Capítulo 15: ojos azules

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Estoy de pie en el marco de la puerta, sin poder mover alguna parte de mi cuerpo, esto es irreal, yo no puedo estar viendo esta imagen, parece como si ellas estuvieran reunidas en este punto, como si tuvieran un propósito para estar todas juntas.

Mi mente queda en blanco, solo puedo observar, aquellas mujeres con el rostro y el cuerpo deteriorado, como si estuvieran muy cansadas, como si su cuerpo hablara por si solo y estuviera pidiéndoles algo, aún así lucen unas ropas hermosas y costosas, algunas de ellas están a la última moda, vestidas de pies a cabeza, totalmente impecables, unas mostrando mucha piel y otras no tanto, todo esto lo sé por las revistas de moda que antes solía leer.

Pareciera como si hubiesen estado platicando y de pronto todas durmieron, pero ¿Por qué no despertaron al oír nuestras voces y el sonido de la puerta?

Al hacerme esta pregunta me doy cuenta de lo ocurrido, hace unos momentos, Liam sacó una llave y abrió, entonces ¿Las mantiene encerradas?

Cosa que quiero saber, me doy la vuelta para encararlo y me encuentro con la misma puerta por la que entré, cerrada a poca distancia, me ha dejado encerrada, ¿Cómo no lo noté? Pero que estúpida, mi mente estuvo procesando las cosas tan lento, que en vez de preguntarle que sucedía me quede en conmoción y ahora estoy encerrada junto a estas mujeres que parecen muertas.

-¿Liam? si estás detrás de la puerta, abre por favor- le llamo apenas en un susurro, ya es imposible que me salga la voz, esto es horrible ya tenia mucho miedo estando en aquellos pasillos cuando me llevaba hasta aquí.

-¿Liam?- cuestiono ya más nerviosa, giro mi cuello para ver una vez más a esas mujeres, pero aún se encuentran en la misma posición

-¡Liam! - le llamo alzando la voz, golpeando la puerta con la palma de mi mano

Pego mi oído a la fría madrea de la puerta, intento escuchar y tratar de percibir algún movimiento
-No me hagas esto, saca me de aquí, por favor- hablo con voz tenue, pero no hay nada detrás

Por primera vez empiezo a caminar por la habitación y es que lo estoy haciendo sin pensarlo, el cuerpo me empieza a temblar, escucho mi corazón cada vez latiendo a más velocidad.
Me dejo caer en una de las esquinas de esta habitación quedando sentada en el suelo, subo mis rodillas hasta mi pecho y las rodeo con mis brazos, manteniendo la cabeza agachada.

Silencio, ese estúpido silencio que de pronto hay por las noches en una hora no específica, que si estás despierto piensas demasiadas cosas

Me está pasando, empiezo a recordar el momento en que conocí al pérfido de Liam, se presentó ante mí, como un caballero, elegante y juvenil, parecía que tenia principios cuando intentaba cuidarme, aquella vez que no dejó que me durmiera en la sala de su amigo Raúl, aquella vez en esa fiesta, cuando me propuso irnos a vivir juntos. Todo era por ambición, por mantener el trabajo con mi madre, ¿Este es su trabajo? ¿Mantener a mujeres encerradas en un edificio alejado de las calles transitadas?

Hace unas horas estaba con aquél vagabundo tan gentil y amigable, Eider, ese es su nombre, fue la única persona con la que estuve, el no pudo avisarle a Liam en que lugar me encontraba, entonces ¿Cómo lo supo? ¿Cómo me encontró?

Me sobresalto, al escuchar una voz, al principio no logro entender, pero habla una segunda vez

-Ya se fue, ¿verdad?

Giro mi cabeza velozmente, hasta poder ver a donde se encuentran las mujeres, no fue mi imaginación, ahí está una chica reincorporándose del sofá en el que se encontraba recostada

-Pobre, ¿Te hizo daño?- Pregunta caminando hacia mí, yo no me he movido ni un músculo, estoy pasmada, con mucho miedo y aprieto mis brazos a mi alrededor aún con más fuerza, puedo verla mientras se acerca, es muy bonita, tiene un cabello rubio perfectamente planchado, lleva un vestido color vino, bastante entallado que resalta sus curvas entre otras cosas.

Reviviendo El Ayer©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora