Ya había pasado unas semanas, su brazo estaba bien y él seguía en mi apartamento, no me había dado cuenta el como los días pasaban, era sábado y ahora nos encontrábamos recostados en mi cama, ya habíamos tomado un baño, así que me llegaba un olor a shampoo de él.
Había comprado un shampoo para él, y estaba nuestros cepillos de dientes en el mismo vaso, era como si... De un día para otro decidiéramos vivir juntos.
Los días en la escuela seguían, pero ahora, cuando regresaba a casa él se encontraba allí. Él casi no salía, lo hacía muy temprano o muy tarde, pues ahora todos conocían su verdadera apariencia y él decía que podía ponerme en riesgo si algún villano se enteraba donde vivía, pero a mi todo eso me daba igual.
Todo parecía diferente, a veces lo veía y recordaba los días en los que íbamos a la UA, todo es tan diferente a esos días... En especial yo, he cambiado... Tal vez todo hubiera sido diferente si no nos separábamos, pero ahora siento que todo el tiempo nos estamos mirando, y me gusta, me gusta poder verlo en cualquier momento y que él me vea, que ya no existan esos nervios o esa incertidumbre de lo que va a pasar.
A lo largo de los días, no lo decíamos, pero crecía la felicidad y la paz en nosotros, la paz que pensé que tenía todos estos años no se compara con lo que siento al despertar en las mañanas y verlo a mi lado, levantarme y calentar agua para dos tazas de café, tener más leche y azúcar porque a él le gustan las cosas dulces, la sensación de estar sentados en la misma mesa durante toda la mañana y en la tarde poder seguir mirándolo.
Cuando pienso en la paz que siento ahora, pienso que todo ha valido la pena, cada maldito segundo de verlo partirse en dos por todos, siento que todo ese tiempo no importa si es el precio a pagar por esta paz que siento ahora... Y si el siente lo mismo, sería lo mejor que me puede dar alguien en esta vida.
Entiendo que no se compara lo que yo pase con todo o que él tuvo que pasar y si aun así, después de todo este tiempo sigue eligiéndome a mi.
—Sabes... —me dijo, mientras estábamos recostados. —Cada vez que me preguntaban si tenía pareja, pensaba en ti y cuando me convertía en esto —señalo todo su cuerpo —No quería hacer otra cosa más que estar contigo... Shouta... Perdóname, por todo, por irme, por no venir en todos estos años...
Lo interrumpí poniendo mis dedos levemente sobre sus labios, no quería que siguiera, no quería que me dijera todo eso porque aunque quisiera decirle que ya no me importaba, mis ojos me estaban traicionando.
No me había dado cuenta cuan deseadas eran esas palabras para mi, cuan feliz estaba de escucharlas, pero no quería forzarlo a decirlas, simplemente quería saber como se sentía y realmente quería que todos estos años él me siguiera amando como yo lo amo a él.
—Si quieres decir que me amas solo dilo —le dijo, fingiendo estar irritado por sus palabras.
—Te amo mucho —me dijo, con una sonrisa —Y siempre lo haré.
—Yo también... —le arroje la almohada en la cara y me senté rápidamente para que no se diera cuenta que estaba a punto de llorar.
—Deberías de ser mas honesto con tus sentimiento —dijo, dándome un abrazo por la espalda.
—Lo soy...
—Entonces dímelo... quiero que me digas lo que sientes cuando te digo que te amo...
Me levante y gire para verlo a la cara, a pesar de que él estaba de rodillas sobre la cama y yo de pie, a penas y estaba a su altura.
—Siento que te amo yo también, y que no quiero separarme nunca mas de ti, ni un centímetro, nunca más, aunque eso implique jamás salir de esta habitación y morir de hambre —le dije, mientras ponía lentamente mis brazos en sus hombros.
Él me miro un poco impresionado, pero no me arrepentí, después de todo el preguntó, si no quería saber la respuesta, me hubiera dejado en paz.
—Creo que podría aceptar morir así —dijo al fin, después de una leve risa.
Se acerco a mi, y yo a él hasta hasta que nuestros labios se unieron, había veces en las que me besaba rápido, corto y con un poco de vergüenza, pero estaba vez cada movimiento de sus labios era lento y disfrutable, mientras yo pasaba mis manos por su cabello.
Me tomo por los hombros girando mi cuerpo y lanzándolo a la cama, quedando él encima de mi, sorprendiéndome un poco.
—¿Intentas lucir genial? —pregunte, con una sonrisa burlona.
—Aunque quisiera no podría, pero no me importa, solo quiero sentirte mío —me dijo, con una mirada gentil.
Cuando veía esos ojos, esa expresión, casi podía jurar que el tiempo retrocedía, que no había pasado nada, que éramos jóvenes y que nos amábamos como si no existiera nada más.
Podía sentir sus manos bajo mi playera, sobre mi abdomen, yendo de arriba hacia abajo, mientras se acercaba a besarme nuevamente.
Si supiera que no le pertenezco a otra persona, si supiera que no quiero pertenecer a nadie más, que no quisiera estar en otro lugar, y que no podría ser más feliz de lo que soy ahora...
—Si pudiera, te amaría en lo que resta de mis vidas, y te estaría los días que no estuve contigo en esta.
Sus palabras se convirtieron en susurros, pero parecía que sus susurros eran lo que mas guardaba en mi memoria, no le basta con hacerme amarlo en esta vida, ahora quiere todas. En el momento me sentía realizado por todo lo que me decía, hasta darme cuenta de que en realidad decía todo eso porque estaba pensando en el futuro... Él estaba pensando que yo no nos queda mucho tiempo juntos...
Pero... Si pudiera compartir más contigo... Aunque sea en otra vida, lo haría.
ESTÁS LEYENDO
All Might y EraseHead [LyO II]
FanfictionSegunda parte de Luz y Oscuridad. Yagi Toshinori regresa a Japón de su viaje a Estados Unidos, donde se reencuentra que su antigua amor, Shouta Aisawa se ha convertido en un héroe profesional y profesor de la academia en la que se desarrollo. Tal ve...