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*LAY*
Me dirigí hacia la cocina una vez mi mente pareció captar que lo que quería en realidad Chen era hablar con Suho. No sabía de qué pero realmente no era algo que me concerniera. Los restos del plato que rompí seguían en el suelo y la cena seguramente en el comedor. Con la bolsa que llevaba me senté sobre una de las sillas de la elegante mesa de madera en la cocina y la abrí para curiosear el contenido, dos cafés y dos croissants listos para alimentarnos. La descansé apaciblemente sobre el mueble, no tenía hambre, no después del acogedor y cálido despertar que se transformó en un momento angustioso por el simple sonido del timbre de la puerta. Suho me expuso su lado más cobarde, más aterrado... Realmente no podía entender de qué, quién era o qué era lo que le asustaba. Entendí que si se trataba de una persona probablemente era la que le causaba daño. Descansé el codo sobre la parte superior de la mesa, aquella superficie plana y grande realmente era cómoda, finalmente acabé por recostar los brazos y la cabeza. A noche disfruté mucho de la compañía del que ahora se hallaba manteniendo una conversación en el comedor pero realmente no le conocía; de hecho, averiguar que se llamaba Junmyeon fue pura suerte. De todos modos sentía que Suho no estaba confiando en mí, que no era capaz de abrirme por completo su corazón y eso era algo que me estaba importunando. Me levanté incómodo del sitio en donde me hallaba, con el creciente malestar, debía ducharme, no solo porque anoche sudé sino porque conservaba los vestigios de secreción de Suho y serían muy arduos de limpiar. No podía olvidar simplemente que alguien le lastimaba, necesitaba averiguar su identidad y protegerle. Caminé hasta la puerta de la cocina y me detuve al escuchar:
SUHO: Tal vez no fue así. Te veo muy alterado...
CHEN: Claro que lo estoy... Se aprovechó de mí.
SUHO: ¿Le preguntaste?
CHEN: Solo huí del cuarto al verme en esa situación tan embarazosa... Como se atreviera a abrirme la "lata de hojalata" creo que no responderé de mí mismo.
Suho se carcajeó de su amigo y percibí un sonido que fácilmente se intuía como golpes en el hombro para animar.
SUHO: Solo pregúntale ¿quieres?
Cuando me percaté de que curioseaba y escuchaba una conversación que no era de mi incumbencia retomé mi trayecto, crucé el salón y subí las escaleras hasta la segunda planta del apartamento, pude divisar en ese breve periodo de tiempo la espalda de Suho junto con mis arañazos, en realidad solo cedí a darle más heridas cuando ya poseía bastantes. Era algo por lo que pronto comencé a sentirme mal aunque sabía que no era mi culpa. Ansiaba que la conversación entre los dos amigos acabara para así intentar una vez más hablar de las magulladoras de su cuerpo pero, supe que ese deseo permaneció ajeno cuando Chen ingresó en el comedor para acomodarse en el sofá. Cerré la puerta del baño y me miré al espejo que justo se disposicionaba frente a mí, sobre el lavabo. Mis ojos brillaban con mucha fuerza, quería llorar y no sabía porqué. Era tan patético, lloraba por todo y ahora ni siquiera sabía cuál era el motivo por el que esas lágrimas saladas rodaban sin ningún tipo de control sobre mis mejillas. Me las limpié lleno de rabia con el antebrazo y me introduje en aquella ducha moderna sin vacilar. Ni siquiera temí el ardor del agua, de todos modos lo único que ahora buscaba era olvidarme de aquella dramática secreción que segregaban mis ojos. El chorro de agua mojó completamente mi cabellera rubia convietiendo el color claro en uno un poco más oscuro y las gotas de agua se perdieron en mi piel; la cual, se enrojecía con el tacto. Pasada una hora salí de la ducha, sequé y cubrí mi desnudez con un albornoz de baño, luego de cerrarlo con la respectiva cinta hecha del mismo material abandoné el lugar. Cruzando el pasillo hasta la habitación de Junmyeon una puerta obtuvo mi atención, no recliné la mano sobre el pomo para fisgonear, simplemente confundí aquel sitio con el que buscaba. No obstante, la puerta no se abrió, permaneció cerrada y pude intuir que estaba bajo llave. Pensé que tal vez era el desván o algún cuarto importante. Mis pensamientos se vieron irrumpidos cuando una voz tras de mí preguntó:
SUHO: ¿Qué haces?
Me volteé de golpe apoyando la espalda sobre el objeto. Suho me había asustado.
LAY: Buscar tu habitación... -me encogí en mi lugar ¿Por qué su mirada permanecía fría hacia a mí? No lo entendí.
Él se quedó todavía inspeccionándome y sus orbes oculares descendieron por toda la longitud de mi brazo para observar con gran detenimiento como mi mano se sujetaba al pomo de esa puerta. Probablemente se sentía incómodo, ansiaba que la apartara y sus ojos lo decían. No lo dudé y aumenté la distancia entre dicho objeto y mi extremidad.
LAY: Lo siento...
Suho negó con la cabeza e inmediatamente condujo la mano derecha hasta hasta mi muñeca. La agarró sin ningún tipo de pavor y a continuación arromangó la manga de aquel albornoz.
SUHO: Pareces una gamba, estás totalmente rojo. -Carcajeó.- El agua caliente es mala para la piel. -Me liberó a continuación dejándola caer.
Por pura imitación a su rostro contento le sonreí, pero era falsa, una sonrisa un tanto forzada. No negaré que el constante cambio de Suho ante algunos cosas que hacía y que parecían no alegrarle me asustaba. El semblante contrario pasaba de un hombre amigable y tierno a un segundo al de uno frío y seco. Eso causaba de nuevo que la curiosidad que guardaba aumentara más que antes. Buscaba saber qué era lo que le asustaba tanto y justo en ese momento desvelar lo que escondía tras esa puerta que mantenía cerrada y no quería que descubriera ¿Por qué guardaba tantos secretos bajo la manga? No me gustaba nada que no pareciera lo que pensé qué era. Fui arrancado de un golpe de mis pensamientos cuando sus manos agarraron la cinta que cerraba la pieza de ropa para baño y me arrimaron hasta su cuerpo, aproximando ambos rostros. Cerró los ojos para acercar sus labios brillantes y esponjosos que rozaron mi mejilla susurrarando:
SUHO: Hueles muy bien... -y al espetar esas palabras, sentir su cálido aliento sobre mi piel provoncándome una estúpida sonrisa... olvidé todo lo anterior. Aquello que me encaminó a pensar.
LAY: Acabo de darme una ducha. -comencé a recibir suaves besos a lo largo de toda la longitud que componía mi cuello.
Suho consiguió desviar completamente mi atención de aquella mistoriosa puerta, la que se localizaba tras mi espalda sin que me percataría.
SUHO: Estarías dispuesto a acompañarme en la mía?
Sonreí y sin pensarlo demasiado asentí con la cabeza.
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[ѕυℓαу] му ℓιттℓє ѕмιℓє αη∂ уσυя ℓιттℓє нσввιєѕ
FanfictionZhang Yixing es un chico que busca encontrar experiencias y emociones nuevas. Consigue esto gracias a una beca escolar que le hará mudarse a Corea el último año de instituto. Sin embargo, encuentra otro tipo de experiencias, como,creer en el amor a...