Más que sólo Mates

Capitulo 10. Significa peligro y No de nuevo.

Capitulo 10. Significa peligro y No de nuevo.

Las clases de los humanos son del todo aburridas. No se que pensaba cuando acepté, voluntariamente, venir a esta «misión».

Desde una generación después de el Alfa fundador de nuestra aldea, de vez en cuando infiltramos licántropos a el pueblo, Asttel, para asegurarse de tener a los humanos bajo control. Mi padre, pensó que seria buena idea meter infiltrados en el instituto, dijo que lo importante era monitorizar a las mentes mas jóvenes. En ese momento, en medio de la cena, algo, que no era Zhihanger, se apodero de mi y me encontré ofreciendo me voluntario.

Astrid, la amante de los humanos, al instante salto y dijo que ella igual iría. Mi padre, no pudiendo le negar nada a su única hija, me obligo a traerla junto con su Mate.

El relog marca las once treinta con un fuerte tintineo, todos saltan de sus asientos y se apresuran a salir. Yo espero hasta el final. No soporto el olor a sudor, perfume, desodorante, y otros olores desagradables, de todos ellos juntos.

Una vez el aula vacía, salgo de ahí. En la cafetería es donde Astrid dijo que debíamos vernos, así que así ahí voy.

Al entrar de nuevo me golpean todos los olores desagradables, pero los ignoro lo mejor que puedo y voy hacia la mesa casi vacía donde esta mí cuñado.

—Sam —saludo.

—Adam —responde igual—. ¿Que tal todo?.

—Horrible, por Deam, estos humanos son mas desagradables de lo que podía imaginar. Realmente despreciables.

—Lo se. Mas de la mitad no pone atención a las aburridas e inútiles clases.

—¿Y que tal eso de dividirse por grupos y marginar a los más inteligentes?, ¿Donde rayos esta la lógica ahí?.

—¿Viste lo superficiales que son? Se concentran más en como se ven que en «estudiar». Esto, se supone, es un instituto de educación, no un concursos de ver quién pierde mas tiempo en cosas inútiles.

—Imaginas lo que diría Anths de verlos.

—Los molería a palos. —Se ríe. Suelto una risa también, imaginando a un montón de humanos adolescentes frente al grande e intimidante licántropo que nos enseña lo básico de peleas y caza. Se orinaron enzima.

—Hey, chicos, ¿De que se ríen? —pregunta una voz femenina.

No me sorprende,sabia que estaba cerca.

—Parecen humanas cuchicheando loa nuevos chismes —se burla la otra.

—Un gusto verlas también, chicas.

La mesa es de seis asientos de piedra tallada, tres de cada lado de lamesa. Sam y yo estamos con un banco vacío en medio de los dos, ellas se sientan paralelas a nosotras, también dejando el banco de en medio libre.

—¿Dónde esta Erik? —cuestiono.

—Se quedó atrás, dijo que nos adelantaramos a buscar lugar.

—Dijo que iría por comida.

—En el idioma de chicos: continúen ustedes, yo me quedo a ligar.

Sam recibe un golpe con una liga para el cabello por su mal chiste. Yo trato de disimular mi risa para evitar ser blanco del enojo femenino. Aún que ese chiste sonó más a algo que diría Jayden.

—Que tu hagas eso a tu Mate, no quiere decir que todos lo hagan, Samuel.

—Yo no hago eso.

—¿Hacer qué? —Erik pregunta al llegar a la mesa. Se sienta en el lugar en medio de ellas, luego toma a la chica a su derecha y la besa de manera intensa. Al separarse hace lo mismo con la de la izquierda, que espera ansiosa, finalmente se separa y pone una mano el la pierna de ultima que beso y un brazo sobre los hombros de la primera.