Capítulo 4

700 36 4
                                    

Llegué a mi piso a eso de las 5:10 p.m. Aprecié la tranquilidad que había y me di el lujo de quedarme atontado frente a mi estancia, procesando lo que había pasado. "Hogar, dulce hogar." No podía estar más de acuerdo con esa frase.

"La gran caja." Ése era el nombre que mis colegas de Universidad le habían asignado a mi departamento tipo loft luego de unas fiestas. Honestamente, parecía una caja por su tamaño. Vivía en la calle de Rochadale, a 20 minutos de la Universidad. No podía quejarme, mi departamento era decente y enorme; el primer nivel estaba conformado por la estancia, la cocina y comedor, sin paredes de por medio; una habitación de visitas junto con un baño y un pequeño bar. El segundo nivel era sólo la mitad del apartamento y ahí estaba mi habitación, mi estudio y mi baño. Tenía a la vista todo mi territorio desde mi cama, porque tampoco había pared de por medio. Los ventanales eran del tamaño de mi piso y cada noche corría las cortinas a control remoto. Su color era blanco, con detalles negros y grises.

Tomé el control para cerrar todas las cortinas y cuando estuve seguro de tener la privacidad en mi piso, subí a mi pieza para poder tomar una ducha rápida, relajarme un poco y así poder comunicarme con Summer. Encendí mi reproductor de música y New Perspective de Panic! At The Disco, comenzó a sonar por todo el lugar. Traté de no pensar en nada ni de hacer algún tipo de conjetura que me hiciera sentir más ansioso por querer saber las cosas. Cuando terminé, me vestí con unos pantalones de franela y apagué la música, luego bajé a la estancia a ver un poco de televisión y puse la cafetera para hacerme un café bastante cargado. Pasé unos cuantos canales y luego de poner un canal de deportes, marqué el número para llamar a Summer. Al tercer tono respondió.

-Hola, Summer.

-Daniel... -Saludó con un tono animado. -Dime... ¿Cómo está? -

Expulsé un poco de aire. Realmente quería olvidarme de toda la mierda que había pasado unas horas atrás, pero me di ánimos diciéndome a mí mismo que era necesario hacerlo y que sería la última vez en la noche que hablaría sobre el tema.

-Ella está bien, Summer. Está mucho más tranquila y ya está en su casa. -Sonreí con cansancio. -

La escuché sonreír desde el otro lado de la línea.

-Me siento mucho más tranquila sabiéndolo, Daniel. Muchas gracias.

-Por eso te llamé, para reportarme. -Continué. - Tal y como prometí. Supongo que Clairy ya se habrá tomado una ducha y está relajada, tratando de olvidar todo lo que pasó.

Hubo un momento breve de silencio. No me gustaba para nada y menos cuando sentí un maldito escalofrío recorrerme por toda la espalda, pero decidí pasar de eso y más cuando Summer continuó hablando.

-Me daré una ducha rápida e iré a verla.

-Honestamente no creo que sea buena idea, Summer. Clairy se miraba deseosa de pasar un tiempo tranquila, sin preguntas ni nada de eso. -Reí levemente. -A decir verdad, casi me echó de su casa cuando llegamos.

Creí que Summer correspondería a mi pequeña broma, pero siguió con su argumento y pude notar que la preocupación comenzaba a hacerse presente en su voz.

-Yo lo entiendo, pero es que...

-Summer. -Interrumpí, mierda. No podía escucharla así... involuntariamente comenzaba a descomponerme. -Ella está cansada y creo que sabes mejor que yo, que Clairy adora su privacidad.

-Tú no entiendes. -Refutó. -Es que necesito verla... necesito saber que ella está bien... que no va a... cometer otra locura igual -Justificó. -

Cerré los ojos con fuerza. Debía admitirlo, desde que había dejado a Clairy en su casa tenía una maldita inquietud y era la misma que tenía Summer. En esos momentos no me parecía buena idea haberla dejado sola esperando a que llegaran sus padres. Sin embargo, sabía bien que los momentos que había pasado podían estarme jugando una mala broma y esta situación, lo único que lograba, era ponerme de los malditos nervios. Debía confiar en Clairy... necesitaba mantener esa mentalidad... Necesitaba manejar el positivismo como lo había hecho durante toda mi puta vida.

El Ángel Suicida (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora