«Pero mis aleteantes alas
no pueden evitar que tires de mí hacia abajo.
(...)
Y sí, tal vez sea cierto,
porque no puedo dejar de pensar en ti.»
• • •
Mark al fin termina de enviar todos los documentos necesarios para la transacción.
Quita la corbata de su cuello y retira los primeros cuatro botones de su camisa, para posteriormente sobar su sien con notorio cansancio.
Ha pasado gran parte del día atendiendo a los molestos socios de la estúpida compañía y no ha podido pasar ni siquiera un poco de tiempo con su pequeño bebé, Donghyuck.
Hace un gesto de malestar levantándose de su silla giratoria. Toma lo último del vaso de whisky para dirigirse fuera de su estudio, hacia las escaleras.
Una vez en el siguiente piso, frente a la puerta del cuarto de su baby boy, el olor dulce, característico del cuerpo de Donghyuck, inunda su olfato y le provoca un suspiro de placer luego de un ajetreado día de trabajo.
Toca un par de veces la puerta blanca de madera rígida. — Baby, he terminado ¿Estás dormido?— No obtiene respuesta. Trata de no exasperarse y toca varias veces más, sin conseguir nada a cambio.
Se exaspera y, tratando de contener su pesada respiración, entra al cuarto de su baby, quien está sentado a los pies de la cama, con las piernas cruzaditas. Viste un suéter rosa que llega hasta sus rodillas y un choker lila que hace un contraste divino con el color canela de su piel.
Su cabello está ligeramente desordenado y sus ojitos parecen llorosos. Los finos labios rosados forman una mueca de tristeza.
Mark suspira, agachándose a su altura. — ¿Qué ocurre, nene?
Donghyuck quita la mirada del suelo y voltea a ver al hombre mayor. — Papi no estuvo conmigo en todo el día.
El canadiense hace un amago de sonrisa. — Lo sé, bebé... Estuve un poco ocupado, pero ahora soy todo tuyo. — responde, guiñándole el ojo.
El menor limpia una pequeña lágrima de su mejilla con la manga del suéter. — ¿En serio, Papi? ¿Podemos jugar ahora?
La mirada de Mark se oscurece e introduce dos dedos en la argolla que cuelga del choker. Acerca el rostro de Haechan al suyo y susurra sobre sus labios. — Así es... Ahora, demuéstrale a Papi cuánto lo extrañaste.
El moreno le mira con picardía y se muerde el labio inferior. — Mmm, Papi... He esperado por ti todo el día.
Mark lo suelta con una sonrisa de suficiencia; luego, se levanta del suelo.
Donghyuck lo mira frente a él. Alto, con el cabello negro peinado hacia un lado, imponente, dominante.
Sólo con mirarlo, se estremece. Descruza sus piernas y las abre, sin ningún cuidado, provocando que el suéter se levante, dándole al mismo tiempo a Mark el mejor panorama de su parte íntima desnuda.
El mayor suelta un gruñido apenas audible. Termina de desabotonar su blanca camisa; retira su cinturón del pantalón de vestir y mira a Donghyuck con los ojos oscurecidos de deseo. — Quítate esa porquería, solo estorba.
El menor le sonríe coqueto, pasando una mano por su cabello. — Sí...
Mark levanta una ceja. — Sí ¿Qué?
— Sí... Papi.
Mark asiente. Donghyuck procede a sacarse de encima el suéter, que termina esparcido en alguna parte desconocida de la habitación. Tiene una creciente erección y sus pezones están estimulados.
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Kinktober 🎀 NCT
Diversos«𝒮𝒾𝑒𝓉𝑒 𝓈𝑜𝓃 𝓁𝑜𝓈 𝓅𝑒𝒸𝒶𝒹𝑜𝓈 𝒸𝑜𝓂𝑒𝓉𝒾𝒹𝑜𝓈. 𝒮𝓊𝓂𝒶𝓃 𝑜𝒸𝒽𝑜 𝒸𝑜𝓃𝓂𝒾𝑔𝑜, 𝓃𝓊𝑒𝓋𝑒 𝓁𝑜𝓈 𝓆𝓊𝑒 𝓉𝑒 𝒸𝑜𝒷𝓇𝑜, 𝓂𝒶𝓈 𝒹𝑒 𝒹𝒾𝑒𝓏 𝒽𝑒 𝓈𝑒𝓃𝓉𝒾𝒹𝑜.» Colección de one shots / drabbles inspirados en distintos fetiches...