Por la flor de mi alfa [HIATUS]

Capítulo XIX

Boca abajo en el lecho su cuerpo se sentía soñoliento y sus ojos se negaban a abrirse mientras disfrutaba de las inentendibles figuras que el alfa dibujaba en su espalda desnuda.

― ¿Qué haces? ― preguntó aun con sus ojos cerrados.

― Escribo ― respondió el alfa con simpleza.

― ¿Qué escribes?

― Es un secreto ― contestó con una sonrisa ladina, mientras el omega formaba un puchero mirándolo enfurruñado.

Tomándolo de las mejillas acercó su rostro para besarlo. Envolviéndolo en sus brazos rodó por la cama hasta quedar sobre el peliverde. Apoyado sobre sus codos repartió pequeños besos por cada peca.

― Buen día ― canturreó el alfa depositando un beso en sus labios.

Abandonando su rostro, poco a poco fue descendiendo entre besos húmedos y mordidas por el cuello y pecho del omega.

― Espera, Katsuki...― Izuku intentaba detenerle empujándolo levemente.

― ¿Qué? ¿no te gusta? ― ignorando los empujones, saltó a sus piernas comenzando a dejar alguna que otra marca en la pálida piel de sus muslos interiores.

― No es eso... es que― el suave gruñido que se escuchó en la habitación hizo al alfa detenerse.

Incorporándose observó el rostro del menor completamente enrojecido, intentando cubrirlo con sus manos, y por más que lo intentó no pudo contener su risa. Tirándose junto al omega en la cama comenzó a burlarse de él a carcajada limpia, ganándose un golpe ofendido en su pecho.

― ¡No te burles de mí! Despierto con mucha hambre en las mañanas ― susurró apenado lo último, pero al ver que el cenizo no paraba de reírse, con su bien practicada voz arrogante le ordenó ― Quiero comida.

La risa del alfa paro en seco para sentarse en la cama.

― Acabas de ¿ordenarme?

― Así es. Quiero comida.

― Muy bien, le conseguiré el desayuno, Alteza ― recalcó su honorifico ― pero no será gratis, tienes que pagarme.

― ¿Pagarte?

El omega estaba confundido, pero el alfa en respuesta sólo señaló su propia boca. Izuku comprendió rápidamente y con un poquito de timidez deposito un beso en los labios ajenos, pero cuando intentó alejarse el alfa insatisfecho tomó su nuca para profundizarlo. Recorriendo cada espacio de su boca con viveza Katsuki lo embriagó con su lengua, dejándole aturdido cuando el beso llegó a su fin. Sólo la camisa blanca estampada sobre su cara logró despertarlo de su ensoñación.

― ¿No tenías hambre? Vamos vístete, buscaremos algo para comer ― habló el alfa robándole otro beso antes de empezar a vestirse con sus pantalones.

Izuku también comenzó a vestirse, logrando con éxito la tarea de abrochar por completo la camisa, pero fracasando totalmente con el resto de sus prendas. Intentó por décima vez colocarlas correctamente, pero al igual que las otras nueve veces el resultado fue el mismo, su chiripá y faja regados a sus pies. Escuchó el resoplo divertido del alfa a su lado, burlándose de él, y a pesar de tirar su orgullo al suelo no tuvo de otra que pedir su ayuda.

― No me digas que Denki te ha estado ayudando a vestirte todo este tiempo.

― Bueno, si. Es que no estoy acostumbrado a vestirme solo. Ese es el trabajo de mi doncella ― comentó como si fuese la cosa más normal del mundo.