6. Fiesta turbia

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-¿Qué te pareció Ángel?

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-¿Qué te pareció Ángel?

La pregunta del director me pone gélida. No quisiera hablar mal de nadie, mucho menos en mi primer día. Hablar mal de otras personas dice más de uno mismo que de los demás. (A veces tengo la sensación de que mamá se mete en mis pensamientos y mete palabras en mi cabeza).

-Un buen chico-digo con la voz demasiado aguda.

Él me observa de reojo mientras andamos por el pasillo de la residencia de mujeres mientras llevo a cuestas la valija.

-¿En verdad?-insiste.

Y me dan ganas de preguntarle si de verdad me está preguntando "de verdad".

-Cla...claro-murmuro-, me enseñó la escuela, me dio un lugar en su habitación y me llevó de regreso hasta su despacho para luego desa...parecer. Estoy ansiosa por comenzar las clases.

El giro repentino en el tema acaba de desmentir todo lo anterior.

-No se preocupe, señorita Rize. Estoy seguro de que su estadía será lo más grata posible-dice él mientras subimos una escalera y vamos camino hasta la habitación número trece-. Conozco a cada uno de mis alumnos, me interesan que puedan confiar en mí.

Debe ser una broma. Una autoridad no es amigo de sus alumnos.

-Muchas gracias, supongo-le contesto.

Y nos detenemos en la puerta. Antes de que abra, le digo:

-Señor Sander... ¿Usted conoce a mi madre?

Mi interlocutor tensa la mandíbula.

-Sí. Fuimos compañeros en esta academia.

¿Academia? Sigo sin entender el por qué del cambio de creer que vendría a una "escuela de verano" a ser parte de un sitio así.

-¿Y...conoció a mi padre?-me animo a soltarle por fin.

Su gesto se ensombrece y los párpados decaen.

-Quizá-asimila al fin, cobrando importancia más por lo que calla que por lo que habla-. Bienvenida a tu habitación en Minder, Azul.

A continuación abre la puerta.

Y el color verde en la habitación me impacta de lleno.

La ventana está abierta de par en par, las cortinas se arremolinan alrededor con las tenues ráfagas de viento y yacen dos camas simples en el cuarto. Mi corazón bombea con fuerza al notar lo que puede significar la escena que tengo delante.

Me acerco rápidamente a la ventana con la sensación de que encontraré a alguien que pudo haberse arrojado. Todo aquí presenta signos de que alguien ha estado viviendo o alojándose en la habitación. Hay un armario de algarrobo delante con fotografías pegadas.

-¿Qué sucede, señorita Azul?

-Parece que...

Él se limita a completar la frase al notar que me detengo.

Ángel (Muestra gratis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora