VIII

9.7K 615 240
                                    

Definitivamente, definitivamente el día de hoy le terminaría a Rengoku y conversaría con Giyuu, ya amaneció, el sol ya hizo presencia en el basto cielo, y al llegar el día, todo se aclara...

Aún no sabe porqué aceptó, osea si sabe pero no, es algo confuso, se suponía que lo aceptó para olvidarse de Giyuu, pero nunca se olvidó de él, bueno, había pasado poco tiempo,pero no podía simplemente dejar de pensar en él de un día para otro, como si ese sentimiento nunca habría albergado su cabeza ni su corazón, realmente confuso, suspira.

Se dirige hacia la finca de Rengoku, lo esperará ahí, porque sabe que ahí es donde irá primero, duda que tenga heridas graves, nada que con dormir un poco se cure, iba a medio camino cuando alguien la detiene.

-Kouchou, ¿sabes donde está mi bufanda?-

-¿Bufanda?, ¿De qué hablas Tomioka-san?-

-La que estaba usando en la última misión, no la encuentro-

-Yo creo que la perdiste, sabes que a veces eres muy distraído, no.me sorprendería que se te haya quedado en la posada-

-Gracias por tu ayuda-dijo secamente comenzando a alejarse.

Ella siguió su camino, él siguió su camino, perdió su bufanda, o tal vez no, pero el se dió por vencido, supone que se tiene que resignar y conseguir otra, la vida a veces podía ser muy injusta con él "a veces" por no decir siempre, perdiendo algo que valoraba, o alguien a quien valoraba, alguien imposible de reemplazar, pero posible de superar.

(.....)

Se encontraba en el jardín comiendo abundantemente, estaba esperando que llegara Rengoku y así confesarle sus sentimientos -*¡Que vergonzoso*-Pensó mientras se sonrojaba, más de lo habitual, debe admitir que está nerviosa, probablemente simplemente fue eso lo que no la dejó dormir.

(......)

*Es hermosa* Pensaba cierto chico pensando en la pelirosa, se siente raro, nunca había sentido algo así, y nunca creyó que lo sentiría, es confuso, agradable; estúpido y confuso, esa es su visión del sentimiento que últimamente ronda su cabeza y su pecho, que no lo deja tranquilo, que no lo deja seguir con su día a día, porque ya está ahí, desde hace poco tiempo, creciendo lentamente pero ahí está, presente, por más que trate de evitarlo e ignorarlo.

(.....)

Lágrimas, lágrimas caían por el rostro de ciertos pelirrojo, es cierto, se conocieron hace poco, pero fue todo tan rápido, no tuvo tiempo para asimilarlo, esa tarde se encontraba hablando animosamente, y el le había aceptado como Tsuguko, y ahora qué quedaba, sólo cenizas, el fuego había sido apagado, se consumió lentamente hasta finalmente colapsar, el pilar dio su último suspiro, todo el valor conseguido fue perdido.

—¡DEJA DE LAMENTARTE CÓMO UN ESTÚPIDO COBARDE!¡NO LLORES NI SIQUIERA CUANDO TE SIENTAS ARREPENTIDO!¡SIN IMPORTAR LO MISERABLE O AVERGONZADO QUE TE SIENTAS!¡SÓLO TIENES QUE SEGUIR VIVIENDO—

—Pero si tu también estás llorando, hay lágrimas saliendote por todos lados—

—¡NO ESTOY LLORANDO!—

Inosuke tenía razón, aunque llorará, sufriera, se lamentara, nada de eso le traería de vuelta a Rengoku, hubiera deseado convivir más con él, fue algo tan efímero pero tan preciado, de nada sirve llorar, pro al menos, con eso libera todo lo que siente.

(....)

La noticia, rápidamente llegó a los pilares, no era de esperarse que muchos se sorprendieran; trágica y triste noticia...

(......)

—Entonces Rengoku-san está...—No pudo terminar la frase, ella estaba con kanao cuando recibió la noticia, que pese a su capacidad no pido asimilar, ira, sintió como se profundizó esa ira, porqué la vida le quita todo lo que aprecia.

—Lo siento kanao, yo......tengo que ir—Deja atrás a su Tsuguko, que no la sigue, comprende y sabe que no se siente bien.

Ella se dirige a su habitación, la culpa, la tristeza y el enojo la carcome, ella se tenía que disculpar, tenía que aclarar las cosas, está enojada con ella misma pero por sobre todo con el asqueroso demonio que le arrebató a Rengoku, ¿porqué?¿Por qué rico que ser así?nunca precavió eso, nunca se dio el tiempo de pensar que pasaría en esa situación, ahora llora en silencio en su habitación, llora por todo lo que no pudo ser, y por la impotencia que siente en este momento.

(....)

—No puede ser—En cuanto el cuervo le dió la noticia, su corazón se estrujó, una lágrima, dos lágrimas, adornaron sus mejillas, estaba destrozada, dolía, dolía demasiado, el no sólo fue su maestro, fue un amigo, alguien en quien confiar, y sobre todo es aquel que llenaba su día de colores, que la hacía sentir feliz y completa, se supone que hoy le confesaría como se siente respecto a él, ahora sólo puede predicar amor al aire, él ya no está, su mal presentimiento nunca le mentía, pero esta vez nunca se lo esperó así.

(.....)

—¡Rengoku-san está muerto!—
Su cuervo había llegado hacia el con aquella noticia, en realidad no le afectaba tanto, nunca había socializado tanto con él, nunca había socializado tanto con nadie, no le afectaba tanto, porque en realidad si le afectaba en cierta parte —*Mi salmón con rábano*—Pensaba el pelinegro, y no sólo le debía uno, si no que le debía tres, pero ahora no se los podrá pagar, la vida es injusta, demasiado injusta, primero Tsukako, luego Sabito, después su bufanda, ahora Rengoku y con ello su salmón con rábano, se siente mal, el quería recibir eso, y por eso se siente ligeramente mal, porqué sabe que probablemente falleció luchando y el se preocupa por el salmón con rábano, no lo culpen, nunca fue tan afectivo con alguien, él solo era así, sin más.

—Ya veo—luego de reflexionar, sólo tiende a responder eso...

Hambre (GiyuuShino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora