Capítulo 11

728 29 6
                                    

Sentí un maldito calor subir por todo mi cuerpo y los latidos de mi corazón acelerarse a un nivel considerable. No, no era por el ejercicio que había estado haciendo. Sentía que la sangre me estaba hirviendo, literalmente. Quería arrancarle las bolas a ese maldito infeliz.

Alexander Brooks... ese imbécil. Toda la sangre me empezó a hervir; no sabía si era porque ese maldito estaba intentando llegar a algo con Clairy o era por el hecho de saber que yo era igual a ese inútil y hasta ese momento me daba cuenta. Sentir que que no tenía derecho de asesinarlo por eso, solo me cabreaba más.

Era un cabrón y yo era igual que él. Aunque nunca en mi jodida vida llenaba de promesas a nadie a cambio de un polvo, esa laxa justificación no me hacía mejor que él. No me hacía sentir mejor que él.

La sola idea de que Brooks se estaba imaginando diferentes escenarios con Clairy... tuve que echar mano de todas mis lecciones de manejo de la ira para no cometer una estupidez.

-¡Blair! -Me gritó Hank, luego de unos segundos. -

Pero yo seguí observando por unos momentos más a ese imbécil, reteniendo mis instintos homicidas. ¿Por qué sentía eso? ¿Por qué sentía esta necesidad de protegerla de esta manera? No tenía ningún sentido.

-Ahora mismo voy a por Brooks. -Dije con el tono adecuado de una amenaza. -

Lo arrastraría de las bolas si era necesario. Comencé a caminar en su dirección, pero después de dar tres pasos, Hank me detuvo del brazo con firmeza.

Miré directamente el agarre de mi entrenador, preguntándome a qué mierda esperaba para quitarme la mano de encima, pero él no me miraba, tenía su atención en Brooks y Clairy.

-¿Esa niña es tu novia? -Apreté la mandíbula en respuesta. -

A la vez, el resto de mi cuerpo se destensó cuando toda mi ira se fue a tomar por culo. Clairy no era mi novia así que no tenía derecho a sentir... ¿celos? Celos... No estaba seguro de qué era todo eso.

-Y una mierda... -Me zafé del agarre de Hank y reanudé mi camino. Clairy no era mi chica, pero estaba a mi puto cargo y no permitiría que ese idiota se le acercara con cualquier pretexto para sacarle un polvo.

-No sabía que era tu novia...

-No es mi novia, Hank. -Aclaré de mala gana sin detenerme. -Pero está bajo mi responsabilidad y ese imbécil tiene los minutos contados.

Observé los movimientos de cada uno: Clairy lo miraba, respondía a sus estupideces y luego dirigía la vista a su libro. Hizo lo mismo tres veces más y por un segundo relajé la tensión que se había vuelto a acumular en mis músculos, hasta que Brooks dijo algo que hizo que Clairy cerrara de golpe su libro y vi sus labios moverse.

Me apresuré, pero fui lo suficientemente silencioso para que ninguno de los dos me escuchara. Tenía interés por saber qué le estaba diciendo. Conforme me fui acercando, escuché su conversación.

-... Cálmate... No pensaba nada de eso, preciosa. -Sonrió Brooks. -Sólo creí que ése sería el mejor lugar para conocernos.

Clairy bufó.

-Vale y supongo que sólo querías charlar. -Brooks asintió. -Tal vez estás olvidando mencionar que, en tu idioma, "charla." es equivalente a follar. -Él borró su sonrisa, Clairy levantó su ceja y comenzó a verlo de manera inquisitiva. -No seas tan cretino. No creo parecer una desesperada que le apetezca "charlar" y lo último que necesito ahora es un gilipollas fornido que quiera sacar un polvo.

Una sonrisa se asomó por mis labios al escucharla decir eso. Clairy no era una tonta y eso me llenaba de felicidad.

-No me digas que eres de esas tías que leen novelas eróticas, aparentando inocencia, esperando a que les den marcha.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 01, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Ángel Suicida (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora