Capítulo 15: El inicio de la cruzada

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Su propio rostro retocado fue la primera visualización de un Howard Phillips rejuvenecido. El reflejo postrado en el viejo espejo de la habitación mostraba a un joven blanquecino y liso, sin arrugas, como un muñeco de porcelana, junto a unos ropajes de buen ver que compartían las dos versiones de Howard en ambas realidades. Las dimensiones de su cuerpo estaban equilibradas, su cabeza no era aún más grande que su cuerpo, mostrando un aspecto más humano del que Stephen pudo observar bastantes años después.

—No debería desaprovechar mi tiempo —se reajustó el cuello de su traje para finalmente girarse cara al agujero, lugar donde debería imponerse una pared junto a su respectiva ventana.

El paisaje se reflejaba como una puesta de Sol en los ojos del entonces último Barker. Y no era belleza lo que vislumbraba, sino un infierno, la villa en llamas. El propio fuego iluminaba en tonos anaranjados su mirada. Sobre las edificaciones impregnadas de su furia, con un coro de lloros y gritos desgarradores a juego con el escenario, se podía contemplar pequeñas figuras en algunos de los tejados.

—Adelante Howard... —se dijo a sí mismo para dirigirse a la salida de la habitación y comenzar a recorrer el macabro pasillo acompañado de una corriente de aire peligrosa.

El viento sacudía como un peleador en cólera, sin un ritmo concreto, obligando a Howard a cubrir su rostro con su brazo izquierdo. Los cuadros temblaban con espasmos mientras sus contenidos observaban atentamente al anfitrión junto a unas sonrisas excesivamente alargadas, como si se abriesen más allá de sus propias bocas. Algunas puertas se abrían para terminar golpeando continuamente la pared, abiertas en su máxima capacidad, mientras que las cerradas emitían extraños sonidos de arañazos y sollozos. En cualquier caso, Howard había aprendido a ignorar aquellos detalles y se mantuvo firme en su camino hasta alcanzar la gran escalera que desembocaba en el vestíbulo.

—¡Padre! —se trataba de Robert Louis Barker al final de los escalones, con la misma apariencia del presente, que no se molestó a frenar su desplazamiento ni alzar la vista hacia su hijo.

Howard descendió a toda prisa el arco que dibujaba la bajada escalonada para encontrar la decepción. Su recientemente fallecido padre había desaparecido. Necesitaba hablar con él. Necesitaba saber su estado. Por primera vez le vería como un fantasma. ¿Hasta qué punto habría cambiado? Ya recuperada la compostura, decidió mantener su objetivo principal de encontrarle, indiferente al miedo de que fuera irreconocible como su nuevo aspecto ya le sugería.

Lo que anteriormente se había reflejado, ahora ahogaba la respiración de Howard. El fuego se extendía incluso a nivel de suelo, provocando que el joven midiese sus pasos a la hora de avanzar. Tenía cierta esperanza de ubicar a su padre cerca del núcleo de la villa, lugar donde tendía a haber bullicio.

—Desde que mi padre falleció, Villa Sollozo se ha vuelto más infernal. ¿Estará vinculado? Tras toda la semana, al fin fui capaz de verle. Tengo que hablar con él —una bandada de pájaros descarnados sobrevoló con graznidos la posición de Howard al mismo tiempo que la fachada de una casa se cicatrizaba, cercana ya a su fallecimiento y derrumbe—. Las criaturas de Bram. A juzgar por...

—¡Ayuda! —se escuchó un grito de una niña proveniente de la vivienda en mal estado que interrumpió el murmuro de Howard.

—No es real... —pese a su afirmación, se había detenido dubitativo. Sabía que eran parte de aquellas voces que no tenían cuerpo. Y no tenía constancia de ninguna Barker con la edad que sugería aquella vocecita.

Fue entonces cuando un nuevo crujido se generó en la misma fachada junto al cambio de rol de aquella voz, pasando a reír diabólicamente. La edificación había decidido venirse abajo pero no logró sorprenderle. La sepultura fallida estaba ahora silenciada, no desgraciadamente las restantes. Y fue por ese motivo que Howard, reanudando su andar, no descubrió hasta ser alcanzado que el suelo también se estaba partiendo.

Stephen BarkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora