Una nueva luz en mi vida

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Estaba furioso, buscaba venganza. Quería asesinar a todos los miembros de esa banda. Tenía los conocimientos necesarios para infiltrarme a su guarida, si es que tenían una, y para deshacerme de todos ellos silenciosamente. Pero cualquier pequeño error podría causarme la muerte, así que tenía que hacer un plan B: atacar a todos frente a frente.

Pasó una semana desde el asesinato de los padres de ese niño, la banda ahora tiene nombre: Los Fantasmas. En las noticias sólo hablaban de aquel chico, otro huérfano acosado por la sociedad, tenía que vengar a sus padres y a cualquiera que muriera a causa de los Fantasmas.

Seguía yendo a las peleas callejeras a pesar de todo, tenía que ganar dinero para crear un nuevo traje que resistiera el impacto de las balas y que resistiera apuñaladas de cualquier tipo. Hice un diseño que estaría hecho de kevlar del resurgimiento, una tela creada en el 2040 poco después de que la crisis terminara, hecha para sustituir al kevlar tradicional, brindando más movilidad y agilidad al usuario; el único problema que tenía era el precio, necesitaba más de treinta mil pesos, esa cantidad sólo la obtendría si me enfrentaba a Roberth Brown, no tenía otra opción.

Agarré una cámara de video y comencé a grabarme retando públicamente a Roberth a una pelea. Ordenamos el evento para el miércoles, dentro de tres días. En cuanto la charla terminó, comencé a ejercitarme y prepararme para el enfrentamiento. El lunes en la mañana me levanté para ir a la escuela, no tenía ganas de ir, yo quería seguir prepárandome, pero si faltaba, la gente empezaría a sospechar de mí; pues poco después de que golpeé a Charles y a Jayden, apareció Spider-Boy, después de la presentación de los Fantasmas, comencé a ser más serio, faltaba a la escuela y me había vuelto más irascible.

Llegando al colegio, no me importó nada la primera clase, pasé toda esa hora analizando mi diseño del traje nuevo. Poco antes de que terminara la clase, nuestra tutora llegó con dos chicas nuevas.
—¡Hola, chicos! Les presento a Kara y a Elizabeth. Ellas van a ser sus nuevas compañeras y usarán el lugar de Brandon y Hannah —Esos lugares estaban a mi izquierda y enfrente de mí, mi lugar estaba en una esquina del salón, los había colocado ahí para tener más privacidad—, preséntense, chicas. —dijo la tutora con una voz de alegría fingida.
—Hola —exclamó entusiasmada—, soy Elizabeth, ella es mi hermana Kara... —Elizabeth le hizo una seña a su hermana para que hablara, pero le dio pena. —Venimos de Estados Unidos debido al trabajo de mi padre, él trabaja en Ashcorp —Mis compañeros comenzaron a reír y a insultarlas en voz baja, yo sólo podía pensar que ahora tenía que sentarme con gente que apoyaba a Ashcorp—. A las dos nos gusta escuchar música, a ella le gusta mirar las estrellas, a mí me gusta moverme más.
—Muy bien, chicas, las dejo con sus nuevos compañeros. —exclamó la tutora dándoles un pequeño empujón en dirección a las sillas vacías.

Las dos se dirgieron a sus lugares, Kara al lado de mí e Elizabeth enfrente, yo agaché la cabeza para no llamar su atención de más, no quería incomodarlas más y no quería sentir sus miradas. La clase terminó y el profesor se fue, unos compañeros se le acercaron a las chicas nuevas y las comenzaron a hostigar, diciéndoles que regresaran a su país, y que ahí no eran bienvenidas, mientras que algunas compañeras le desacomodaban el cabello a Kara para molestarla; no supe cómo sentirme por eso. La maestra de física llegó y todos regresaron a sus lugares. El plan daba vueltas y vueltas por mi cabeza, así que no podía concentrarme bien en la clase, la maestra hizo una pregunta, todos se quedaron callados así que eligió a un voluntario para que respondiera.
—Logan —levanté la mirada hacia ella sin saber cuál era la pregunta—. ¿Tú puedes responderme? —me quedé callado y sonreí de forma nerviosa, dando a entender que no sabía qué estaba ocurriendo —, presta más atención, tú eras de los mejores en mi clase; ¿Qué ocurriría si nuestro planeta tuviera un núcleo de la misma materia que las estrellas de neutrones? —Estuve a punto de abrir la boca, pero Kara habló primero.
—El planeta sería quince veces más denso, lo cual cambiaría la fuerza gravitacional, aunque si el núcleo llegara a desestabilizarse, se convertiría en un agujero negro, destruyendo al planeta en el proceso. —La maestra se sorprendió con la respuesta acertada de Kara, le dio la razón y continuó dando la clase.
—¿Dónde aprendiste eso? —pregunté.
—Mi padre nos lo explicó a mi hermana y a mí, digamos que vivir con un científico te maldice con conocimientos, lo único que la ciencia no me puede explicar, lo harás tú, ¿Por qué eres tan callado? Todos los demás hablan por los codos y tú no abres la boca ni para bostezar.
—Digamos que... Me acostumbré a este estilo de vida, mi mejor amigo se fue, así que no tengo otra opción.
—Eso explica tus dibujos —cambié de página en mi tableta electrónica—. Tranquilo, sólo quiero saber qué son, no hay problema si no quieres mostrármelos... —me quedé mirándola. —O, bueno, no es necesario que me los muestres, si quieres no me hables, creo que estoy hablando demasiado, ¿Debería callarme? —exclamó nerviosa.
—No, no. Está bien, es sólo que, no entiendo por qué me hablas con esa tranquilidad después de que los demás las molestaran.
—No juzgo a nadie que aún no conozco, y la verdad me caíste bien, eres de los pocos que me han tratado amablemente —me sonrojé al oírla decir eso, me sorprendió ver que por un poquito de amabilidad, ella entrara en confianza tan rápido.
—Bueno, no tengo motivos para tratarte mal, no hago prejuicios —Su hermana volteó.
—Supongo que eres de las pocas personas más cuerdas de aquí —exclamó Elizabeth.
—Tal vez... Pero, para ser honesto, yo sé lo que se siente ser un marginado —Las dos sonrieron, la sonrisa de Elizabeth era hermosa, podía sentir que brillaba, era la primera vez que sentía algo así.

Continuamos hablando por toda la clase hasta que terminó, el hecho de que nuestros asientos estuvieran hasta atrás nos premitió pasar inadvertidos por esas dos (ahora cortas) horas. La clase de educación física comenzó y nos llevaron al gimnasio de la escuela. Ahí el profesor nos puso una rutina de ejercicios que teníamos que terminar en una hora.
—¿Por qué todos los maestros de educación física aquí se parecen? Todos tienen el mismo conjunto de ropa y ninguno de ellos se ve en condición para correr. —exclamó Elizabeth mientras reía.
—No lo sé, pero sus clases son las más divertidas. —respondió Kara.

Un ejercicio que nos puso fue hacer la mayor cantidad de dominadas que pudiéramos, dejé que Kara y Elizabeth las hicieran primero, las dos las hacían bien, pero Kara parecía no cansarse, a diferencia de su hermana, quien después de la quinta repetición, comenzó a disminuir su ritmo, cuando llegó a la décima repetición se rindió, Kara seguía haciendo el ejercicio como si nada.
—Y tú eres a la que le gusta moverse más. —dije dirigiéndome a Elizabeth, quien frunció el ceño.
—A ver, supera mi récord. Kara, baja tantito. —exclamó Elizabeth. Su hermana se detuvo, nos volteó a ver y le preguntó la razón a Elizabeth. —Vamos a ver si nuestro amigo puede superarnos.

Me sostuve de la barra y comencé a hacer las dominadas, rápidamente superé a las dos, sorprendiéndolas en el proceso. Para impresionarlas más, hice un front lever, ejercicio que consistía en mantener las manos en la barra mientras levantaba mi cuerpo y lo dejaba en posición horizontal, paralelo al suelo.
—Bien, ¿Qué les pareció? —dije mientras bajaba.
—Me dejaste sin palabras, ¿Qué es lo que haces para lograr eso? —exclamó Elizabeth mientras Kara y yo nos reíamos de su expresión de sorpresa.
—Es sólo concentrar el chakra, ya lo lograrás. —respondí en tono burlón.

El horario escolar terminó por hoy, ellas dos me dieron su número de telefóno y yo les di el mío. Llegando a mi casa tenía tres mensajes de Kara, saludándome, preguntándome cómo estaba y luego preguntando qué hacía. Pero Elizabeth no me mandaba ni un saludo. Respondí los mensajes de Kara y continué preparándome para la pelea del miércoles. El martes transcurrió muy parecido al día anterior, pero sin clase de educación física, en el receso vi a lo lejos a Charles y a Jayden, Jayden tenía la cara reconstruida por el golpe que le di, ellos me lanzaban miradas de odio pero sin poder acercarse a mí, pues teníamos prohibido hacerlo, y los demás alumnos los trataban de la misma manera en que ellos dos trataban a todos; me acerqué a Elizabeth para platicar, pero Kara me interrumpió juntándose conmigo y cambiándome de dirección al caminar, no tenía mucho problema, pues ambas me caían bien, pero me sentía atraído de alguna forma por Elizabeth, sin embargo podía sentir que ella no estaba interesada por mí de la misma manera que yo, en las clases podía sentir las emociones de todos en el salón, a excepción de Kara, con ella parecía que mis poderes no funcionaban. En la salida las dos me invitaron a su casa para cenar, aunque era muy amable de su parte, tenía que seguir entrenando, así que rechacé. El miércoles llegó, era el momento de la verdad; en la escuela tenía ataques de ansiedad recurrentes, Kara se dio cuenta de esto y se acercó a ayudarme, su trato me tranquilizaba demasiado que frenaba esos ataques. Cuando llegó la hora de salida, me despedí de Kara y Elizabeth, llegué a mi hogar y comencé a pensar en qué técnicas usar contra Roberth.

Yo sabía cinco artes marciales y tenía poderes, él, por otro lado, era un simple humano con entrenamiento militar y conocimientos de kick boxing. Podía usar su tamaño en su contra para derrotarlo, burlando sus golpes y desorientándolo, si no tenía otro escape, tendría que usar una patada kakushi para hacerlo retroceder, mis poderes me advertían sobre los peligros, así que si en cualquier momento él tuviera la ventaja para poder lanzar golpes rápidos contra mí, yo sabría esquivarlos...

Spider-Boy 0.5: Un nuevo héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora