«Quítate las bragas
Y dame ese tesoro
Vamos, pon un disco y tus botas blancas sucias, vamos.
¿Sabes? me enciendes con tus botas blancas sucias.»
— ¡Amor! — Jeno entra a su pequeño apartamento con una bolsa de regalo. No puede ocultar la emoción en su voz y sonríe de forma brillante mientras cuelga su cazadora en el perchero.
Jaemin aparece por el pasillo que sale desde su habitación y sonríe cuando lo mira. — Hey, buenas noches. — dice dulcemente, acariciando la mejilla de su novio.
Jeno le da un besito en los labios. — Te traigo una sorpresa.
El menor levanta una ceja, sin dejar de sonreír. — ¿Sorpresa?
Jeno lo sujeta por la cintura con uno de sus brazos, mientras sostiene con la otra mano la bolsa de tienda departamental y la sacude. — Compré algo para ti...— hace una pausa y sonríe pícaro otra vez.— Bueno... Podríamos decir que es para los dos.
Jaemin parece confundido. — ¿Por qué tanto misterio? Muéstrame y ya.
El mayor parece un poco nervioso. Es bastante probable que a Jaemin no le guste en absoluto, pero cuando vió las prendas no pudo evitar pensar en lo calientes que se le verían a su Nana. — Si no te gusta... ¿Prometes no echarme de casa?
El castaño se ríe. — Eres un exagerado, ya muéstrame.
Jeno asiente, soltando su cintura. Abre la pequeña bolsa y saca lo que parece ser un montón de tul de seda blanco. Nana levanta una ceja, tomándolo de entre las manos de su novio. Cuando lo deja sobre el sofá, extendiéndolo, su expresión es de clara molestia.
Se agacha para ver todo de cerca y puede distinguir unas bragas, una diminuta blusita, algo que parece ser un liguero y otros complementos. Suelta un suspiro de cansancio. — Jeno, hemos hablado de esto varias veces y sabes que no me llama la atención ¿Por qué lo compraste?
El pelinegro parece avergonzado mientras soba su nuca. — Amor... Sé que esto no te gusta, pero mira... Es tan bonito y se te vería tan, tan bien...— dice eso último casi gimiendo.
Jaemin suaviza un poco su expresión. Voltea a ver otra vez las prendas. Son lindas; parecen muy finas, pero le da terror admitir que le gustan aunque sea un poco. — No quiero verme afeminado, Jeno. — dice dudoso, tratando de convencerse más a sí mismo que a su pareja.
El otro chico le dirige una sonrisa tierna. — No te preocupes, amor. Puedo regresar las cosas a la tienda, no voy a obligarte. — le guiña un ojo mientras se agacha a su lado y trata de meterlo todo en la bolsa de nueva cuenta.
Jaemin detiene su mano. — Guárdalo, pero no lo devuelvas ahora. — dice, intentando disimular. — Iré yo mismo mañana ¿Sí?
El mayor sonríe y asiente, poniendo las prendas dentro de la bolsa. Cuando termina, la deja por un lado. Mira a Jaemin con una sonrisa y luego de darle un pico, dice — ¿Qué hay de cenar?
• • •
Días después, Jaemin llega temprano a casa luego de un largo día en la facultad.
Sabe que Jeno demorará un poco más en llegar de sus clases extra en la universidad, así que decide tomar un baño.
Al salir de la ducha, recuerda que, después de lavar las prendas íntimas que había comprado su pareja, las había guardado en lo más profundo de su cajón, pretendiendo no verlas.
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Kinktober 🎀 NCT
Random«𝒮𝒾𝑒𝓉𝑒 𝓈𝑜𝓃 𝓁𝑜𝓈 𝓅𝑒𝒸𝒶𝒹𝑜𝓈 𝒸𝑜𝓂𝑒𝓉𝒾𝒹𝑜𝓈. 𝒮𝓊𝓂𝒶𝓃 𝑜𝒸𝒽𝑜 𝒸𝑜𝓃𝓂𝒾𝑔𝑜, 𝓃𝓊𝑒𝓋𝑒 𝓁𝑜𝓈 𝓆𝓊𝑒 𝓉𝑒 𝒸𝑜𝒷𝓇𝑜, 𝓂𝒶𝓈 𝒹𝑒 𝒹𝒾𝑒𝓏 𝒽𝑒 𝓈𝑒𝓃𝓉𝒾𝒹𝑜.» Colección de one shots / drabbles inspirados en distintos fetiches...