-¿Q-que haces? - oí que dijo, pero me quede un rato así hasta saber que era seguro salir. Después de unos segundos me despegue, mire hacia mis costados y me limpie la frente como si eso hubiera sido un trabajo duro.
-¿Te encuentras bien Leila?
-Chase... - y ahora como le explicaba a Chase, que me estaba escondiendo de un tipo, al que le había mentido – verás, es que hace tiempo que no te veía y ayer se murió mi gato, lo siento, necesitaba un abrazo.
¿En serio Leila? ¿Un gato? Eres alérgica!
-Oh, lo siento mucho – Chase dudo antes de decir- pero... ¿no eras alérgica a los gatos?
¿Como demonios el lo sabía? Ah, cierto el y Ester tienen un gato, cada vez que voy a su casa el pobre Tomy tiene que irse afuera.
-Es el gato de mi vecina, no me le acerco, pero aún así le tenia mucho aprecio – trágame tierra.
-Ah, claro... - Chase me miro raro y luego sonrió.
Conocía a Chase, desde que eramos amigas con Ester unos cinco años mas o menos. El había terminado el instituto el año pasado y quería estudiar para ser profesor de matemáticas, pero una cosa llevo a la otra y termino ayudando a su padre en el taller.
Era alto, no tanto como Sebastian , pero lo era. Tenía el mismo color miel en sus ojos, que Ester su cabello era un poco mas claro que el de ella, y como jugaba al futbol se encontraba en un buen estado físico. Con Chase no me era tan difícil hablar, el era muy simpático y gracioso, y siempre bromeábamos cuando veíamos películas todos juntos en su casa.
-¿ Desde cuando te obsesionas por las compras? - miraba sorprendido la enorme cantidad de bolsas
-Oh, no son mías son de Sander. Las mías son estas – dije señalando dos bolsas que se encontraban a mis pies.
-Lo supuse, y ¿donde esta la pequeña monstrito?
- Deja de llamarme así Chase! - Sander lo saludo.
-Lo siento monstrito – sonrió - ¿Vamos a tomar un café chicas? Así me acompañan a esperar a Lucy que esta en el cine.
Lucy era la mas pequeña del clan Smart, era una niña de diez años encantadora. Era muy maudra para su edad y graciosa como su hermano.
Los tres nos dirigimos a un pequeño cafe que se encontraba por ahí. Cuando nos sentamos me di cuenta que necesitaba ir al baño, asi que me disculpe con los chicos y me dirigí al baño de damas.
Cuando estaba caminando, alguien salio del pasillo y me choque brutalmente, estaba a punto de caerme cuando el extraño tomo mi mano y evito un momento vergonzoso para mi.
-Lo siento – ¡que suerte la mía! Tenía al chico ingles frente a mi, con su infaltable sonrisa.
-Fue mi culpa – me sonrió -¿Que haces por aquí? - pregunto tratando de ser amable.
-Estoy con unos amigos – señale con la cabeza la mesa de Sander y Chase, que raramente solo se encontraba Chase y ¿Sander?
El miro la mesa como no entendiendo de que amigos hablaba, si solo había una persona en la mesa.
-Geni...- no lo deje terminar.
-Me tengo que ir ya sabes, a “evacuar” - hice comillas con mis dedos. ¿EVACUAR? Que estupidez.
Como pude pase por su lado y me metí en el baño de mujeres, cerrando la puerta y recostándome sobre esta. Mi corazón latía a mil, ¿Como una simple conversación de algunas palabras podía ponerme así? No creo que fuera la conversación, creo que era la persona con la que hablaba. Por suerte pude escapar de esos ojos azules que me miran con algo de intriga, algún día me voy a tener que enfrentar a el y tener una conversación de personas normales, pero hasta que me acostumbre ahora no es el momento.
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El primero
RastgeleLeila Rousse una joven de diecisiete años, tímida, algo rellenita, insegura y con amigas que son totalmente lo contrario a ella, afronta una vida sin su madre y con un padre algo ausente debido a su trabajo. Pero en un momento llega alguien a su vi...