El Ángel Suicida (En edición)

Capítulo 6

Me quedé ensimismado en mis pensamientos. ¿De dónde se le ocurrían estas ideas a Summer?

-¿Daniel?

No le contesté. Expulsé aire y miré hacia el cielo nublado. Quedarme a cuidar de Clairy. Toda la noche. ¿Acaso tenía pinta de ser una jodida niñera? Nunca había sido bueno con los mocosos y jamás había tenido que ver por nadie además de mí ¿Cómo se supone que iba a poder con Clairy? Finalmente, aclaré mi garganta y fue cuando recordé que mi estúpido amigo continuaba esperándome en la otra línea. Gracias a que lo escuché maldecir, pude regresar completamente a la realidad.

-¿Dan? Maldita sea ¡Coge el Puto Móvil!

-Te dije que tengo cosas que hacer, joder. -Gruñí. -Ni siquiera me das un buen incentivo para pensármela. Invitas a las mismas guarras de siempre.

-¿Pero qué mierda...

-Sabes bien a lo que me refiero. Nos vemos mañana.

Y colgué.

Summer me vio sin entender nada de lo que había ocurrido, así que para bajar un poco la tensión, le dediqué una sonrisa. Y luego de unos segundos, dije:

-Summer.... yo, la verdad no creo que sea buena idea. -Pasé mi mano sobre mi cabeza. -¿Cómo se supone que lo haga? Yo ni siquiera tengo hermanos y he vivido por mí cuenta gran parte de mi vida. Yo no creo que sea buena opción.

No era que no quisiera, al contrario, parecía una buena oportunidad de conocer un poco más a Clairy, pero la última vez que había estado en la casa de una chica a solas, había sido para follar... incluyendo veces anteriores. No tenía puta idea de qué hacer con una tía en su casa que no fuera follar.

-Por favor, Daniel. Lo haría yo misma, pero mis padres están fuera esta noche y tengo a mi hermanito en casa. -Explicó. -Tuve que llamar a una niñera de emergencia para poder estar aquí. Además, Clairy no está en condiciones de viajar. Me la llevaría yo, pero sabes que ella está débil.

-Summer. -Suspiré. -Venimos hasta aquí y mírala, ella está bien. -Volví a sonreír, aunque por dentro sabía que yo también estaba preocupado por ella, igual o mucho más que Summer.

-Lo sé, pero...

-Vamos, Summer... -Interrumpí. -¿No confías en tu mejor amiga?

Ella me miró inexpresiva durante unos segundos y luego, bajó la mirada. Comenzó a jugar con sus manos y habló.

-No es que no confíe en ella, Daniel, pero tú sabes que ella no está bien. Ella no puede estar sola... No puede... Si tan sólo me dejaras explicarte tantas cosas.

ALTO. Al momento de escuchar esas palabras, supe que me confesaría toda la historia detrás de Clairy. Un impulso dentro de mí me hizo reaccionar de pronto.

-No sigas, Summer. No necesito saberlo, al menos, no todavía.

Ella abrió sus enormes ojos en señal de desesperación.

-Pero es que...

-Quiero que ella tenga la suficiente confianza para decírmelo. -Expliqué antes de que siguiera. -

No dijo nada. Regresó su mirada al suelo, jugando con sus manos. La observé unos segundos, preguntándome qué tan seria era la situación en la que se encontraba Clairy. Me vio de nuevo, como si hubiese adivinado lo que pensé, abrió la boca para decir algo, pero antes de darle la oportunidad de seguir hablando pregunté:

-¿Por qué confías en mí?

-¿Qué? -Ella frunció el ceño. -

-Sí. -Dije firme. -Ella es tu amiga, casi tu hermana... y... me estás confiando su vida. Me conoces hace menos de dos días, Summer. Ni siquiera sabes lo que hago ni lo que soy... Y me pides que cuide de Clairy como si yo fuera la mejor opción. -Me reí sin ganas. -Te juro que no lo soy ¿Vale? Soy un maldito hijo de puta, Summer. Te lo puede decir mucha gente, mi currículo no es bueno si hablamos de obras sociales. No sé tratar a las mujeres... Soy un capullo, de hecho...