Cap. 12. Héroe (2)

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Ese día sucedió algo muy extraño. Estaba de pie en el paradero con las chicas, cuando sentí como se me erizaba el cabello de la nuca y un escalofrío bajaba por mi espalda. Solo fue un segundo, pero supe que algo muy malo iba a suceder. Me giré y solo empujé a Rei fuera del paradero, porque era la que estaba más cerca de mi... después de eso ya no hay más recuerdos en mi mente, quedé inconsciente hasta que desperté y vi un par de hermosos ojos azules mirándome con ansiedad, mientras unos cálidos dedos acariciaban mi mano.

¿Estoy en el paraíso?, pensé.

Pero, no. Era un médico en práctica que estaba en mi habitación. Sin embargo, jamás olvidaré esa sensación que tuve al sentirlo tan cerca... una sensación de que necesitaba que se quedara a mi lado para siempre. Fue tan atento conmigo que me desesperé cuando dijo que tenía que salir de la habitación, pero volví al cielo cuando dejó su cadenita conmigo. No quería que se fuera, pero debían revisarme y al final fue lo mejor.

Darien... ese es su nombre. Lo repetí como niña pequeña hasta que regresó a mi habitación una vez más. Su voz me erizaba la piel y sus ojos me decían cosas que evitaba decir con sus labios. Yo... parecía extrañamente perdida en una burbuja de la que no quería salir, por eso cuando iba a marcharse, un impulso de mi corazón me hizo tomar su mano, atrayendolo hacia mi, dejando un beso en su mejilla. Mi cara ardía de vergüenza por lo que había hecho, pero sentí que esa era la mejor forma de agradecerle su atención.

Pero, que boba soy... el es un médico y yo solo una estudiante de preparatoria, quizás cuantos años tengamos de diferencia. Jamás se fijaría en una niña como yo, jamás. Además, no tengo idea porque siento esto, cuando yo solo tengo ojos para... mi eterno amor platónico, Andrew. Aunque tenga novia, jamás dejaré de pensar en el. Siempre ha sido tan amable, tan atento, tan varonil, así como fue Darien conmigo. ¿También tendrá novia? De seguro que sí.

Mientras pienso en todas esas cosas para distraerme de lo mal que me siento, porque la cabeza me punza y no quiero ni saber como habrá quedado mi cabello, entra en mi habitación el otro médico en práctica, que habla con un acento extranjero, según dijo, es francés.

-Hola, Serena. ¿Cómo estás? -me pregunta con una sonrisa de oreja a oreja. Sus ojos café me miran con un brillo especial en ellos, y me siento extrañamente en paz al verlo.
-Hola. Creo que estoy mejor que ayer.
-Eso es estupendo. Ayer... fue un día muy terrible.
-¿Por qué? ¿Qué sucedió?
-¿El doctor Akiyama no te informó de tu estado?
-No... fue muy escueto en sus palabras.
-Mira, Serena, quizás no deba decirte esto, pero ayer sufriste un paro cardíaco -me cuenta con recelo ante mi reacción.

Como no tenía idea, me llevo las manos a mi boca en señal de impresión y casi me pongo a llorar, pero, él llega que mi lado y me abraza cálidamente. Puedo sentir los latidos de su corazón golpear contra mi oído y me sorprende que se ponga así por mi causa.

-No llores, Serena. Yo me asusté mucho... demasiado...

Sin embargo, justo cuando me iba a contar más, la puerta se abre y una enfermera entra.

-Evans, te busca el dr. Akiyama -le informa, mirándolo con una enorme sonrisa-. Déjame felicitarte primero. Todos nos enteramos de que ayer actuaste a tiempo y gracias a eso esta hermosa joven pudo salvarse -revela y mi corazón da un vuelco debido a la sorpresa que me provocan sus palabras.
-Pero yo no...
-No seas humilde... serás un excelente doctor, Evans.
-Solo soy un médico en práctica, hice lo que estaba a mi alcance para ayudar.
-Gracias, Evans... -digo llena de emoción.

Estoy impresionada, él me salvó la vida... eso quiere decir que sin su ayuda no estaría aquí... jamás podré pagarle lo que hizo por mi.

-Eres tan joven, Serena. Mereces seguir viviendo y aquí todos haremos lo que esté en nuestras manos por ayudarte... -me dice, acariciando mi mejilla, lo que me provoca un extraño escalofrío, el que no sé como interpretar-. Ya debo irme, pero vendré más tarde a ver como te sientes.
-Gracias...

¿Y si nuestro destino no existe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora