medicos intentaban reanimar a Cameron, el cual estaba tendido en una camilla. Corrió hacia ellos y, de forma extraña, estos se apartaron.

Uno, dos, tres segundos y reaccionó.

— Cameron —dijo y todos se asombraron al escuchar su voz por primera vez—, no mueras.

De alguna forma y desde algún lugar, Cameron lo escuchó y resistió un poco más.

Sin saber por qué, se quedó en la nada, entre la vida y la muerte, sintiendo como era llevado en una ambulancia al hospital más cercano... con Toby a su lado.

                                                

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