7. Sam

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11:33 Hrs.

Sam Wilson siempre había sido un buen amigo. No lo pensó dos veces cuando el Capitán América en persona le pidió ayuda. Después de perder a Riley luchó durante años, pero cuando finalmente conoció a alguien que podía llamar amigo de nuevo, se prometió a sí mismo que nunca lo abandonaría. Ahora, Steve era su hermano y su confidente.

Cuando los más recientes agentes de Hydra los atacaron hacía días, él ni siquiera parpadeó cuando les disparó entre los ojos. Nunca sería el legendario Bucky Barnes, pero ahora, de pie junto a Steve sobre las cenizas de la base Hydra en el rincón más lejano de Bangladesh, no podría importarle menos.

Falcon había apoyado al Cap desde el momento en que descubrieron la conspiración de Pierce y otros altos mandos de SHIELD. Seguro. No fue fácil de aceptar, pero Samwell Wilson nunca había sido ingenuo, y el mundo era un lugar complicado.

Pero Sam había estado allí cuando Steve volvió a ver a Bucky en ese puente.

Nunca había visto a alguien tan destrozado antes. El recuerdo más querido de Steve se había convertido en una pesadilla frente a sus ojos. Por un segundo, no miró al valiente e invencible Capitán América, sino a un joven asustado, lleno de dolor y confusión.

Justo como él mismo, segundos después de aterrizar, sosteniendo el cadáver de Riley en sus brazos.

Sam sacudió la cabeza y dejó que el recuerdo se disolviera. Necesitaba concentrarse mientras avanzaban, buscando habitación tras habitación. Nunca dejaría que esto volviera a suceder. No a Steve, quien ya había perdido tanto. Si pudiera ayudarlo a recuperar a su Bucky haría cualquier cosa. Se lo debía a Riley.


11:40 Hrs.

Sam caminó entre las cenizas de lo que alguna vez fue un centro de entrenamiento. Parecía una jaula para animales salvajes. Algunas barras de hierro y restricciones aún eran visibles y no pudo evitar sentir un escalofrío ascendiendo a través de su columna vertebral.

Bucky Barnes. El hombre cuya fotografía Steve solía llevar en el bolsillo interior de su traje de asalto había estado allí. Apenas más humano que un animal salvaje y tan consciente de sí mismo como un arma. Torturado. Abandonado.

En la cara de Steve asomaba la expresión sombría de las estatuas heroicas cada vez que encontraban nuevas pistas de Bucky. Nunca podría admitirlo, pero tampoco podía negárselo a Sam. Y al igual que una estatua, estaba a punto de derrumbarse cada vez que descubría alguna de estas cámaras de tortura.

Usando su visor de rayos X, Falcon descubrió un pequeño compartimento escondido y lo abrió. Algunos viejos documentos encriptados habían sobrevivido a las llamas. Tenían caracteres cirílicos y chinos, así como expresiones numéricas y esquemas anatómicos. Se los llevó a Steve, quien inmediatamente contuvo el aliento.

-¿Sabes? -Comenzó Sam, tentativamente - La agente Sharon Carter podría llamar al departamento de grafología de SHIELD y podrían decodificar esto en minutos, Steve.

-No confío en ella. -Soltó el Capitán amargamente. Sam lo miró con comprensión.

-Quiero decir... lo siento, Sam. Sé que podría hacerlo, pero SHIELD ha sido infiltrado. -Continuó, tratando de sonar más relajado. -No puedo dejar que nadie sepa sobre la programación de Bucky. Deberíamos usar solo comunicación privada. Nat será una mejor opción. -Por un segundo, Sam pensó que debería ser difícil sentirse tan solo y traicionado como Steve. El mundo entero le había dado la espalda a este hombre, pero nunca podía dejar de buscar a su único amor.

97 MINUTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora