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Dean










Había sido un largo rato en que había llegado a la casa de mis padres, mi vista se mantenía sobre el teléfono, moviendo mis piernas apenas un poco  sintiendo extrañes de no ver a mis padres cerca.

Abri mis ojos bien, levantándome para ir a buscarlos, ¿por qué está casa era enorme?

Al pasar por un pasillo escuché algo, haciendo que mirase de inmediato a esa puerta, acercando mi oreja un poco y me estremeció el cuerpo con tan solo escuchar un gruñido.

Era mi padre Xander.

Pero yo sabía que clase de gruñido podría ser ese, al escucharlo de nuevo. Y escuché después su voz molesta.

¿Acaso todos estos años no valen? - finalmente había escuchado, y escuché la risa de mi padre alfa, una risa seca y rota a la vez.

Mis ojos se abrieron de más.

¿No valen? Dylan por favor. - chasqueó su lengua — me enlacé a ti sin siquiera conocerte. ¿Acaso... - pude ver que su voz se bajó aún más, y de inmediato supe que me estaban oliendo.

Los nervios causaron ahora si mi verdadero funeral.

Muy pocas veces había escuchado a mis padres pelear, ellos se encargaban que sus problemas estuvieran alejados de mi, pero esta vez sus voces eran distintas, era como si realmente algo estuviera pasando.

Hablamos en la noche, Xan.

Apenas había escuchado aquello, en automático corrí intentándo de no hacer ruido, tirándome en el sofá que había ahí mismo, respirando hondo y sacando mi cabeza cuando escuché a mi padre caminar cerca.

Su expresión estaba sería, podía ver ligeras lágrimas por su barbilla las cuales limpia enojado, tomando solo aquel abrigo con brusquedad poniendose este.

Ay.

No hablé por más que quise hablar.

Me intenté esconder en aquel sofá y solo escucho otros pasos llegar. Temblé un poco.

Ayudame Dios.

Ayudame.

En serio ayudame esta vez.

—Creo que sigues siendo igual - dice papá está vez, podía escuchar su voz más rota y asomé mi cabeza apenas al verlo abrazar a mi padre, quien lo abraza igual. — Tonto, tonto. - le pega despacito — Te amo con mi alma entera, tonto y lindo Alfa.

Cubri mi boca al ver aquella escena, viendo algo indebido está vez y aclaro mi garganta, viendolos separarse.

—Creo que ya me voy. - mi padre Omega estaba nervioso ahora.

—Y-yo.. Cachorro.. - el intentó hablar.

—Papá, tranquilo - susurro a él, acariciando sus mejillas un poco —es mejor que tu y papá sigan hablando, owen ya debió haber llegado y podrá abrirme, el tiene las llaves.

Debía escapar.

Debía escapar.

Yo sabía que iba a pasar después.

Y ya no quería traumarme de haber visto como mi padre había manoseado a mi papá.

Beso sus labios después de unos segundos, mi Alfa lucía asustado aun, podia escuchar casi su corazón, se apretó a mi pecho.

Destinados [2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora