Capítulo 15: No debo decir mentiras

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El martes, cuando salí de mi cuarto a la sala común, vi a mi hermana sentada frente la ventana, mirando el campo de Quidditch que se encontraba junto a la cabaña de Hagrid y el Bosque Prohibido. Me acerqué a ella, lentamente y descubrí que no estaba llorando (como había pensado). Ella estaba sonriendo.

- Hola, Mads - la saludé. Ella no quitó la vista de la ventana pero sacó de su túnica un sobre. - ¿Qué es eso?

- Una carta que le he hecho a Cedric - contesta Maddie, sin más.

- Maddie, tú deberías de... - intenté decir pero ella me interrumpió con un: - Mack, es de despedida.

Me quedé boquiabierta pero Maddie tomó su varita y no me dio tiempo para decir nada.

- Incendio!

La carta se convirtió en cenizas mientras todas ellas volaban por la ventana hacia algún lugar lejano. Los ojos celestes de Maddie brillaron, sabía que estaba triste por dejarlo ir pero también comprendía que ella debía liberarse, que debía encontrarse con ella misma.

- Haz hecho lo correcto, ¿lo sabes no?

- Sí... Tienes razón.

Y esa fue la primera vez que vi a Maddie tan decidida. No había dicho "eso creo", una frase que usa mucho cuando no está segura ni convencida, o que solo lo dice para no quedar mal.

Bajamos hacia el Gran Salón y me encontré con mis mejores amigos. Hermione se hallaba discutiendo con Ron sobre el PEDDO y Harry comía su desayuno, como si estuviera extremadamente enojado.

- Buen día, gracias por esperarme - les dije de forma sarcástica. Los tres levantan la mirada.

- Lo siento, - dijo mi mejor amiga. - quería hablar con McGonagall de un asunto.

- Está bien...

Ahora que me di cuenta, hace mucho tiempo no tenía una charla de mejores amigas con Hermione. El año anterior estuve tan agobiada con el tema del torneo de los tres magos, el noviazgo que tuve con Harry y la muerte con Cedric, que no tuve tiempo de estar con una de las personas más importantes.

Pero antes de que pudiera decirle lo que pienso, Angelina Johnson corre hacia nosotros con una voz potente y enfadada:

- ¡Eh, Potter!

- ¿Qué pasa ahora? - murmuró él con tono cansino.

- ¿Cómo que qué pasa? - replicó ella dirigiéndose hacia él y clavándole el dedo índice en el pecho. - ¿Cómo has permitido que te castiguen el viernes a las cinco?

- ¿Qué? ¿Qué...?

- ¡Ah, sí, las pruebas para elegir al nuevo guardián! - exclamé con emoción, olvidándome por un momento con quien estaba hablando.

- ¡Ahora se acuerda! - rugió Angelina. - ¿Acaso no te dije que quería hacer una prueba con todo el equipo y buscar a alguien que encajara con el resto de los jugadores? ¿No te dije que había reservado el campo de quidditch con ese propósito? ¡Y ahora resulta que tú has decidido no ir!

- Igualmente - interviene una voz desde el otro lado de la mesa. Era George. - Mackenzie también está en el equipo por si lo olvidaste y a ella también la castigaron.

No dije nada ya que estaba algo impactada.

- Oh, cierto, me olvidé completamente de tu existencia - me dijo con una mueca de asco. Quería arrancarle todos sus pelos, pero Ron me tomó de la muñeca haciendo que no cometiera un error. - De todas formas, hay nuevos puestos para cazadoras. Y además si no vienes el viernes a las cinco, menos oportunidades vas a tener.

Mackenzie y la orden del fénix | [MEH #5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora