como perro y gato 'HYUNMIN

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  Al otro día.. Bueno.. Prácticamente nuestros protagonistas hicieron como si nada hubiera pasado.

-Buuuuuuuuen día lindo perrito.- si, Hyunjin empezaba siempre.


-Buenos serían si no te viera, gato idiota.


¿Cuando será el día en el que estos dos se lleven bien y todo sea normal? Si Felix, nosotros también nos preguntamos eso.


-Chh, Minnie- Hyunjin nunca le decía Seungmin, para él, era Minnie- te empezaré a ayudar hoy si?


-Y porque tomas decisiones por mi?- siempre a la defensiva nunca a la indefensiva, bueno hasta que vio la cara de Hyunjin como diciendo, ¿en serio?- está bien, como haremos?


-Vamos a casa..


Wowowo alto ahí vaquero, se decía Seungmin mentalmente, aunque no tendría que porqué pensar así.


-Okay...


La charla quedó ahí. Y las clases pasaron normalmente aunque no se dirigian la palabra.


-Vamos?

Vaya  en que momento pasó todo? Se preguntaba Seungmin pero no tendría respuesta, el tiempo volaba.


Y al llegar a la casa de Hyunjin solo pudo abrir los ojos grandes, porque era tan gigante!!!!


-Si.. Mis padres tienen buenos trabajos.- Hyunjin contestó aunque Seungmin no le haya preguntado, solo vio su reacción.


-Es muy linda..- dijo tímido, últimamente se comportaba como un cachorrito mimado cuando se trataba de Hyunjin, no salía a la luz tanta agresividad como al principio.


Con una merienda para dos y varios libros pasaron su tarde.


A Seungmin le gustaba cada vez más la sonrisa de Hyunjin, se veía tan linda y sincera. Además de que era un chico inteligente, no como pensó que fuera, solo una cara bonita, era más y mucho más.


Hablaron de otras cosas, era como si la charla fluía entre ellos y se olvidaban de que se llevaban como perro y gato.


Y Hyunjin conoció un poco más al chico que le gustaba, lo vio sonreir y no con la cara seria y enojada de siempre. Prometió que hasta se convertiría en payaso para poder ver esa sonrisa siempre.


También se moría porque llegara ese sobre, el sobre que cree que va a hacer sonreír a Seungmin.


Quería que siempre sonriera, porque se veia más lindo así, aunque su cara de enojado siempre iba a ser muy especial.