8. Familia

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El mundo es un lugar extraño y solitario

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El mundo es un lugar extraño y solitario.

Pero Minder High es la cosa más aislada y rara que conocí alguna vez. Los alumnos que asisten a la fiesta tienen un estilo muy raro: chicas que usan medias de red en una sola pierna, mucho cuero, mucho negro, muchas falditas diminutas con portaligas, mucha musculosa negra rasgada y mucha gente entra y sale por la ventana.

La habitación de Kevin es mucho más grande que la mía y de hecho tiene un mini bar con bebidas. Estoy sentada sobre una pequeña heladerita apartada de todo y siento que esto en realidad no es mi fiesta de cumpleaños sino una excusa para celebrar y embriagarse.

Ari me ha conseguido una cerveza en botella personal de la cual bebo directamente. Me cuesta aclimatarme al sabor, esto es mucho más agrio que las fiestas de las novelas que leo. ¿Cómo pueden beber sin parar? ¿Por qué de pronto una prota que nunca bebía absolutamente nada consume hasta embriagarse en su primera vez? Eso no pasará conmigo, sólo la llevo en la mano y creo que me acompañará toda la noche.

Pero hay ciertas cosas que no dejan de resultarme extrañas en absoluto.

"¿Quieres jugar? ¿Quieres venir a jugar? En mis juegos retorcidos..."

Night Panda canta a todo volumen.

En las fiestas de mi antigua escuela escuchaban Rosalía.

Me quedo mirando la ventana y contemplo cómo entre tanto chicos que entran y salen, uno ingresa a trompicones con una caja enorme. Es Rasta (todo el mundo le llama así), el chico que antes me intimidó.

-¿Quieres subir al tejado?-propone Ángel apareciendo a mi lado luego de que Kevin al fin lo suelte un momento.

-¿No es una terraza?

-¿Eso pensabas?

Tiende su botella en símbolo de chocar ambas en un brindis.

-No voy a hacer eso, quizá tu novia se ponga celosa-le digo.

-¿Cuál de todas?

Levanto una ceja.

-¿Cuántas tienes?

-Ufff.

Él suelta una carcajada y me da un beso en la mejilla que consigue dar vuelta el mundo entero.

Luego se aparta y se amontona con toda la gente que está alrededor de una mesa con Rasta. Mi cabeza queda prendida en lo que acaba de suceder sin poder sacarme la sensación de los labios de Ángel contra mi piel.

Santo cielo.

En medio de mi hiperventilación comienza a llamar mi atención que todo el mundo está cada vez más interesado en lo que sucede, así que me despejo pensando en que Ángel por favor no vuelva a hacer eso y me reúno con los demás.

Intento hacerme a un lado entre los chicos que se reúnen con sus vasos y botellas para ver a Rasta sacar una tabla de Ouija.

Oh, vamos... ¿En serio?

Ángel (Muestra gratis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora