Capítulo 4: - ¡No quiero que sientan pena por mí!

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POV MADDIE:

Abracé a mi hermana con toda la fuerza posible y me resistí a no llorar.

- Tú, estás aquí... - dijo Mackenzie sin poder creerlo. - No me lo esperaba.

- Lo sé - hice un intento de sonreír y mirarla a los ojos. - Estás cambiada - le dije cuando le di una vuelta.

- ¿A qué te refieres exactamente? - rio ella tomando mis manos al girar.

- Tu cabello está más oscuro y, al decir verdad, estás más alta.

Mi hermana se emocionó al instante.

- ¿En serio lo crees?

Los que están a nuestro alrededor largaron una carcajada y vinieron hacia mí para saludarme. Hermione y Ron parecen felices de verme al igual que Dean, a quien saludé con un abrazo y le dediqué un "Lo siento". Pero cuando observo que mis padres se encontraban juntos en la misma casa, mi mundo da miles de vueltas.

- ¿Cómo estás, hija? - me preguntó mi padre avanzando hacia mí y extendiendo sus brazos. Me tapé la boca con ganas de llorar por volver a verlo y corrí hacia él. - Estás tan hermosa...

- Te extrañé demasiado, papá, no vuelvas a dejarme de nuevo, por favor - dije apretando mi cara a su hombro y él me acarició mi cabello.

- Te queda muy bien el corte - menciona mi madre al notar que me había cortado mi cabello por mis hombros. - ¿Estás bien?

Fruncí el ceño ante esa pregunta. ¿Por qué todos me miraban raro? Nymphadora Tonks, Alastor Moody, los gemelos Weasley, sus padres, los amigos de mi hermana, Dumbledore y toda mi familia. Durante todo el verano no respondí ninguna carta de nadie. Ni de Mackenzie. Necesitaba darme un respiro y un descanso de todos, para mí misma.

Así que me fui a la casa de Remus y allí me recompuse un poco. La muerte de Cedric causó cambios en mí. Hizo que me cortara el cabello cuando estaba enojada y quería romper todo lo que estaba a mi alrededor, hizo que llorara todos los malditos días e hizo que tuviera terribles pesadillas con la muerte de Cedric.

- ¿Estás segura de que te encuentras bien?

- ¿Queires un vaso de agua?

- ¿Deseas estar sola?

Y cuando por fin sentí que podía pasar un buen día por el quinceavo cumpleaños de mi hermana, todos me observaban como si fueran un jarrón a punto de romperse.

- Estoy bien - respondí con tranquilidad y respirando hondo.

Mi padrino va a saludar a Mackenzie y me pone feliz que se reencontraran. Luego, entró el profesor Snape por la puerta. Con su larga túnica negra, su cabello grasoso y negro, y su humor de siempre, se dirigió a la cocina luego de saludar a todos con la mirada.

- Bueno, creo que es hora de que comience la reunión - dio un aplauso Dumbledore con una sonrisa. - Niños, les pedimos que se retiren.

Mis chicos y yo cruzamos miradas confusas para luego salir de la cocina y subimos lentamente las escaleras.

- ¿Qué me dijeron que era este lugar?

- La orden del fénix - me explicó Ron y luego apretó sus labios. - Aquí se reúnen sus miembros para hablar sobre Voldemort.

Un silencio se produjo y, de repente, al doblar para seguir subiendo, una voz de mujer se comenzó a escuchar:

- ¡Traidores de sangre! - gritó un cuadro cuando pasamos por su lado. - ¡Sangre sucia!

- ¿Qué...?

- ¡Dan vergüenza a los magos!

Se los estaba gritando especialmente a los Weasley y a Hermione pero ellos no le prestaron mucha atención y apuramos el paso para llegar a la sala principal.

Mackenzie y la orden del fénix | [MEH #5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora