Capítulo 4: Problemas

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Shouto se encontraba anotando lo que había sucedido ayer noche en su libreta, todo muy detallado. Las clases eran aburridas ese día, así que prefirió distraerse con eso mientras el maestro hablaba.

Sintió como algo lo golpeaba suavemente en el brazo. Miró hacia ese lado, pero no vio nada. Bajó su mirada y logró ver una pequeña bola de papel, alzó la mirada y observó alrededor buscando a quien lo había mandado, pero no hubo señales de nadie.

Agarró el papel del suelo y lo desarrugó. Dentro decía "No sabía que te gustaban los chicos" alzó una ceja sorprendido y volvió a mirar alrededor. Nadie. Excepto por un tal rubio eléctrico, quien intentaba aguantar la risa forzosamente.

¿En serio Denki había enviado eso? Sabía que él era pesado, pero no imaginaba que tanto.

Frunciendo el ceño, tiró lejos la bola de papel y miró al frente, tratando de ignorar al chico.

No sabía si lo hacían con mala intención, pero siendo así o no, le enojaba. Le enojaba que hubieran empezado con eso y que hubieran esparcido el rumor.

Pero le enojaba más el haber sido tan idiota y haber dejado su libreta ese día en la banca, sin supervisión.

Si Deku no hubiera leído nada de eso, nada de esto estaría pasando.

Él solo quería tener un perfil bajo y confesarle lo que sentía a Bakugou en el momento adecuado, pero era imposible teniendo esos compañeros.

Al sonar el timbre para receso, Shouto salió casi que corriendo del aula hacia un lugar solitario de la Academia. Quería disfrutar al menos por un momento el té que tenía y su comida, así que se sentó en una banca vacía.

Se puso a pensar en lo que sucedía: Quería mantener la situación bajo control, pero no sabía cómo. Ahora Bakugou sabía que Shouto gustaba de él y de seguro lo estaría odiando infinitamente en este momento.

Aunque sabía que sí, tenía miedo de que eso estuviera pasando. Podría soportar el odio de todos los demás, pero no podría con el odio de Bakugou. Si bien el cenizo odiaba a Shouto desde hace mucho, ese tipo de odio es diferente al que podría tener ahora. Por eso no podría soportarlo, no mucho tiempo.

Se aseguraría de que la situación mejorara. No sabía cómo, pero lo haría.

Luego, confesaría por si solo sus sentimientos y, sin importar la respuesta, habría liberado todo lo que tenía dentro desde hace mucho tiempo.

[...]

Shouto salía del baño para ir a su hogar, ya que las clases habían terminado hace unos minutos. Llovía, así que el heterocromático abrió su paraguas y se dispuso a esperar a que la multitud pasara por la puerta para que él pudiera hacerlo también.

Cuando todo el gentío salió, Shouto pudo hacerlo también. La lluvia era suave, pero el frío era bastante. Shouto empezó a caminar, pero al ver un característico semblante malhumorado observándolo desde la entrada principal, se detuvo de golpe.

No supo por qué Bakugou estaba ahí, mirándolo fijamente. Pero si supo que si pasaba por su lado ignorándolo lo haría enojar, así que eso haría.

Suspiró y siguió caminando con su semblante serio. Al pasar al lado del rubio, este solo lo siguió con la mirada hasta que Shouto desapareció en el camino.

Al estar fuera de la vista de Bakugou soltó aire por la nariz, orgulloso por haber aguantado. Pensó que, probablemente, eso le haría cambiar de parecer al rubio. Si no mostraba ningún interés de ningún tipo hacia él, cambiaría su forma de pensar.

Tenía todo controlado: Sin ningún acercamiento a Bakugou, Shouto estaría bien, al igual que Bakugou.

Antes de llegar a su hogar, paró en una cafetería para tomar un café caliente. Tenía frío y su lado izquierdo no servía de mucho.

Al obtener la bebida, pagó y salió del lugar con ella en manos. Empezó a tomarla lentamente mientras llegaba a su hogar.

Al llegar, comenzó con los deberes, luego una ducha caliente y durmió.

[...]

La mañana siguiente parecía que el día sería normal, pero en realidad daría un giro drástico con Shouto y Bakugou. Shouto no lo esperaba, pero así pasó.

Todo inició desde que empezó la tercera hora: Shouto necesitaba ir al baño, así que pidió permiso para ir. En lo que no estuvo alguien agarró algo de su bolso, mientras nadie veía. Cuando el heterocromático volvió, no se percató de esto y continuó escuchando la clase.

Luego de recreo y la cuarta y quinta hora, a la sexta Shouto notó que faltaba algo en su maleta al buscar un lápiz: Su libreta.

Esto lo puso de los nervios y se mantuvo buscándola todo el tiempo mientras el maestro llegaba al aula. La buscó en la basura, en los lugares de sus compañeros, debajo de la mesa del maestro, incluso la buscó 2 veces más en su maleta por si había aparecido por arte de magia, pero nada.

Se sentó en su lugar de nuevo, preocupado. El maestro había llegado y había organizado a todos. Solo esperaba que la hubiera olvidado en casa, o que se le hubiera caído en el camino.

A la séptima hora, seguía sin encontrarla. Hasta que cuando el maestro salió del aula, Bakugou se acercó con pasos pesados al lugar de Shouto y apoyó fuertemente una mano en su pupitre.

Shouto lo miró confundido: Estaba a punto de explotar.

↼ ¡¿QUÉ MIERDA SE SUPONE QUE ES ESTO?! ↼ gritó a todo pulmón mientras con su otra mano le mostraba a Shouto una característica libreta blanca.

Su respiración se detuvo y el vello de su nuca se erizó.

Corazón ExplosivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora