Capitulo 9. Nuestra humana.
Odio el cereal con leche.
Esa asqueroso cosa se pone toda húmeda y llena la leche de sus pedazos aguados. Además de que tiene mucha azúcar y, contrario a lo que dice la caja, no tiene nada de cereal natura o fibra.
No se porque los humanos lo comen o, para su defecto, porque mi hermana se empeña en conseguirlo. Ruega a nuestro padre para que le consigna cosas humanas cada dos semanas, papas fritas, refresco, chetos, sopa instantánea, cereal, cada cosa peor que la anterior. Y sobre todo asquerosa.-¿Puedes quitar esa cara? No estoy comiendo vampiro.
-Esa cosa es peor que comer vampiro, ¿Sabes con que porquerías esta echa?, ¿Cuántas faltas salubres tienen los lugares donde las fabrican?, ¿Cómo...?.
-Ya. -Rueda los ojos, Astrid-. Es como la quinta vez que me lo dices este mes. Sólo este mes.
-Pero sigues ignorándolo.Va a replicar así que alzo mi mano, mostrando mi palma hacia ella, para indicarle que calle.
-Ya llego Sam -aviso.
-¿Enserio, o sólo lo dices para que me call...? ¡Llego Sam!
-exclama su presencia.Dos segundos sale de la silla, tirando su con cereal, y corre hacia la puerta.
Me levanto también, arrastrando la silla, y depósito mi plato sucio, que antes tenia fruta, en el fregadero. Camino perezosamente hacia la salida, pasando por la sala donde esta mi madre y despidiendo me de ella.
Al llegar a la puerta encuentro a Sam metiéndole la lengua hasta la garganta a mi hermana. Mi día empieza mal.
-Ni siquiera te lavaste los dientes -gruño a Astrid. Ellos se separan a regañadientes-. Iré a avisar al Alfa que nos vamos. No besuquen.
Doy la vuelta sin esperaré respuestas y camino al despacho. Toco la los nudillos y entro después del «Pase».
La gran ventana de lado derecho del respaldo me recibe con una vista a la Manada, ya algunos licántropos están haciendo sus actividades.
Las paredes pintadas de diversos tonos de gris, en remolinos, aparentando el cielo nublado, el piso y los estantes de madera pulida, el escritorio de piedra,todo esta perfectamente limpio, pulido, y ordenado, desprendiendo un aroma a cítricos, me causan irritación.
-No vamos -aviso al licántropo tras el montón de papeles.
-Espera, Adam.
Mi padre se levanta y me mira finamente.
-Se que, aunque no lo admitas, haces esto por tu Mate -empieza. Voy a protestar pero hace un ademán de que caye, el mismo que yo hice a Astrid. Obedezco-. Así que creó que necesitarás esto.
Se aserca a la repisa del lado derecho del escritorio abre un cajón y, sin ver, saca una caja. Arrugo mi entrecejo al ver que es.
-¿Por qué necesitaría eso?.
-Por que es algo que, segun nuestros investigadores, están usando muchos humanos, sobre todo adolescentes. Si quieres encajar y pasar desapercibido deberás usarlo. -Me lo tiende y lo tomo, aún que desconfiado. «Un invento de los humanos no puede ser bueno»-. Seguro averiguaras cómo usarlo.
Luego hace un ademán con la mano se que debo irme. Hago una referencia, inclinadome levemente hacia adelante y salgo, dejándolo con una cara de sorpresa.
(...)
-¿Por qué tomamos este caminó?.
-Porque yo manejo.
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Más que sólo Mates
VlkodlaciElla es una humana. Él es un hombre lobo. Ella es curiosa. Él es un misterio. Ella acaba de salir de una mala relación, no busca otra. Él acaba de conocer a su lobo, no busca a su Mate.