Capítulo 16. Bastian lo dijo Y Confía en ti

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Capítulo 16. Bastian lo dijo Y Confía en ti.

A veces deseamos cosas que no sentimos de verdad.

Yo deseé, como a los doce, cuando entraba a la adolecencia, que a mi madre de pasara algo. Estaba enfadada porque no me dejaron ir por ahí con mis amigos. Edwar sí fue. Ahora, unos cinco años después, entiendo que era tarde, la mayoría eran chicos y que empezaban a probar drogas, pero en ese entonces no lo hacía y me emberrinche. Como fue ella, Elena, la que me lo dijo, mi enfado fue hacía ella y deseé que le pasara algo malo.

Hoy, aquí en el hospital, tengo una presión en el pecho, los ojos vidriosos y las piernas temblorosas, probablemente sin los brazos que me sostienen estaría cayendo.

No he llorado, no veo como eso le ayude a mi madre, pero me duele tanto hasta respirar a pesar de que la que tuvo el accidente de auto no fui yo.

—Esta bien llorar —me dice el chico rubio que me sujeta.

—Eso no hará que se cure más rápido. —Una enfermera ya nos informó, cuando recién iba llegando yo, que estaba estable.

El pie derecho roto, una herida que dejara cicatriz en el rostro y un montón de mallugaduras, no es grabe pero es imposible que al ver a mi madre, la mujer que me dio la vida, en una cama con un montón de aparatos y una venda en su cabeza no sienta que mi mundo se viene a bajo.

Sollozo, lo más que me permito, y me aferro mas a él. Quizá debería decirle que nos sentemos, no se cuanto tiempo real llevamos abrazados en medio del la sala ya que el tiempo ahora pasa más lento, pero así no podría abrazarlo igual y justo ahora lo necesito.

Estamos los dos solos en el hospital, metafóricamente hablando. Le pidió a sus amigo que se fueran hace un rato y lo agradecí silenciosamente. Estamos rodeados de personas pero solo nos tenemos el uno al otro y a mamá. Familia pequeña.

Elena dejó la casa de sus padres para casarse con Bastian después de terminar la carrera de pediatría, una de las más largas. Sus padres y todos los conocidos la repudiaron, prácticamente se volvió huérfana. Se casó sin saber que tenia un mes de embarazo.

No sé si Bastian era diferente antes de que nacieramos, supongo que sí o no hay explicación para que ella lo amara, pero con nosotros siempre fue igual. Un hombre que se quedó en el siglo XX.

Las mujeres no deben salir, si es que lo hacen en lo absoluto, después de las seis, Bastian lo dijo.

Las mujeres que no saben barrer, lavar, planchar y trapear no sirven, Bastian lo dijo.

Las mujeres que tienen novio antes de los diecinueve van a terminar de zorras en las esquinas, Bastian lo dijo.

Si un varón a sus catorce años tiene al menos dos novias (lo cual nunca hizo mi hermano y ahora entiendo porque) va a ser todo un hombre, Bastian lo dijo.

Las mujeres deben obedecer en todo a los hombre, Bastian lo dijo.

Si escribiera una lista de todas las cosas que machistas que alguna vez dijo Bastian, y que creí hasta que se divorciaron y fui a terapia, le quitaría el puesto a La Gran Guerra de los Baharatas como el libro más extenso del mundo.

—Deberíamos sentarnos —dice— se me están entumido las piernas.

Lentamente lo suelto. No me había dado cuenta pero a mí también los brazos de lo mucho que me aferraba a él.

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