La vorágina Pt. 5 (caer...)

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De pronto, lo besaba...

En el futuro, Andrea recordará este momento como si hubiese sido un sueño, como una sucesión de acciones envueltas en bruma, como un evento mágico, increíble, fantástico...

El taxi se había detenido, ella se acercó al vehículo, escuchó el sonido de sus tacos sobre el asfalto, el ruido del motor, el aullido del viento sobre la ciudad, la calle vacía, las dos de la madrugada.

Andrea llegó a la ventana del conductor, reposó sus codos en la puerta, se agachó y sintió cómo la faldita plizada se le subía y elevó sus nalgas y se sintió chica, femenina, sexy, bárbara.

Andrea recordará al hombre como un tipo de cuarenta y tantos años, con un rostro viril, ojos claros, quijada prominente, cabello negro y bien cuidado, labios carnosos, también nervioso.

- Hola - dijo Andrea y le sorprendió cuan femenina sonó su voz.

- Hola - dijo el hombre

- Sos lindo - dijo Andrea y sonrió.

- Vos también - respondió él - ¿querés subir? -añadió-.

- ¿Vos sabés que yo soy...?

Andrea no terminó de formular la pregunta, el hombre la interrumpió con un simple movimiento de cabeza y tres palabras: sé qué sos...

A partir de ese momento ella no estuvo en control de sus movimientos, se dejó llevar por la intuición.  

Abrió la puerta del conductor y montó su cuerpo encima de el cuerpo del hombre. Lo miró de frente, él colocó sus manos en las caderas de Andrea, ella -con las piernas abiertas- se acercó al rostro del hombre y lo besó. 

De todo lo que sucedió luego, Andrea recordará momentos, sensaciones... Los labios del hombre junto a los suyos, las lenguas entrelazadas, el rozor de su barba de dos días, el pecho duro que acarició, las manos del hombre puestas sobre las nalgas de Andrea, el sopor que ella sintió cuando presintió la rigidez del miembro del hombre, su pene que, bajo la piel del pantalón, se había puesto erecto y masajeaba la trasero de Andrea...

- Ahhhh - gimió ella y, sin dejar de besarlo, abrió el cierre del pantalón. Luego se cruzó al asiento del copiloto y, en cuclillas, tomó el pene con sus manos y casi sin mirarlo lo acercó a su rostro.

Andrea abrió la boca...

La vida de AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora