En futuro, Andrea se sorprenderá al recordar su determinación...
Había fallado, es cierto; había desaprovechado la oportunidad -la primera- de estar con un hombre... y esa misma noche, al retornar a su cama, había llorado.
Pero no perdió el tiempo, no se sumergió en el lamento...
Más que nunca, estaba decidida: lo haría.
Un par de noches después del fallido encuentro con el taxista, Andrea salió otra vez a la calle. Dentro de ella ardía un fuego, un deseo de venganza, era una tigresa, felina, decidida, iba en caza de su presa...
Esa noche vistió un body negro, una falda de jean, tipo campara y corta, medias pantys negras, botines converse, un chaleco blanco y transparente, se maquilló, se peinó, estaba hermosa, era una muchacha divina, reluciente...
Los autos pasaban, ella se exhibía, hasta que uno se detuvo. Andrea se acercó, abrió la puerta, tomó la mano del hombre y le dijo: vamos adentro.
Andrea no recordará si era un hombre guapo, joven o viejo... solo recordará que era moreno, delgado y que, por sus ojos desorbitados, parecía asustado...
El hombre, entre confundido y desafiado, tomó la mano de Andrea y salió del auto, ella lo condujo hasta la puerta de la casa, ingresaron al garaje, Andrea cerró la puerta, estaba todo a oscuras, nada se veía, Andrea hizo que el hombre apoye su cuerpo en uno de los autos y ella se agachó, se puso en cuclillas, abrió el cierre del pantalón de ese desconocido, agarró el pene y lo metió a su boca, lo chupó, lo lamió, le besó la cabeza, le masajeó los testiculos, lo mamó... con pasión, con violencia, con deseo desmedido, Andrea mamaba y el hombre gemía y ella sintió la mano de su amante que le agarraba la cabeza y saboreó el sabor del pene con su lengua... luego ella se puso de pie y, mientras lo masturbaba, lo besó... estaban entre el auto y la pared, había poco espacio para lo que harían después, así que Andrea tomó otra vez la mano del hombre y lo condujo hacia el pasillo de ingreso, una vez allí ella lo besó otra vez y lo masturbó y luego esa se puso de espaldás a él y acercó su trasero y sintió el pene erecto en su trasero y ella se agacho, se bajó las pantys y las bragas, 'cogeme', ordenó y el hombre lo hizo, ella lo sintió, mientras la cabeza de la verga ingresaba, penetraba y ella sentía dolor, pero más fuerte era la aceleración de su corazón, el temblor en su cuerpo, la maravillosa sensación de sentirse mujer, puta, de entregar su cuerpo, de dar placer... tras unos minutos ella se alejó, la salida del pene fue dolorosa, pero ella no gritó, se puso en cuclillas otra vez y chupó y chupó hasta que el hombre lanzó un gemido, ¡ahhhhhh!! y la leche cubrió las mejillas, labios y ojos de Andrea...
Menos de diez segundos después, el hombre ya no estaba, Andrea lo sacó de su casa de inmediato...
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La vida de Andrea
General FictionEsta es la historia de un descubrimiento, de la transición de un chico, desde sus primeros recuerdos hasta su transformación total como mujer.