Amy no podía creerlo, tuvo que abrir el perfil de Lucas para convencerse de que realmente era él. Pero allí estaba Lu con sus alargados ojos cafés, igual de guapo que siempre, invitándola a ser su amiga de nuevo. Ella aceptó de inmediato y en seguida abrió el cuadro de mensajes para escribirle, había tantas cosas que quería decirle pero confiaba que ya habría tiempo luego. Con las manos sudorosas y el corazón cargado de alegría apenas logro typear un «Hola».
Su teléfono reaccionó sugiriéndole que habilitara el modo de ahorro de energía. ―¡Qué inoportuno!― pensó Amanda.
Llamó a la mesera y le entregó su tarjeta para que cancelara la cuenta lo antes posible. Si se daba prisa estaría en casa en diez minutos y podría conectar el estúpido cargador para poder seguir escribiéndole a Lucas.
Él no respondía, así que ella empezó a explorar sus publicaciones para saber más sobre lo que él había estado haciendo en los últimos dos años.
No había mucho que ver, él nunca había sido muy activo en las redes sociales; no había fotos de pareja lo cual era bueno, Amanda se sintió aliviada.
La batería seguía amenazando con morir, entonces en cuanto la mesera volvió, Amanda tomó sus cosas y se dirigió al estacionamiento.
Encendió el auto y el sonido de la radio resonó fuerte, ella bajó solo un poco el volumen y se encaminó a la calle. La neblina se había tornado más intensa así que Amanda encendió las luces mientras se incorporaba al carril. Justo en ese instante su teléfono sonó avisándole que había recibido un mensaje nuevo...
Tal vez no encendió las luces a tiempo, tal vez el ruido de la radio ocultó el sonido del vehículo que se aproximaba, tal vez el teléfono la distrajo y no aceleró lo suficiente, tal vez fue todo a la vez lo que provocó el percance.
Un pequeño camión envistió el auto de Amy por detrás haciéndola deslizarse por el asfalto mojado directamente hacia el muro que circundaba la carretera, ella intentó girar el volante al sentirse impulsada con violencia hacia adelante pero ya no había tiempo, simplemente cerró los ojos.
Cuando los abrió el auto estaba atravesado a la mitad de la calle. Ella descendió sintiéndose aturdida y lo único que encontró a su alrededor fue una densa neblina que no permitía ver más allá de unos metros de distancia.
Caminó entre la extraña nube y un sentimiento de pánico empezó a apoderarse de ella. No escuchaba ningún sonido, no sentía frio, ni siquiera percibía la humedad de la niebla que la envolvía. De pronto una silueta apareció frente ella, se acercó sigilosa y con asombro descubrió que se trataba de Bruno mirándola con una gran sonrisa en el rostro.
Ella corrió hacia él y lo abrazó con fuerza, luego comenzó a palparlo algo incrédula, tenía su barba otra vez, el rostro bronceado, los brazos gruesos y fuertes. ―Tiene que ser un sueño―, pensó Amanda, pero entonces él la beso y el sabor de su boca le pareció demasiado real, podía sentir el aroma de su aliento, la textura de su barba, el calor que emanaba de su cuerpo, todo era demasiado vívido.
Solo se le ocurrió que a lo mejor esta era la realidad y todo aquel sufrimiento había sido solo una pesadilla. Lo besó con frenesí y luego él la apretó con fuerza contra su cuerpo, había olvidado la perfección con la que su cabeza encajaba justo sobre el hombro de su esposo, ya no recordaba bien lo apuesto que era Bruno, ni el brillo casi mágico de sus ojos grises, ni la tranquilidad que sentía cuando estaba entre sus brazos.
―Te extrañé tanto mi amor ―dijo Amanda entre sollozos de dicha.
―Yo también cariño ―respondió Bruno con ternura.
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AMIGOS SIN DERECHOS
RomansEl esposo de Amanda ha quedado en coma luego de un accidente en motocicleta. Por casualidad su marido, queda bajo el cuidado del Doctor Lucas Lopéz, quien solía ser el mejor amigo de Amanda, alguien por quien ella sentía una fuerte atracción y un...