Capítulo 3: Rumor

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Al llegar a casa Shouto corrió a su cuarto. Cerrando la puerta detrás suya, se deslizó en ella y se sentó en el suelo. ¿Qué mierda había pasado? Estaba tranquilo organizando sus cosas y de un momento a otro se encontraba encerrado con Bakugou en un locker.

Eso había sido obra de Hagakure principalmente. Shouto se arrepentía de haberles dicho a Uraraka y a ella. ¿Cómo podía confiar en Hagakure? Sabía que Uraraka no diría nada, pero era obvio que Hagakure si lo haría.

Solo esperaba que eso no pasara a mayores, o estaría en muchos problemas.

No quería que su relación con Bakugou se arruinara. Al menos no más de la que ya estaba.

En serio lo amaba, y quería decirle lo que sentía, pero tenía todo, menos el valor para decirlo.

Dejaría que el tiempo pasase, y en el momento adecuado, le diría. Él solo, sin ayuda de los demás.

[...]

Estando en la primera clase, le echó un vistazo unas cuatro veces a Bakugou. Por suerte este no se dio cuenta. Pero se veía hermoso ese día. Como todos los otros.

Pasando a la segunda clase Bakugou pidió permiso para ir al baño y Shouto se dio cuenta. Cuando el cenizo desapareció del aula, la mayoría de alumnos empezaron a murmurar.

Shouto no entendía que pasaba. Así que decidió acercarse a Yaoyorozu, quien hablaba con Mina ↼ ¿Qué sucede? ↼ preguntó confuso, la pelinegra lo miró y alzó las cejas. Le dio una mirada rápida a Mina y volvió al chico ↼Hagakure les contó a todos que... Te gusta Bakugou↼

En ese momento la respiración de Shouto se detuvo. Se paralizó completamente, no podía creer lo que escuchaba. ¿Hagakure en serio había hecho eso? Miró a su alrededor y confirmó lo que decía Yaoyorozu: casi todos lo estaban mirando.

No podía creerlo. No quería creerlo. Su corazón se aceleró y sus manos empezaron a temblar levemente. En ese momento la puerta abriéndose captó la atención de todos. Bakugou entraba de nuevo al aula, pero cuando se dio cuenta de que todos lo miraban fijamente, se detuvo en mitad del camino.

↼ ¿Qué mierda les pasa a ustedes, extras? ↼ dijo chasqueando la lengua.

No supo quién, y quiso saberlo para arrancarle la lengua, pero alguien gritó a todo pulmón: ↼ ¡¡A TODOROKI LE GUSTA BAKUGOU!! ↼ 

Bakugou fijó su mirada en Shouto, con un tic en el ojo. El heterocromático lo miraba también, paralizado. Al reaccionar, apretó la mandíbula y salió corriendo del aula.

Se dirigió al baño. Estando ahí se apoyó en uno de los lavabos y miró al suelo. Su respiración era agitada y sus piernas casi no lo sostenían. Abrió el grifo y mojó su cara dos veces. Se miró al espejo, mechones de su cabello estaban pegados a su frente, algunos escurrían agua. No podía volver al salón, no en ese momento.

Después de haber descansado unos 3 minutos en el baño, salió hacia la azotea sin que nadie lo viera. Estando arriba se apoyó en la barandilla y miró al cielo. Estaba preocupado y un poco asustado. ¿Qué estaría haciendo Bakugou en este momento? ¿Qué pensaría de él en este momento? Estaba muy avergonzado.

Justo anoche se decía a si mismo que dejaría pasar el tiempo y le diría el mismo, y sucede eso. Definitivamente Hagakure se las iba a pagar muy caras.

En ese momento, escuchó la puerta de las escaleras abrirse, no giró de inmediato, esperó a escuchar una voz. Esperó que fuera la de Bakugou, diciéndole que no había problema, que también gustaba de él, pero no.

↼Todoroki, es horario de clase. Vamos al aula↼ Aizawa se acercó a él y caminó junto a él con una mano en su espalda.

Se mantuvo cabizbajo durante el camino. Al llegar al aula no pudo mirar a nadie a los ojos y solo se sentó en su lugar, mirando al suelo.

Seguía en sus pensamientos. Eran una nube gris pesada que lo agobiaba de pensamientos negativos, así que solo se concentró en la clase para intentar alejarlos.

Al terminar las clases salió lo más rápido posible del aula hacia su casa e ignoró a todos los demás. No quería permanecer un minuto más ahí, no si los demás murmuraban sobre él todo el tiempo.

En casa, le contó todo a Fuyumi y ella le dio un consejo: "Dile lo que sientes. En un lugar privado, así te quitarás el peso de encima" no sabía si confiar o no, pero esas palabras se mantuvieron en la cabeza de Shouto hasta quedarse dormido. 

Corazón ExplosivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora