5. Promesas

474 70 10
                                    

—¿Tú... Me odias? —escuche.

Su voz se escuchaba inusualmente suave, apenas si podía escucharla a pesar de que eramos los únicos en la habitación y de que solo él era el que rompía el silencio.

Había escogido una pregunta difícil, al principio, solo sentía tristeza, pero después me obligue a mi mismo a enojarme con él y me repetía a mi mismo que debía odiarlo, pero no podía, y me di cuenta que eso me hacia sentir mal, me llenaba yo mismo de sentimientos asquerosos cuando me di cuenta que... Solo podía amarlo.

Ahora creo que el amor es algo que nunca se acaba, solo cambia de forma y yo no quería que lo que sentía por él se transformará en algo que terminara conmigo, así que me resigne a seguir amándolo y extrañarlo.

—Lo intente... Lo intente por mucho tiempo después de que te fuiste, pero eso solo me hacia pensar más en ti, así que no lo hago... Yo no te odio.

Escuche un sonido extraño, y su respiración cambio, se escuchaba como si ahora le costara respirar.

—No abriré los ojos mientras estés aquí —dije.

—Gracias y lo siento.

Sus palabras sonaban tan tristes y extrañas, que solo con esas palabras pudo crear un ambiente tenso, aunque eso casi me conmovió.

—Yo también lo siento.

Un repentino silencio incomodo se formo después de que dijera eso, me gire quedando frente al respaldo del sillón, dándole le espalda.

—Si fueras tú... —dijo de repente —su fueras tú entonces no me importaría que me vieras.

—No tengo ganas de mirar al asombroso All Might... Ni nada, por algo estoy descansando —dije, sin voltear.

—Claro...

Me dormí, no sabía cuanto tiempo había dormido, pero al despertar ya no había nadie en la habitación. Era un alivio, un poco más tal vez hubiera empezado a hablar cosas de las que no quería que se enterara.

Supongo que la plática no funciona de nada cuando el director nos contó la situación de All Might, y ese mismo día todos los profesores vimos su verdadera forma, una que ya había visto yo, pero con cinco años de diferencia, en un hospital, casi al borde de la muerte. 

Para mi suerte, esa platica parecía haber funcionado, él ya no se acercaba a mi, al menos que estuviera interesado en hablar con Midoriya Izuku, de ves en cuando sentía una mirada sobre mi, pero al verlo la deviaba, cosa que era inevitable ocultar a Hizashi.

—Hablaste con él ¿verdad? —comenzó a molestar, cuando nos encontramos solos en la sala de profesores.

¿Dónde están tus compañeros cuando se necesitan?

—Intercambiamos algunas palabras... —le dije, sin quitar la vista de los papeles que requerían de mi atención.

—Y... —insinuó a que le contará algo.

Le di una mirada rápida y regrese a los papeles, tal vez el héroe número uno sea el único que pueda salvarme. Ja, buen chiste para mi mismo.

—Y nada, solo me pregunto si lo odiaba y le dije que no.

—¿Y ahora te anda viendo como colegiala regañada por eso?

All Might y EraseHead [LyO II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora