Cap 25. Doce Rosas

282 39 15
                                    

Camino rápido por el pasillo, solo deseo alejarme de él, aun así una luz de esperanza inunda mi corazón pensando que me seguiría, volteo pero el no está allí. Era lógico, él tiene obligaciones, una vida tan esquematizada y yo... Yo solo soy un factor distractor en su vida, a veces creo que ni siquiera estoy dentro de sus planes.

Veo la puerta del consultorio del Dr. Akiyama, aún hay 3 personas esperando afuera, tengo que esperar irremediablemente. Comienzo a jugar con mi celular, tengo que mantener mi mente alejada de él, pero la luz LED lastima mi retina, el haber llorado toda la noche me produjo sensibilidad a la luz. No se cuanto tiempo ha pasado pero la sombra quee cubre me hace salir de en sí.

—Serena, ya es tu turno—me dice una enfermera de cabellos verdes y largos que vi alguna vez cuando estaba internada—, el doctor Akiyama te espera.
—Ehhh, gracias.

Las pocas veces que la he tratado causa en mi un efecto extraño, como si algo quisiera decirme, no se si es bueno o malo pero termina incomodandome.

Ingreso al consultorio del Doctor y lo veo revisando mi historial con mucha seriedad, me ordena que tome asiento con nada de sutileza ni amabilidad en sus palabras. Estoy tan fastidiada que no me interesa como me trate, solo quiero salir lo mas pronto de aquí.
Me hace un par de preguntas las cuales respondo afirmativamente, realmente no me siento mal, creo que estoy bien, como nueva, pero el firma unas ordenes que me estresan.

—Bien Serena—dice al fin, mirándome  a los ojos, con una ligera sonrisa nerviosa—, parece que todo va bien y si seguimos así, ya no podré ver a mi paciente favorita por aquí.
—¿Porque ha firmado tantos estudios?—le contestó con cierta emoción en mi rostro al haberlo escuchado decir paciente favorita.
—Es por protocolo. Necesito tener constancia de que el examen neurológico es correcto.—me entrega las ordenes firmadas, pero sujeta mi mano antes de forma sostenida—, la TEM podemos hacerla hoy.
—Pero no tengo cita—digo nerviosa al darme cuenta que no suelta mi mano, no es brusco pero tampoco es que me deje zafarme—, yo...
—Perdón... —dice de pronto dejándome anonada con su iniciativa—Yo tengo un turno libre y preferiría que lo aprovechemos, pero antes quería conversar contigo un poco.
—Lo escucho—digo soltando mi mano de su agarre.
—Quería disculparme contigo.
—¿Porque?
—Sabes... Darien me recuerda a mi, todo ansioso y motivado por ser un gran especialista. ¿Sabias que el quiere estudiar Neurología?
—No lo sabía.—digo sintiendo un vacío en el estómago al darme cuenta que no conozco tanto a Darien como creía.
—Yo era tan metódico como él, tampoco tenía novias, eran para mí una distracción para mis objetivos. Veo en Darien mi reflejo,—el coge entre sus manos un portaretrato y me lo muestra, allí está el con dos niños pequeños.—Son mis sobrinos, todo lo que soy hoy en día es por ellos. No tuve hijos y por ende veo a Darien como mi hijo, quiero que cumpla sus sueños, que no se limite y sea feliz. Pero...
—Entiendo, cree que soy una distracción para Darien y que... —no pensé que me dolería tanto reconocer lo que Diamante me había advertido.
—Lo pensé Serena, en serio lo pensé y por eso trataba de que él se mantenga ocupado, sin embargo, hoy por la mañana hablé con una de mis enfermeras y me hizo ver mi error—¿enfermeras? Me causó curiosidad ese detalle—, Setsuna me hizo ver que yo no puedo determinar quién es buena o mala para él. No quisiera que se quede como yo, solo en esta vida.
—Yo no se que decir....
—Nada, solo quería disculparme por mi actitud para contigo en estos días.

Salimos del consultorio más tranquilos rumbo a la sala de Tomografías. Mientras que conversamos de mis planes a futuro, el Dr. Akiyama se detiene y como que intenta disuadirme, pero no se lo dejó y puedo sobrepasarlo para ver. "Serena, por aquí es mas cerca", escucho en un susurro, como una invitación a cambiar de camino. Pero es demasiado tarde.

Veo a Darien tomando de la cintura a la peliverde, ella está notoriamente sonrojada y Darien parece esbozar una sonrisa que no me gusta para nada. No se que hacer, si avanzar o retroceder, salir corriendo. Veo como Lynnete se acerca y él suelta inmediatamente a Setsuna, no escucho lo que hablan, pero parece un largo discurso de explicaciones.

¿Y si nuestro destino no existe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora