Día 4: Aftercare |YuWin|

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«Tu piel
Oh si, tu piel y huesos
Se convirtieron en algo hermoso
Y lo sabes
Tu sabes que te amo demasiado»



Sicheng se remueve en las sábanas minutos después de una ronda de sexo intenso con su novio.

Siente un suave toque en sus muslos, por lo que se apoya en sus codos para averiguar qué ocurre y se encuentra con una de las facetas más tiernas de Yuta.

Con un pequeño paño suave, está limpiando los rastros de su esencia que habían quedado esparcidos después de su encuentro.

Sicheng no puede evitar sonreír. Su novio japonés es sin duda un salvaje al hacerlo, sobretodo cuando toman la postura de sumiso y dominante, pero una vez que el líbido abandona su cuerpo, es la persona más linda sobre la tierra.

El menor apoya el codo sobre la cama y reposa su cara en la palma de su mano, sonriendo y pensando qué hizo bien para tener a ese maravilloso chico a su lado.

Yuta parece muy ensimismado en lo que está haciendo, hasta que se dirige a él. — No quería despertarte, pero creo que sentiste el paño húmedo en tu piel tibia. — dice, sin dejar de lado su tarea.

Winwin sonríe. — Te ves hermoso haciendo eso.

Yuta da una sonrisa de medio lado. — ¿Siendo tu esclavo? Qué conveniente.

Sicheng termina de enderezarse y queda sentado sobre la cama, con su desnudez siendo mostrada plenamente. Yuta suspira y deja el paño a un lado. — Es como un trato. Yo soy tu esclavo en el sexo, pero una vez que termina, tú te comprometes a reparar tu desastre. — le dice, con los ojos brillantes.

Yuta se acuesta junto a él, vistiendo ropa interior. El largo cabello rojo del japonés resalta en el color de las sábanas y Sicheng comienza a hacerle mimos en él.

Yuta cierra los ojos, tomando una respiración profunda. — Aún me falta poner algo de pomada sobre tus azotes, amor.

La expresión del chino se distorsiona un poco, viendo hacia su vientre. Las marcas rojas del fuete de su novio resaltan muchísimo en su piel blanca. También tiene algo de cera del Wax play sobre el hueso de su cadera.

La sensación de la cera seca sobre su piel no es tan agradable, pero puedo soportarlo unos momentos más.

El mayor se estira hasta alcanzar el tubo de desinflamatorio de la mesita de noche. — Los desinfecté mientras dormías. No sé cómo es que el ardor no te despertó. 

Winwin sonríe. — Sentí muy poco, realmente.— dice, quitando la pomada de entre las manos de su novio. — Deja eso.

Yuta se niega. — Tengo que curarte las heridas.

El menor se deja caer a su lado y lo mira a los ojos. — Yuta, mis heridas hace mucho las curaste. — el pelirrojo lo mira, extrañado. — Hablo de las del corazón.

Yuta sonríe. Cuando conoció a Sicheng, él venía saliendo de una relación con un chico mucho mayor que él, quien solo lo utilizó y posteriormente rompió con él, dejándolo con el corazón roto y hundido en depresión.

Winwin llamó su atención desde el principio, pero sabía que debía darle un tiempo para recomponerse de esa relación destructiva.

Se hizo su amigo, lo apoyó en diversos aspectos de su vida, hasta que Sicheng logró salir adelante, enteramente enamorado de Yuta.

— Abrázame... — dice el pequeño castaño, con una expresión adorable. 

Yuta lo atrae hacia su pecho y lo estrecha suavemente.  — ¿Por qué eres un bebé tan caprichoso?  — dice, pasando sus dedos entre el cabello lacio de Winwin.

El chino ríe.  — Sinceramente no lo sé, pero si lo piensas un poco, fuiste tú quien me hizo así. — contesta, pestañeando de forma coqueta y dulce, justo como le gusta a Yuta.

 — A veces me arrepiento... — Sicheng dirige su vista a los ojos de Yuta y hace un diminuto gesto triste. — Mentira, me encanta  que seas así. Estoy enamorado de todos tus gestos, de tus actitudes.

El menor se aleja un poco del abrazo, para colocar su cabeza a la altura de la de su novio.  — Yuta... ¿Por qué me dices cosas tan bonitas siempre?

 — Porque eres la cosa más bonita de mi vida, Winwin.— susurra y deja un beso sobre su cabeza. Luego, deja ligeras caricias sobre los tenues moretones que comienzan a notarse sobre la peil blanca de su novio. — ¿Duele?

El más pequeño niega con la cabeza, regalándole una sonrisa. — Quiero quedarme así contigo por siempre. Sólo nosotros dos y las yemas de tus dedos dándome cariño. — dice con una voz melosa, cerrando los ojos.

El japonés muerde su labio inferior. — Me encantas. — deposita un besito sobre los labios de su novio y ríe de nueva cuenta cuando nota que las caricias en su cabello hacen que Sicheng parezca adormilado otra vez, mientras sus ojitos brillantes parecen cerrarse solos. — A dormir.

Yuta está seguro de querer seguir al lado de su pequeño chino durante mucho tiempo, para  protegerlo y seguir susurrando sobre su frente,  'Te amo'  las veces que sean necesarias.


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Cortito pero soft, ¿sí o no? Jsjsjs 
Esto es probable lo más tierno que habrá dentro de este kinktober; la cursilería es lo mío, ya saben 🤭
Gracias por leer.🧡


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