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[sin modificación u correcciones)




Dean




Mis mejillas se colorearon de rojizo. Mi brazo pasa por la cintura de Dante ,el me sonríe pero sus mejillas están rojas tambien, pude ver ese característico brillo en su mirada.

— ¿Te duele?— pregunté cuando sus pies tocan el piso y da unos pasos, segundos después niega.

— No,descuida — murmura para mi y apretó mi brazo.

No pide evitar sentirme más nervioso, sentía las miradas quemarme.

— ¿Podrían dejar de vernos?— gruñe mi Alfa por fin y rei.

No podía evitarlo.

— No podemos evitarlo hijo — responde su papá  el nos miraba con tranquilidad— es nuevo el comportamiento de ambos — bien,tenían razón tenían su punto. — No puedo creer que ustedes escondieron su relación durante tanto tiempo.

Dante pone los ojos en blanco un poco vergonzoso.

— Cargame — hace un puchero para mírarme y acarició mi hombro. — Así llegaremos más rápido al baño.

Sonreí y acaricio su mejilla, su brazo se sostiene en mi cuello para que yo pudiera pasar mi brazos por su piernas.

Su otra mano se enreda con la otra y pone su mejilla en mi pecho.

— No se vale — masculla mi madre ahora, el puchereó— yo quería ver cómo lo ayudabas.

Ruedo los ojos.

[•°•🐺•°•]

— ¡No me veas así!— dice rojo — ¡Están nuestros padres afuera! Ggrr. —Suspiro poniendo mis manos a la altura de mi pecho.

— Ya, ya no te veo.

Me di vuelta cruzandome de brazos mirando hacia la pared.

— ¿D-dean?

—¿Si?— respondí aún de espaldas.

— ¿Estas idiota?

Fruncí mi ceño.

— No,creo que no cielo.

Escuché un buflido.

—Recuerda que me tienes que ayudar a ponerme la ropa,así que ven.

Cerré mis ojos  y rei apenado.

— Lo había olvidado. -

Su mano se cuelga en mi cuello.

— ¿Te ayudo  abrochar tu pantalon?

Asiente.Sus manos quedaron en mis hombros,mientras que yo me puse en cuclillas y observé su en su abdomen plano aún, sintiendo mi corazón calentarse, nuestro cachorro.

Me mira sonrojado pero sonriendo.

— Te amo — murmuro — Los amo.

Me levanto cuando abrocho bien su pantalón y el sonrie.

— ¿Listo?— asiente mordiendo su labios y lo cargo nuevamente.

Camino a la camilla y lo dejo sobre esta,pero el queda sentado.
Me mira con sus ojos brillando,esta avergonzado,mis padres y los suyos no dejan de vernos.

— Ya estamos listos — dice bajito y aclara su garganta — podemos irnos ya habló mejor.

Me acerco a el .

— ¿Puedes o te cargo?

Niega.

— Solo ayúdame,siento que me voy a caer.

Se que le duele el cuerpo,más en una de sus piernas,tiene más golpes.

Se que le duele el cuerpo,más en una de sus piernas,tiene más golpes

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