Mantis Fantasma

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Brandon se había ido, no me dijo a donde se fue para proteger a su familia y a mí . Me quedé pensando en lo que había ocurrido en Ashcorp, me acordé de Charles ahí, agonizando, una escena muy parecida a la vez anterior que nos vimos, yo no quería ayudarlo, per una parte de mí sí quería ayudarlo, pero no lo hice, por puro capricho vengativo. Recordé el motivo por el cual fui a Ashcorp esa noche, mis lanzadores, los micro-contenedores de biocable, seguían en la bolsa de mi pantalón; decidí empezar mi nuevo proyecto.

Saqué una caja que contenía objetos para desarrollar hardware, mi cuñado me iba a enseñar cómo usarlos, antes de que él y mi hermana se fueran. Reabrí el archivo de sus apuntes, tomé una placa de Arduino, comencé a crear unos planos, creé un modelo 3D de la carcasa de lo que serían mis nuevos lanzadores para después imprimirlos y empecé a trabajar. Leía los apuntes y continuaba trabajndo, casi al mismo tiempo.

Después de 5 horas de estar ante puros fallos, al fin terminé de programar el mecanismo de mis lanzadores los probé sin carcasa y funcionaban decentemente, ya estaba amaneciendo, así que pase el modelo 3D que había hecho a un dispositivo de almacenamiento, esperé a que fuera más tarde y fui a la papelería a que lo imprimieran. A pesar de que las impresoras que tenían las papelerías de esta zona eran mediocres, el acabado final quedó bien, y ahorré un poco de dinero.

Regresando a casa, mi mamá me habló muy preocupada porque en las noticias vio un reportaje.
—Tu amigo, Darren, ha... —Se detuvo y puso su mano en mi hombro. —...él desapareció. Hace poco se enlistó en la fuerza aérea de Rusia, donde la empresa Hellking creó un prototipo de tecnología de teletransportación, ningún otro piloto se ofreció para probarla, pero tu amigo sí. Él... —suspiró. —...cuando estaba pilotando el avión, simplemente desapareció cuando pulsó el botón que activaría el teletransporte.
—¿Darren? Hace mucho que no hablo con él, han pasado seis años desde que se mudó a Rusia. No he hablado con él desde entonces —metí mi mano a la bolsa de mi pantalón donde estaba la carcasa —. Si tienes contacto con alguno de sus familiares diles que lo siento mucho, tengo que hacer unas cosas.

Subí a mi habitación, coloqué la placa de Arduino en la carcasa y, por fin, tenía mis lanzarredes listos, sólo faltaba una prueba de campo.
—Veamos, edificios altos no hay muchos por aquí, así que descartemos el balanceo; puede que me sirvan para enredar personas, pero si los uso en una pelea no será bien... —Unos balazos sonando a lo lejos me interrumpieron. —...O podría hacerles la prueba de fuego, buena idea.

Me puse mi traje y salí de casa por la ventana, disparaba redes contra los edificios y me impulsaba cuando éstas se adherían a la estructura. Llegué al lugar del incidente, me posicioné sobre un edificio para analizar el evento, seis hombres armados, con el cuerpo y cara tapados por una armadura blanca, había otro hombre, uno particular que resaltaba porque parecía desaparecer en ciertos momentos, su uniforme desaparecía junto con él, no había duda, ese hombre era el líder de esta banda. El grupo había creado una pequeña barricada con la que se podían cubir, tres hombres vigilaban un lado, y tres más vigilaban el otro, la policía los tenía rodeados fuera de la muralla. Enfoqué mejor mi vista y vi que el grupo tenía diez rehenes, cuatro hombres, tres mujeres y tres niños. Al ver todo el poder que tenían esas personas me aterré, ellos tenían armas y yo tenía mis puños, unos lanzarredes y conocimientos sobre artes marciales, pero no tenía ningún amigo que me ayudara.

