𝚈𝚊 𝚗𝚘 𝚝𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚘

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JongDae apreta el ramo de flores en sus manos, el nerviosismo lo estaba matando, y así mismo las ansias por ver a Minseok.

Llevaba allí un buen rato, tal vez cuarenta minutos, pero el no se iría, se sentó en una banca cercana a donde había estado esperando parado, (porque si, estuvo cuarenta minutos de pie), y simplemente se dedico a mirar por lado y lado por si Minseok llegaba por algún otro camino.

Pero no fue así, ya habían pasado otros cuarenta minutos, la esperanza seguía en sus ojos, pero también la duda estaba llegando. Se sintió algo estúpido cuando el cielo se torno aun más oscuro y las gotas de lluvia empapaban su ropa y cabello, y aun así, el no se fue, el se quedó allí en la banca sin siquiera mover un centímetro de su melancolico cuerpo.

La lluvia no duró mucho, pero era suficiente para dejar totalmente mojado a JongDae, decidió tratar de secar un poco sus manos y rostro, y como si la lluvia hubiera tratado de avisarle que era mejor que hubiese decidido irse hace tiempo, Minseok llegó con un paruguas mojado y cerrado. JongDae era muy entusiasma, así que solo sonrió y se levantó de la banca para casi correr a donde Minseok.

-Te he esperado dos horas..., pero aquí estas.

Dice ofreciendo al contrario el ramo de flores, pero tan solo recibe una sonrisa lastimera y una rápida negada.

-Estas mojado, JongDae...

Dice Minseok observando de arriba a bajo a él contrario, quien se limita a restarle importancia levantando un poco los hombros y fingiendo no saber que está empapado.

-JongDae... Yo te cite para dejarte en claro que es mejor que nos alejemos, ¿si? Yo creo... Creo que ya no te quiero.

El comprende todas las palabras de Minseok, pero por alguna razón su cuerpo no reacciona, siente su corazón débil y sus ojos picar, pero aún así no llora o dice nada, Minseok trata de tocarlo, y en aquel momento su cuerpo decide hacer lo mejor, se hecha para atrás con cuidado dejando caer el ramo de flores al suelo, y sin más, camina lejos de aquel lugar sin mirar atrás, y sin dedicar palabras a Minseok, quien sintió un poco de dolor en aquel momento.

Estaba lejos de casa, pero tan solo quería caminar, tal vez así podría dejar de pensar que acababan de terminar con el, y aún así, no podía culpar a Minseok, las lágrimas estaban amenazando, su corazón estaba apuntó de perder la cordura, sin embargo, toda su atención fue captada por un pequeño cachorro amarrado a una silla, se veía que como el, había pasado la lluvia ahí, sólo.

Acaricia al pequeño, y se siente algo más reconfortado, pues alguien allí parece disfrutar de su cariño, quita el nudo y lleva el perro lejos, sin importarle si el dueño vuelve más tarde.

-No debieron dejarte bajo la lluvia, creo... Creo que no debieron siquiera dejarte.

𝐷𝑟𝑎𝑏𝑏𝑙𝑒𝑠 𝑜𝑓 𝑡ℎ𝑒 𝐶ℎ𝑒𝑛𝑚𝑖𝑛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora