Identidad

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Dieron las nueve de la noche, era hora de irme. Me aseguré de que no hubiera nadie afuera y salí por la ventana de mi cuarto. Me dirigí al lugar de la pelea, cuando llegué todos celebraron con gritos, aplausos y fuegos artificiales, después de una corta presentación, nos dieron la señal para empezar la pelea.

Roberth comenzó a insultarme para que lo atacara, pero sus palabras no me inmutaron, así que él soltó un golpe rápido para alterarme, lo esquivé; estaba muy claro que lo que quería era usar mis ataques contra mí, así que tenía que usar sus ataques de advertencia como ventaja para atacar. Él dio una patada hacia mi pierna izquierda, la cual tenía al frente para sostenerme, no me tiró, pero me desequilibró lo suficiente como para dejarme indefenso y así soltar un colpe directo a mi pecho. Recobré el equilibrio, él lanzó otra patada, esta vez a mi estómago, sostuve su pierna y la golpeé levemente para frenarlo, era hora de aplicar su misma técnica, mientras bajaba su pierna, golpeé su cara con un golpe lateral, tomé su brazo y lo doble hacia arriba, causándole mucho dolor, cuando él quiso atacarme para que lo soltara, me moví hacia atrás sin soltar su brazo, pateé su pierna y lo tiré al suelo de rodillas, ya ahí comencé a golpearlo en la cara sin parar, pero un cosquilleo en mi nuca me advirtió de un peligro, él estaba por hacerme un gancho ascendente, di un salto hacia atrás, me detuve con mis brazos y me impulsé con ellos para darlee una patada en la cara, tirándolo de nuevo. La pelea era a muerte, así que era el momento justo, él se encontraba ahí acostado, indefenso. Así que coloqué mis rodillas sobre sus brazos para que no los moviera y comencé a golpearlo sin parar, pero cuando vi su sangre correr por toda su cara y por mis manos, me detuve; él seguía vivo, apenas.

Los espectadores comenzaron a abuchearme, aún así no seguí, lo dejé vivir. Pero entonces un hombre grande apareció y le disparó en la cabeza a Roberth, el lugar se quedó en silencio.
—No terminaste el trabajo, sólo te daremos el cincuenta por ciento del pago. —exclamó el hombre antes de retirarse.

Me dirigí con el androide banquero, le exigí mi pago y me lo dio: cuarenta mil pesos. Me fui del lugar y desaparecí inmediatamente. Llegué a mi casa asegurándome de que nadie me siguiera, Saqué el dinero de mi mochila, lo sostuve firmemente pensando cuántas personas más morirían por mi culpa, todos ellos eran completos desconocidos para mí, pero no sé qué pasaría conmigo si muriera alguien realmente importante para mí.
—Está decidido: Nadie más muere, no permitiré que asesinen a más personas por mí, y no mataré a nadie, Kara tiene razón, eso es lo que hacen los héroes.

Compré todos los materiales necesarios para mi traje, diseñé unos nuevos lentes que me ayudaría a mi problema de enfoque, les puse un sistema de movimiento, uno que seguiría mis ojos, para que así, cuando los entrecerrara, los lentes me ayudarían a enfocar. Pasó una semana completa y llegaron los materiales que había ordenado, así que comencé a trabajar.

Hice un traje lo suficientemente resistente, lo mejor de todo era que no sacrifiqué movilidad, teñí el traje de rojo y negro, igual que el anterior, y le coloqué los lentes. Ahora tenía un nuevo traje, sólo tenía que hacerle unas pruebas, resistencia a cortes y disparos; movilidad y flexibilidad. Me coloqué el traje y salí a la calle, era de noche y, aunque había dejado un desastre en mi cuarto, lo importante era que no tendría que preocuparme de que mis padres subieran a la habitación.

Al momento de balancearme me sentía más ligero, aunque la mayor movilidad me desorientaba, pues estaba acostumbrado a viajar con más peso. Aproveché el momento para patrullar mi ciudad, para enfrentar a los críminales que estuvieran haciendo de las suyas. Sentí un cosquilleo en mi nuca, una señal de un peligro cercano. Me dirigí al lugar, ahí estaba una pandilla vendiéndole droga a un grupo de tres chicos, no eran mayores que yo, así que no tendía problema con que ellos me atacaran.

Spider-Boy 0.5: Un nuevo héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora