"Mi amado Jungkook". ♡ [JIKOOK]

[OOO6]

JiMin había salido hace más de dos horas, después desde la discusión que habiamos tenido. Mi celular empezó a sonar, lo saqué para ver quién era, y era mi madre atendí para ver que quería, y me dijo que necesitaba que yo viajara porque mi padre estaba algo mal. En ese momentos corrí hacia la habitación y empecé a empacar mis cosas en la maleta, cuando escucho un ruido proveniente de la cocina, crei que era JiMin así que no le lleve mucho la importancia.

-¡¿JiMin eres tú?!- pregunté desde la habitación, mientras doblaba algunas camisetas. Al no tener respuesta, caminó hasta el pasillo, y miro y percató que la puerta estaba abierta. -JiMin, esto no es un juego- me acerco hasta la puerta, y sacó mi cabeza un poco para ver si en los pasillos había alguien. Pero no había ni un alma, cuando siento que me agarran y grito- ¡Ahh!- y siento una risa proveniente y unos besos en todo mi rostro y cuello.

-Te asustaste bebé- siguió besando, y yo solo le di un leve golpe en su hombro.

-Eres un imbécil.

-Soy tu imbécil.

-¡Ya!, JiMin.

Se levantó de encima mío, poniéndose de pies para caminar hasta la mesa del comedor y traer un bote de helado. -Todo tuyo.- me lo tendió para que lo agarrase, me senté en el sillón poniendo el bote sobre mi regazo, esperando que JiMin traiga unas cucharas. -¿Y esas maletas?- me preguntó una vez que se sentó al lado mío y dándome un cuchara.

-Creo que tendré que viajar amor, mi padre está algo mal. Hace unos momentos mi madre me llamó.- le expliqué.

-¿Cuando viajas?- me volvió a preguntar, esta vez sacando una porción de helado y llevándose a la boca.

-Esta noche amor, ¿espero que no te moleste?.

-No, no me molesta. Solo me molesta es que preparaste las maletas sin ni siquiera preguntarme o consultarme que pienso al respecto.

-Lo siento.

-No me pongas esa carita, de gatito regañado. Sabes que soy débil a esas cosas, y más cuando todavía estoy enojado de lo que sucedió recién.

-JiMin, con respecto a eso. Yo en verdad no sabía quién era, si lo hubiera sabido no lo hubiera atendido.

-Esta bien, te creo. Pero con una condición.

-¿Cuál?

-Que me llenes de besos, y de abrazos. Es que tuve algunos problemas con el personal de la empresa y tuve que ir a ver qué sucedía.

-¿Todo bien?.

-Si, solo son cosas insignificantes.