No podía dejar a esos niños morir, no podía dejar a nadie morir, tomé valor y bajé a la calle, fuera de la muralla, entre la policía y la banda, uno de los oficiales ordenó que no dispararan, pero me sorprendió ver que ningún hombre ni siquiera se inmutara al verme, a excepción del líder.
—¡Vaya, vaya! Justo a quien estábamos esperando. —dijo el líder.
—¿Me conoces? —respondí nervioso.
—¡Claro que te conozco! Eres el famoso luchador callejero, te llaman Spider-Boy. Verás, sé que tu fama no es específicamente natural, ningún joven de tu edad podría hacerle frente a un peso pesado, a menos que hayas sido alterado de alguna forma.
—¡¿Qué es lo que quieres? Deja de dar rodeos y ve al punto! —respondí enojado.
—¡El niño se puso salvaje! Está bien, te lo diré —levantó su brazo y lo hizo desaparecer —. ¿Ves esto? ¿Sabes quién lo hizo? Ashcorp. Esa empresa... esa inigualable empresa, allí nos hicieron esto, nos convirtieron en armas, ahora lo que queremos es vengarnos. Tus habilidades son sobrehumanas, por lo que nosotros dedujimos que Ashcorp también te hizo esto, así que, Spider-Boy, ¿Qué dices, te unes a nuestra cruzada? —anadió.
—No soy un criminal, si Ashcorp te hizo eso es tu problema, no de los rehenes. Déjalos ir.
—¿No eres un criminal? Javier Torres no diría eso. Es obvio que no lo recuerdas, así que te explicaré. Un día, saliendo de tus luchitas, un hombre fue asaltado cerca de ti, y tú lo sabías, ¿Y qué decidiste hacer? Dejarlo morir, eres cómplice de un asesinato, más aparte eres luchador callejero, ¿Y no eres un criminal? ¡Lo eres tanto como nosotros lo somos! ¿No te vas a unir a nosotros? De acuerdo, ahora eres cómplice de más asesinatos. —El brazo del hombre se convirtió en una cuchilla, con la que decapitó a un hombre y a una mujer que tenía de rehenes. Uno de los niños gritó desconsoladamente, esas personas eran sus padres; los demás rehenes sólo se inclinaron lejos de el líder temerosamente, muchos de ellos llorando.

Yo estaba ahí, sin poder hacer nada, ya estaba hecho. La banda desapareció del lugar. Otra vez el cosquilleo se hizo presente, un policía detrás de mí estaba por tirarme al suelo para arrestarme, no lo permití. Di un salto a la pared del edificio más cercano y lo escalé, el cosquilleo me ayudó a esquivar las balas que me disparaban.

Di varias vueltas por todo el municipio para perder a los policías, cuando me aseguré de que nadie me seguía, regresé a mi casa. Llegué y lo primero que hice fue golpear mi escritorio lo más fuerte que pude, pero no se rompió, no le di importancia a eso, caí de rodillas al suelo mientras comenzaba a sollozar.

Minutos después logré calmarme un poco, volteé a ver a la araña, estaba tejiendo una telaraña hacia abajo, hacia mí. Sabía que no se acercaba con malas intenciones, y aunque lo hiciera, morir en estos momentos era lo que menos me importaba. La araña se paró en mi hombro, en ese momento tuve una sensación de un abrazo, lo cual me tranquilizó más.

Al poco tiempo me levanté y prendí mi celular, vi las noticias, todas eran sobre lo que había pasado. Uno de los reportajes estaba transmitiendo en vivo desde el lugar, el reportero se acercó al niño huérfano y comenzó a acosarlo.
—Dinos qué sentiste. —acercó su micrófono al niño, quien lo miró con desprecio. —Por favor, háblanos, queremos saber tu caso. —Un policía empujó al reportero y lo alejó de la escena del crimen mientras el periodista seguía haciendo preguntas.

Eso me enojó todavía más. Ahora tenía un propósito claro: Detener a esa banda.

Spider-Boy 0.5: Un nuevo héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora