I

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Era un día como cualquier otro, el sol brillaba y los pájaros cantando, todo relativamente normal, relativamente porque había algo que no ocurría todos los días....

—Oye Koucho—

—¿eh?¿Tomioka San?¿me hablaste?—

—si,¿que no parece que lo hago?—

—No, es sólo que me sorprendió, digo ya que eres bastante callado, y dime qué sucede—

—¿quisieras ir conmigo a tomar algo?—

—me negaría, pero esta es una oportunidad única, el mismísimo Tomioka-san invitándome en una cita,rara vez pasa algo igual—

—¿iras o no?—le pregunta ligeramente irritado

—Calma Tomioka-san, y sí, si iré—

—Al anochecer, en el pueblo—

—Entonces ahí nos vemos—

En realidad él no iba a ir, digamos que cierta persona le pidió que dijera eso, para que luego se reuniera con ella, pero bueno, el tampoco tenía intenciones de ir.

(........)

—¡Aghh! Tomioka-san, ¿a qué hora se supone que vas a llegar?—Dijo ella ya harta, hablándole a la nada—Si vas a invitarme procura llegar...—

—Shinobu!—

—¿Rengoku-san? Que sorpresa¿qué estás haciendo aquí?—

—Verás, yo le pedí a Tomioka-san que te invitara, perdón por la tardanza—

—Debí imaginarlo, por qué se me ocurrió que Tomioka-san me invitaría a algún lugar a comer—

—¿Lo estabas esperando a él?—

—mmm, realmente no *realmente sí* —le replicó su subconsciente— era claro que alguien como él no vendría—

—Entonces ¿qué tal si vamos a tomar o comer algo?—

—Me parece bien, vamos—

Rengoku le ofreció el brazo y ella lo aceptó mientras sonreía, como suele ser la mayoría del tiempo, fingiendo y sin querer hacerlo realmente.

Luego de un par de minutos de caminata, y un agradable charla por parte de los dos, porque, aunque Shinobu esperaba a Giyuu, no negaba que la compañia de Kyoujurou era agradable, él era agradable.

—Y dime Rengoku-san, ¿por qué elegiste a Tomioka-san para invitarme?—

—En realidad fue al azar, básicamente me encontré con el, al principio se negó, pero luego aceptó— En realidad Rengoku le prometió tres platos de salmón con rábano, que básicamente fue lo único por lo cual el aceptó

Ella parece pensar un momento—Tiene sentido, debo admitir que me parecía extraño que el me invitara, ya sabes como es el, si no fuera por la misiones con suerte nos conoceríamos—Esas mismas misiones que hicieron que florecieran lentamente sentimientos extraños y desconocidos en ella.

—Yo creo que Tomioka-san es un buen chico, sólo le falta aprender a comunicarse—Opino el pilar del fuego.

—Concuerdo ligeramente contigo, la verdad, muy poquito—declaró con una sonrisa escondida la chica.

(..........)

—¡Achuu!—a cierto pelinegro de ojos azules le entraron repentinas ganas de estornudar.

(.....)

—¡Ya sé! ¿Qué tal si dejamos de hablar de nuestro colega, y mejorvamos a comer algo delicioso?—solró con su habitual entusiasmo el rubio.

Hambre (GiyuuShino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora