La caza

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Capítulo  20

𝐹𝑒𝓁𝒾𝒸𝑒𝓈 𝓈𝑜𝓃 𝒶𝓆𝓊𝑒𝓁𝓁𝑜𝓈 𝓆𝓊𝑒 𝓈𝑒 𝒶𝓉𝓇𝑒𝓋𝑒𝓃 𝒸𝑜𝓃 𝒸𝑜𝓇𝒶𝒿𝑒 𝒶 𝒹𝑒𝒻𝑒𝓃𝒹𝑒𝓇 𝓁𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝒶𝓂𝒶𝓃 

-Ovidio

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Nezuko peinó su pelo, al tenerlo más corto se veía más alborotado y se le rizaba por la humedad, ya no caía liso como de costumbre. A su lado una sirvienta la vestía ceremoniosamente para la ocasión. Solo en estos casos la joven se dejaba vestir como era debido. Para ser sinceros, si por ella fuera vestiría ropa así todos los días, consistía en un Hanfu, vestimenta tradicional china. Un Hanfu para guerra, para el combate. Por primera vez podía sentirse a gusto en ropa tradicional, sentía que era igual que sus demás.

La caza era una tradición que remontaba a años atrás, donde los clanes hacían ver su fuerza y destreza en el exorcismo, mandando a sus discípulos e hijos que cumplieran la edad para luchar. Nezuko vio por primera vez esto, cuando su hermano  participó, había quedado completamente asombrada y no podía esperar a hacerlo. Junto a su hermano, primo y como discípulos a Hakuko y a Nanami, Nezuko se aventuraba a su primera Caza. Lo que significaba que desde ese día en adelante, marcaría el orgullo de casta como a ella más le gustaba, luchando, sin bodas de por medio, sin necesidades de arreglos ostentosos. Simplemente su espada o su Guquin, fantaseaba con cabalgar un caballo, o correr por los bosques tratando de acabar con el sufrimiento de alguna bestia. Pasarse noches en vela en algún recóndito lugar, esperando el momento idóneo para invocar los poderes de los dioses y hacer su cometido. En esos momentos, Nezuko creía que encontraría la verdadera Claridad, un bien superior que la llenaría en alma. Simplemente con sus amigos, olvidándose un poco de sus etiquetas, no permitiría que fuera la llamaran "joven ama" ni  "mi señora"

Nezuko tuvo que esperar junto a ellos para entrar junto a los demás discípulos del Clan, proveniente de China, encabezaban la cabeza sus dos primos mayores. Uno de rostro sereno y otro con una sonrisa confiada dibujada en su rostro, ambos altos y de pelo largo y negro. Seguía el heredero del Clan, Leendo, pelo negro y ojos azules, lo seguía dos de sus discípulas más especializadas. A la menor siempre le causaba un sentimiento de inferior al verle. Un espíritu increblantable que se enorgullecía por llevar el apellido de la familia y encabezarlos a la grandeza, podría decirse que eran las dos caras de una misma moneda, siendo la moneda el seno del Clan. Leendo gobernaría completamente en el Clan chino una vez la abuela y el abuelo fallecieran. 

Se saludaron con cortesía reprimiendo las ganas de abrazarse. Pese a lo estricto que parecía, Leendo poseía un buen corazón y Nezuko siempre había sido como una pequeña hermana perdida para el. Tras esto, Deshi, el mayor de sus tres primos chinos presentes, dejó su cara sería de lado para abrir sus afiliados ojos con sorpresa. Se remangó las largas mangas de su túnica y tocó el pelo de la chica.

 — ¿Te cortaron el pelo en algún exorcismo?

— Me lo corte yo.

Deshi frunció el ceño, dirigió su mirada a Kiyoshi y hablo en chino pidió explicaciones.— ¿A qué se debe esto? ¿El tío ha hecho algo?

No, no... Solo ha querido hacerlo. —Kiyoshi deseaba contarle que había pasado y pedirle consejo, pero Nezuko nunca perdonaría ese atrevimiento por su parte.

— ¿Hay algún problema con el largo de mi pelo? —Inquirió escéptica.

— Sabes que gusto del pelo largo, que corten el cabello a un guerrero es una falta de honor. —Terminó diciendo abriendo su abanico. Deishi era recto, formal, respetaba cada una de las normas de su casta.

La Horquilla de Jade〘Historias de Jade 〙Aizawa ShotaXOCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora