El regreso a la ciudad fue una procesión silenciosa y lenta, como quien se ha enterado de alguna mala noticia y sale a caminar con aire desolado.
Llegaron al claro donde se habían reunido la vez anterior para hacer su reportes periódicos, y se sentaron formando un círculo perfecto, sin decir ni una palabra.
Los chicos cerraron los ojos y se concentraron, meditaron en la profundidad de la noche, y pidieron por aquellos que en batalla fueron heridos, y por los que de alguna manera, no lo habían logrado.
Estuvieron sentados largo rato, hasta que por fin, Lok dio unas suaves palmadas, lo que indicaba que podían salir de la meditación y era hora de volver a sus respectivos apartamentos.
-Es hora de irnos, chicos.
Lok habló con serenidad, y hizo una seña con la mano para que salieran del bosque.
-Yo vine en mi auto, puedo llevarlos si quieren-Se ofreció Gali, le asustaba un poco la idea de conducir sola de noche por la ciudad.
-Yo paso, necesito un poco de tiempo para pensar, me gustaría caminar-Dijo Dabka, y una vez declarado esto, agregó-Entonces, supongo que los veré mañana. Hasta mañana chicos.
Se despidió de todos con un gesto de su mano y se alejó de ahí, perdiéndose en medio de la oscuridad absoluta.
Mientras tanto, Sea, Gali y Lok emprendieron el camino hacía el auto de Gali, que se encontraba estacionado en los límites del bosque, bien escondido por cualquier ladrón.
Subieron al auto y primero, Gali dejó a Sea en su departamento, que era más bien como una vecindad en la que había una pequeña fuente en el medio.
-Déjame acompañarte hasta tu puerta-Le dijo Lok entonces, a lo que Sea respondió con una dulce sonrisa y una seña de afirmación con la cabeza.
Gali miró a Lok con una sonrisa cómplice, pero no dijo nada. Lok bajó del auto y le abrió la puerta a Sea, quien dio las gracias y acepto el gesto de caballerosidad de Lok.
Caminaron juntos en dirección a la puerta de Sea, en un silencio cómodo y agradable, hasta que Sea inició una conversación.
-¿Sabes, Lok? Me gusta este mundo, el humano.- Dijo Sea mirándolo.
-Si, Lo sé, a mi también me gusta, tiene muchas cosas interesantes-Dijo Lok sonriéndole.
-Sin embargo, no puedo evitar extrañar mi mundo con una increíble desesperación-Sea hizo un gesto de tristeza y preocupación- Quisiera volver con mi familia, ¿Sabes? es algo que sueño con hacer todos los días Lok, volver a casa.-Finalizó Sea.
Mientras Sea había hablado, los muchachos habían llegado a la puerta y era hora de que Lok volviera con Gali, no sin antes agregar una última frase:
-Presiento que vamos a volver pronto.
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Dabka había caminado mucho tiempo alrededor del bosque, en medio del profundo silencio, pensando en que era lo que realmente estaba pasando ahí.
Recordaba las historias de su abuelo, sobre una poderosa cazadora de la que hacía tiempo, no se sabía nada."¿Será que es ella la mítica cazadora?" Se preguntó a sí mismo.
Sabía que aquellas historias eran algo exageradas, pero de ser ella la chica de las historias, ¿Qué estaría buscando? ¿Por qué volvía a aparecer hasta ahora? ¿Qué ganaba ella con todo esto? Y la más importante, ¿Para quién estaba trabajando esta vez?Estas preguntas, rondaban por su mente una y otra vez, sin llegar nunca a ninguna respuesta real.
Quizá está no era la mítica cazadora, quizá sólo era una cazadora más y ya. Quizá le estaba dando más importancia de la que merece, y sólo era un asunto cómo lo habían sido muchos antes."no puede ser sólo otro motín más" pensó entonces, y suspiró frustrado. No sabía en qué creer y ahora sólo pensaba en dormir, su cuerpo humano no daba para más. Caminó entre la oscuridad hasta llegar a su casa.
Abrió la puerta y lo recibió un relajante olor a canela e incienso. A pesar de su ardiente e incontrolable forma de ser, ese lugar irradiaba tranquilidad.Los pósters que había pegado en las paredes en su adolescencia seguían en su cuarto.
Suspiró. Pronto tendría que deshacerse de esas cosas viejas. Había pasado mucho tiempo en el mundo de los humanos y muchas de sus costumbres y gustos se le habían pegado durante un largo período .Recordó la sensación de miedo que le producía al principio el tener un cuerpo humano, y mientras retrocedía en el pasado recordó cosas que hacía años había intentado borrar.
Sacudió la cabeza con el seño fruncido, alejando aquellos pensamientos de su cabeza.
Tomó un cuaderno de física y se puso a estudiar para su examen de mañana. El ser un elemental no lo salvaba de cosas tan banales como esas. Al fin y al cabo, parte de la misión era mezclarse y aprender de los humanos.
Pasado un rato se aburrió de toda esa palabrería sabionda y se fue a la cama.
Y en ese momento, le atormentaron los recuerdos.
Pero estos recuerdos eran mucho más recientes, cosa que no le incomodaba tanto como su verdad oculta en el pasado. Estaba recordando lo pasado con Gali.
"- El fuego no arde sin oxígeno Dabka- Decía Gali furiosa - No puedes deshacerte de mi, Me necesitas, ¡Me necesitas!- Gritó ella y su cabello levitaba en el aire que azotaba, furioso.
- No te necesito - Escupió Dabka con odio- Y si así fuera, ¡prefiero morir a seguir en esta relación destructiva contigo!"
Definitivamente su amor se había basado simplemente en el deseo y la lujuria, dos sentimientos que ellos no deberían haber permitido que los guiase.
Cerró los ojos derrotado, e imaginó por un momento, que volvía a ser feliz. Que la llama de su corazón volvía a encenderse y él era capaz de sentir otra vez.
Pensó en su niñez, al lado de su padre, pensó cada momento inolvidable que había pasado a su lado, pensó en todas las veces que había compartido más que una estrategia de batalla con su mejor amigo Lok. Pensó incluso en los buenos momentos que a pesar de todo, pudo tener con Gali.
Y ahí, en medio de la melancolía y la soledad de su habitación, ahí y sólo ahí, una sonrisa real se dibujó en su rostro, y una pequeña lágrima brotó de su ojo derecho.
Una lágrima tan dulce como una gotita de miel.
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ELEMENTALES: La primera cacería
FantasyUna cazadora. Un grupo de cuatro elementales. Una cacería brutal. Cuando un grupo de elementales conformado por una ligera chica de aire, una escurridiza chica de agua, un ardiente chico de fuego y un pacífico chico de tierra se ven envueltos en una...