9.- Sentencia

7 3 0
                                    

La sala de jucios estaba llena, todas las personalidades más importantes de todos los reinos se habían congregado para presenciar la condena que la guardián del aire estaba por recibir.
El lugar entero guardó silencio cuando la chica entró a través de la conmoción, y se sentó frente a los cuatro jueces principales.
Ellos eran los líderes de cada elemento del que se conformaba la tierra:
El juez más viejo, sabio e imponente era Mudrost, representante de la tierra, padre de Lok.
El juez más sereno y razonable era Okean, representante del agua, hermano de Sea.
El juez más voluble era Ánemos, maestro de Gali.
El juez más imparcial y duro era Téfra, el abuelo de Dabka.
Todos ellos juntos, conformaban el tribunal de la orden de los elementales, y estaban ahí únicamente por el accidente ocurrido con Gali.

- Gali, un paso al frente - ordenó Mudrost, y ella obedeció. Echó una mirada a sus espaldas sólo para darse cuenta que Lok y Sea se encontraban ahí.

-La guardián elemental del aire, de nombre Gali con apellido Zinderman en el mundo humano, es acusada por negligencia, por ser irracional, por poner en riesgo la vida de uno de sus compañeros y la de miles de personas, y por desobedecer a su Caput.- Leyó Okean, visiblemente preocupado.

-¿Qué tienes que decir en tu defensa, jovencita?- El viejo Tefrá se inclinó para poder escuchar con atención a Gali. Tefrá era el único familiar vivo de Dabka, y por lo tanto él era su tutor.

Gali sintió el sudor frío recorrerle el cuerpo. Ella siempre fue muy amable con el viejo y él también la apreciaba bastante, más cuando Dabka y ella tuvieron su tiempo juntos. Se conocían desde ya bastante tiempo, y el hecho de estar ahora frente a él; enfrentando un tribunal por casi matar a su nieto; resultaba chocante y demasiado vergonzoso.

-No hay nada que decir en defensa propia, señor. Acepto las consecuencias por mis actos, y aceptaré sin protestar la condena que se me imponga.- Gali habló sin tartamudear y con voz firme, pero por dentro estaba muriendo de nervios y vergüenza.

-La sentencia establecida para los crímenes cometidos por Gali, de acuerdo con lo establecido en las leyes de los cuatro reinos para conservar la paz, dicta que el individuo que ponga en peligro a los habitantes de la tierra por un acto de negligencia o insubordinación deberá ser castigado con la muerte- Esta vez, Okean palideció ante lo que acababa de leer y le dirigió una mirada alarmada a Gali.
Gali sintió como si hubieran metido una mano a través de su estómago y lo hubieran retorcido. Hubiera vomitado hasta los intestinos de no ser porque tenía un considerable auto control.

-Sin embargo, - habló finalmente Ánemos, mirándola fijamente, y Gali pudo saber que él ya sabía lo que ella pensaba y lo asustada que estaba, pues aunque fuera una chica incontenible, su viejo maestro siempre supo como imponer su autoridad.- El Caput de la acusada ha abogado por ella, alegando un comportamiento ejemplar antes del incidente y se le menciona cómo un importante e irremplazable  miembro de los guardianes.

Gali miró a Lok en respuesta, quién dio un leve inclinamiento de cabeza en señal de afirmación, y Gali sólo pudo darle la mirada más agradecida que se haya dado jamás. A su lado, Sea le dirigió una sonrisa tranquilizadora, pero Gali podía ver su miedo a través de sus ojos, y se dijo a sí misma que de ser ese su último día, haría cualquier cosa por agradecerles su apoyo incondicional.

Volvió la mirada hacía Mudrost, quién ahora había tomado la palabra de nuevo.

-Con lo anterior dicho, se dará el veredicto para Gali Zinderman- Toda la sala contuvo la respiración esperando lo peor, y aunque la acusada estaba visiblemente tranquila, por dentro las ganas de llorar la estaban consumiendo de a poco. Mudrost se inclinó hacía delante y parecía que el tiempo se había congelado antes de que terminará de hablar:

-La corte encuentra a la acusada culpable, sin embargo, gracias a que su caput abogó por ella y no tiene ningún antecedente, se le perdonará la vida.- Cuando Mudrost dijo esto, el público entero dio un suspiro de alivio, la tensión finalmente se había esfumado del ambiente y la opresión en el pecho de los guardianes se había ido. Sin embargo, aquello no había terminado:

-Sin embargo, la guardián Gali deberá cumplir una sentencia o de lo contrario la pena de muerte será aplicada. Primero, será destituida temporalmente del cargo de Guardián, y sus poderes serán reducidos hasta la siguiente luna llena. Mientras tanto, tendrá que permanecer en el reino del aire al sevicio de la comunidad. Sólo podrá salir al mundo humano acompañada de un supervisor durante el transcurso de la condena, y una vez cumplida, estará bajo continua observación de su Caput de nombre Lok, quien entregará informes periódicos de su comportamiento. ¿Alguien desea agregar algo más?

Los miembros de la corte negaron con la cabeza dando por cerrada la declaración, por lo que Mudrost finalizó levantando la sesión.

Mientras los asistente abandonaban la sala, Okean se dirigió con paso apresurado hacía Gali, quién ya se encontraba en compañía de Lok y Sea, quiénes la abrazaban cariñosamente.

-Dios mío Gali, eso ha sido aterrador, no me hagas eso de nuevo- Dijo, pasándose una mano por el cabello y dándole un abrazo de alivio.

Gali rio por lo bajo, estaba conmovida con lo mucho que Okean se preocupaba por ella, después de todo, había crecido con ellos ya que su hermana era la guardián del agua.

-Tranquilo Okean, gracias a Dios todo ha salido bien- Gali le devolvió el abrazo que duró apenas unos segundos, pero fue suficiente para reconfortala.

-Ha sido horrible verte ahí muerta de miedo, de verdad- Dijo Sea, parándose al lado de su hermano. La verdad era que eran muy parecidos, en su forma humana ambos tenían el cabello negro, tez blanca y profundos ojos azules, pero obvio Okean era más alto y fuerte. Tenía un aspecto atractivo y fácilmente hubiera conseguido pareja en el mundo de los humanos, pero Okean siempre fue humilde y amable cómo su hermana, así que decidió dedicarse a hacer valer la paz en los cuatro reinos. A simple vista él imponía bastante, pero dentro de todo era un hombre muy atento y educado. A decir verdad, Gali recordaba más al niño de grandes ojos azules con el que jugaba de niña junto con Sea, ya que le resultaba extraño pensar en lo fuerte que se había vuelto.
Y ni hablar de su forma elemental, era diez veces más poderoso que de niño.

-Por suerte Lok hizo una jugada muy buena, las leyes le dan la máxima importancia a las declaraciones de un Caput- Dijo Okean interrumpiendo los pensamientos de Gali y miró a Lok.

-No ha sido nada más que la verdad, no podía quedarme indiferente con uno de mis guardianes en apuros- Lok se encogió de hombros con una sonrisa avergonzada, Sabiendo que usualmente los Caputs no intervenían en socorro de sus guerreros.

-¿Bromeas? Salvaste mi vida, no sé si terminaré de agradecerte algún día- Gali abrazó a Lok con fuerza sin esperar respuesta, y éste no se negó al abrazo, si no que lo aceptó gustoso y conmovido.

-Hice lo que creí correcto Gali, lo correcto siempre será lo que beneficie al mayor número de personas- Le susurró Lok al oído. Gali levantó la cabeza para mirarlo a la cara, y un brillo asomó los ojos verdes del chico.

Estaba hablando desde su corazón.

ELEMENTALES: La primera caceríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora