Hablar en público

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Capítulo 2

𝒫𝒶𝓇𝒶 𝑒𝓃𝓉𝑒𝓃𝒹𝑒𝓇 𝓉𝑜𝒹𝑜, 𝑒𝓈 𝓃𝑒𝒸𝑒𝓈𝒶𝓇𝒾𝑜 𝑜𝓁𝓋𝒾𝒹𝒶𝓇𝓁𝑜 𝓉𝑜𝒹𝑜

-Buda

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Primera clase con el gran símbolo de la paz de Japón. Era algo increíble pero tampoco despertaba mucho la curiosidad de Nezuko.

Se enfrentarían en grupos de villanos y héroes. Sería la primera vez en la que utilizarían sus trajes de combate. Nezuko se sorprendió al ver el de su amiga, se veía bastante al llevar una abertura en ambas piernas y parte del pecho al descubierto... En cambio el suyo consistía en un Kimono de tonos verdes. Con una falda verde oscuro hasta los tobillos y  la parte de arriba hecho de una resistente tela a la que se llamaba tela de pelo de rata de fuego que habían teñido de color verde claro. Piel resistente al fuego y que si es expuesta en contacto con esta reluciría más. Tenía gran poder mágico, su abuela se lo había confirmado contándole que cuando ella era aprendiz de Exorcista su maestro se la había otorgado tras sobrevivir al intento de quema de su Clan. No solo era a prueba de fuego si no qué al agua y la grandes mangas la ayudaba a protegerse las palmas donde erradicaba su singularidad. Estaban tapadas por unos guantes con un círculo en el medio para la Perla. Salió junto a Momo y se desilusionó al saber que no estaría en el mismo grupo que ella y encima sería una bandida.

Ganaron al grupo de héroes y Samurais compuesto por personas cuyo  nombre no recordaba.

Así había finalizado la primera clase con el símbolo de la paz. Tenerlo de maestro sería un problema al menos eso pensó Nezuko.
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Las calles abarrotadas, ni un espacio para pasar, la entrada colapsada. Así estaba la entrada de la Academia. Nezuko no lograba ver a su amiga y de un momento a otro se había adentrado entre la multitud y odiaba eso. Tenia cinco espejos grabándola y no le gustaba ni un poquito. Las sacerdotisas habían hecho buen uso de los espejos de ilusión, pero francamente los amos de las tierras querían diversión y ahora eran cada vez más insistentes y nuevos medios de comunicación la habían conseguido. Bastaba con reflejar algo frente a estos espejos y todos los cachos de los que habían salido estos serían transmitidos. Habían grandes paneles donde los sacaban y eran únicos. Un espejo se podía romper cuántas veces se quisiera y los gravantes solo tenían un trozo pequeño mientras que en los pueblos la gente veía en grandes espejos colocados en templos o plazas las imágenes más recientes. Era para tener todos a raya, si no se formaban ejecuciones de bandidos, muertes a espíritus malignos o a los clanes y sus diversas academias. Eso era la diversión en esa época. 

Se estaba mareando y evitaba temblar de los nervios. Si quería decir algo su voz se atoraba en su garganta. Nezuko odiaba hablar delante de grandes cantidades de gente. Para su suerte vio a su maestro cerca de ella. El hombre la miró y con solo verla a los ojos supo que pedía ayuda. Estaba hipnotizado por los ojos Jade de la menor. Sentía la necesidad de socorrerla.

— Estorban la llegada de mis estudiantes a la clase. —Soltó a la prensa.

— Mu-muchas gracias... —Dijo una vez fuera de lo que para ella era peligro.

— No te gusta la multitud ¿verdad?

— Me pone nerviosa... —suspiró. 

Seguro que pensará que soy penosa

— A mi tampoco. Ve adentro. — Aizawa le acarició la cabeza y prosiguió su camino. Poco después se dio cuenta de lo que había hecho. Había estado demás hacer ese gesto. Pero lo hecho, hecho esta.

La Horquilla de Jade〘Historias de Jade 〙Aizawa ShotaXOCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora