El dolor de mi cuerpo todavía persistía un poco, a pesar de que ya había pasado una semana,una larga semana en donde tuve que mentir con respecto a los golpes en mi trabajo.
Mi jefe creía que de regreso a casa alguien me había intentado robar, pero yo me resistí, lo que ocasionó que los "ladrones" me golpearan. La única ventaja que logré sacar de esta mentira fue el cambio de turno,mi jefe se veía mortificado por mi seguridad así que decidí cambiar mi turno de tarde por el de las mañanas,lo que me facilitaba en gran medida las cosas,salía cuando sabía que Mark estaría en el bar de siempre con sus amigos borrachos y llegaba antes que él.
Después de una turno en la cafetería por fin estaba por llegar a casa,ansiaba estar envuelta por el calor que generaban las sábanas de mi cama,quería tomar un chocolate caliente y perderme en mis pensamientos,era un momento solo mío.
Cuando crucé el umbral de la puerta,el silencio me recibió,no se escuchaba ningún ruido,mis pisadas subiendo las escaleras hacia mi cuarto rompieron el silencio;entre a mi cuarto,en la esquina que quedaba frente a la puerta entre las sombras había un sillón individual viejo,pero lo que llamó mi atención fue ver una sombra de hombros anchos y rostro duro ocupando ese lugar.
—¿Donde estabas —la voz ronca de Mark llegó a mis oídos causando un escalofrío como siempre.
—Qu-uise s-salir a-a cam-minar un-n rat-to —mi mirada viajaba por todo el cuarto para no tener que enfrentarme a la mirada sería de Mark, tan solo con escuchar el tono de su voz sabía que está furioso.
Algo fuera de lugar llamó mi atención,la mesita de noche se encontraba volcada sobre el piso,en cuanto vi eso mi pulso se aceleró,las palmas de mis manos comenzaron a sudar,el aire comenzaba a faltarme y temía que mi secreto fuera descubierto y que por esa razón sea la furia de Mark.
—Sabes,hoy me pasó algo muy interesante —las palabras se escuchaban arrastradas,claramente por el alcohol.
—¿Que-e t-te pas-so? —tenía la esperanza de que no fuera lo que estaba temiendo.
Lentamente se levantó del sillón y comenzó a caminar por mi cuarto,su mirada vagaba entre los pocos objetos que adornaban mi habitación,tomo una pequeña figurilla de perro que tenía en una repisa,lo miró con lo que parecía curiosidad y lo paso de una mano a otra jugando con el. Mi corazón seguía latiendo aceleradamente,temía que en cualquier momento Mark descargara su ira conmigo,el aire que nos rodeaba se sentía tensó,cualquier persona habría notado que algo pasaba.Me dio una fugaz mirada y pude ver el atisbo de una sonrisa en su rostro,lo que me desconcertó mucho porque él no sonreía.
—Algo me dijo que viniera a verte,llámalo corazonada —seguía rondando por mi cuarto cual león cazando a su presa— así que lo hice y no sabes la sorpresa que me lleve al ver que no estabas,pero lo más extraño fue que me tropecé con la alfombra— hizo un pausa como si estuviera recordando lo que le paso, una sutil risa se escuchó en la habitación,parecía como si la situación le causara furia y diversión a la vez, yo no sabía cómo reaccionar ante su actitud— pero ya en el piso note unas marcas extrañas, como si alguien hubiera arrastrado un mueble pesado y sus patas causarán raspones en el piso pero,¿por qué alguien querría mover la mesita de noche? —trague grueso,no conteste a su pregunta por temor a que cualquier comentario desatará su furia— así que la moví, pero todo parecía igual o eso pensé, hasta que se cayó una de esas estúpidas figurillas que tanto te gustan. El sonido que ocasionó fue extraño, fue como si debajo de la madera no hubiera nada — escuchar esas palabras fue como una cubetada de agua helada cayendo sobre mi cuerpo, sentí como las lágrimas inundaban mis ojos, no quería llorar frente a Mark pero me estaba costando mucho trabajo poder contenerme, estaba viendo como todos mis planes se esfumaban en un abrir y cerrar de ojos, la esperanza de tener una vida relativamente normal me estaba siendo arrebatada.— y eso alimentó mi curiosidad, así que quite las tablas encontrándome con una enorme sorpresa —del bolsillo de su pantalón sacó un pequeño fajo de billetes que reconocí de inmediato; en sus manos estaban todas las horas de cansancio, las horas extras que he trabajado, el aguantar a los clientes exigentes e irrespetuosos; en sus manos estaba todo mi esfuerzo,dedicación y esperanza. Al ver la mirada de Mark sabía que todo lo que había soñado,todo lo que anhelaba me había sido arrancado de la manera más dura, haciéndome regresar a la realidad.
—Y-yo —no sabía qué decir, mi boca estaba cerca, las lágrimas ya había comenzado a caer con libertad sobre mi piel.
—De seguro has de ver conseguido ese dinero siendo una zorra —era increíble cómo a pesar de los años sus palabras todavía me lastimaban— ¿Pero quién va a querer a una zorra como tú? —baje la cabeza avergonzada, sabía que no era una zorra, que había ganado ese dinero de una forma honestamente, pero aún así,sus palabras lograban golpear la poca autoestima que todavía tenía —¿Que acaso no te has visto en un espejo?, nadie pagaría por estar con una zorra que tiene cicatrices como tú. Pero, por suerte a mí no me importa.
Esas palabras lograron hacer que todos lo bellos de mi cuerpo se erizarán. Mark nunca había pasado más allá de los golpes pero al parecer hoy esa no era su intención.
Mark camino con pasos lentos hacia donde estaba. Posó su mano sobre mi mejilla,intenté alejarme pero su gesto fue insistente. Con su pulgar limpió las lágrimas que resbalaban por mi mejilla.
—No llores,si te portas bien no va a pasar nada malo.
Escuchar esas palabras salir de su boca logró hacerme reaccionar,tenía que escapar.
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Nuestras cicatrices
Teen FictionCuando somos niños nadie nos dice lo dificil y dura que puede ser la vida. Yo tuve que aprender esa lección de la peor manera. Mi vida era un infierno constante, el dolor y el sufrimiento siempre estaban presentes. Llegó un momento cuando comencé a...