Hambre (GiyuuShino)

VII

Por que no es sólo hambre lo que siente por él, y ya lo tiene más que claro, al igual que el cielo que se asoma.

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Una mano, una mano en el estómago, es la situación actual del Pilar de la flama, siente como la sangre fluye y cae como si fuera agua, se le escapa de las manos, lentamente, igual que su vida misma...

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Despierta, abre los ojos de manera pesada y somnolienta, no quiere levantarse, pero tiene que hacerlo, sólo quedan un par de minutos para que amanezca, es hora de empezar el día, aunque lo más probable es que sólo entrene, no han aparecido demonios últimamente, uno de los que apareció fue derrotado por él, y el otro probablemente también fue derrotado, pero a él no le importa, se estira, a veces puede resultar realmente tedioso levantarse en la mañanas, a eso sumarle que tiene que lidiar casi todos los días con cierta persona, con la cual últimamente se le han complicado la cosas, su estómago ruge, tiene hambre.

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Tal vez sólo esté exagerado, pero cada vez se siente más preocupada, como si algo realmente malo pasara, "que todo esté bien" es lo único en lo que logra pensar, pero tal vez sólo sea el sueño que le está afectando, si, tal vez sólo sea eso, mejor debería dormir y olvidarse de todo el asunto, sí eso es lo mejor.

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Recuerda las palabras de su madre, ella siempre le dice que si era fuerte, tenía que defender a los más débiles, usar esa fortaleza para él bien, y eso es lo que siempre hizo, pero ya no podrá hacer, o tal vez sí.

—¡AAAAAAHHHHHHH!—Si, todavía puede, todavía puede vencer al demonio frente suyo, en un último suspiro, trata de cortarle la cabeza, con tanta fuerza que su espada queda incrustada en su cuello, el contrario trata de liberarse, pero no lo va a dejar, definitivamente no, tiene que luchar, tiene que ganar.

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Todavía recuerda su primer contacto, fue reciente, lo sabe, pero fue algo que nunca olvidaría, y lo admite, fue algo placentero, quisiera repetirlo, como cuando tienes hambre y comes tu platillo favorito, lo único que quieres es repetirte el bocado a veces se puede  pero a veces simplemente no, eso es lo que pasa ahora, ya que el se niega o simplemente la rechaza, pero bueno, es Tomioka, que más puede esperar, bueno, o por menos no puedo esperar un abrazo o palabras cariñosas, ¡Rayos! Ni siquiera puede esperar una sonrisa de él, de hecho, no espera nada de él, por eso el que le dijera eso en la posada la dejó bastante confundida, realmente no lo vió venir

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Se decidió, si se encontraba con ella definitivamente la evitaría, no quería volver a repetir eso, osea quería pero.....no quería, era complicado, aparte, aunque cueste creerlo, no cree que resistiría mucho su ella seguía besándolo desprevenidamente de esa manera, todo tiene un límite, y él está de cruzarlo, como cuando no comes lo suficiente, lentamente comienzas a sentirte insatisfecho, por lo que estás en busca de más, y justamente eso s lo que no quiere que pase, pero por las circunstancias, está a punto de pasar

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Se está quedando profundamente dormida, tenía razón, dormir realmente le ayuda a relajarse, y dejar de pensar en todo, básicamente, dejar de lado eso preocupación innecesaria que lleva dentro, ella sabe que está bien, ella confía en el, plácidamente yace tranquilamente en su habitación, espera encontrárselo pronto, y decirle lo que siente, para así finalmente estar en paz, bueno, en parte sabe que no le corresponderá, el está con Shinobu, pero al menos así se liberaría de una carga, por ahora solo espera que eso no afecte su amistad, pero conociendo a él, no lo hará, a menos que pase otra cosa, pero ¿que malo puede pasar?

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Ya casi amanece, piensa el demonio, sabía que Kyoujurou tenía una voluntad fuerte, era visible, pero no creyó que al punto de que después de atravesarle el estómago, seguiría de pie, y más con su espada enterrada en su cuello.

—¡MUÉVETE!—Grita desesperado Akaza, si sigue así pronto los rayos del sol lo alcanzarán y eso sería un adiós definitivo, sigue tratando de sacar sus brazos, tiene que huir de ahí, y pronto, se logra liberar, y se va hacia el bosque.

—*eso estuvo complicado*—Piensa el demonio—*Debo huir sin impo...*—Alarmado se gira, una espada acaba de atravesarlo, se voltea y....

—¡No huyas cobarde!¡Deja de correr!—

—*¿Pero que rayos dice este mocoso?¿no tiene cerebro o qué?no huyó de los cazadores,me quiero ocultar del condenado sol, además la pelea ya debe estar saldada ¡El tipo pronto perderá sus fuerzas y morirá!—

Tiene razón, pero el chico pelirrojo no se detiene tiene que vencerlo a costa de todo, pero lamentablemente, no logra nada más que arrojarle su espada.

—¡NO HUYAS MALDITO IDIOTA!¡TARADO!¡GALLINA! ¡Comparado con los de tu calaña Rengoku-san siempre será asombroso!¡!El es fuerte!!¡No se dejará vencer!¡No permitirá nunca que nadie muera!¡El lucho hasta el final!¡Protegió hasta el último!¡Tu eres el perdedor!¡Y Rengoku-san!¡EL VENCEDOR!¡AAAAAAAAHHHHHH!—

—Ahora no sirve de nada gritar a todo pulmón, la herida en mi estómago se está abriendo, además tu no tienes herida alguna, Kamado, mi chico, si muero será mi derrota, acércate, tenemos nuestra última charla—.

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El amanecer había llegado, con ello un nuevo día, pero no todo era alegría, ella lo sabía, no pudo dormir más, estaba demasiado nerviosa, algo no andaba bien, no es el sueño, no son los nervios, algo pasó, pero era mejor no sacar conclusiones, por que ella era así, se preocupaba en demasía, aunque a veces no fuera nada grave, o eso es en lo que trataba de pensar.