✿ฺConociendo al desconocido✿ฺ

Desperté en la mañana por la alarma, la tuve que volver a programar desde que mi padre está volviendo a salir con Rohan. Salí al baño, me duché y cuando salí con la toalla tapándome pude ver a Rohan caminar por el pasillo con la camiseta de mi padre puesta. No podía ser más vergonzoso.

–No es lo que tú crees –rompe el silencio.

–¿Y cómo sé que no tuviste sexo con mi padre?

Se ruborizó y se largó de mi vista. Este día no podía iniciar más raro.

Al poco rato pude apresurarme para ir a desayunar después de ese vergonzoso momento, cuando llegué al comedor el desayuno esta servido pero no había señales de mi padre y es entonces que ese mangaka volvió a aparecer frente a mi. Por primera vez no lo miró en mala pero si estoy lo bastante confusa.

Él suspira mientras sostiene una taza en sus manos.

–Tu padre fue a trabajar más temprano. Quería que te diera desayuno y te acompañara al colegio.

Puede que él sonría tranquilo pero yo sigo temiéndole un poco después de todo lo que ha sucedido. Tomamos el desayuno juntos, ninguno dirigió ni una palabra, creo que también debería intentar hablarle. No soy fanática de lo que él hace pero supongo que podría ser una increíble persona, eso espero.

Salimos de casa, allí inicio charla.

–Así que, ¿cuándo iniciaste a ser mangaka? –pregunté muy curiosa.

–A los dieciséis años –responde tranquilo.

Quedé sorprendida. Supongo que alimenté un poco su ego pero ya no sabría qué preguntar, hay tantas cosas que quisiera saber pero no lo sé. Todo esto es tan confuso tanto como para él, supongo que si hago más preguntas acerca de él podría conocer más su postura en todo esto que pasa con mi padre junto a él.

–¿Ya haz pensado en que quieres ser cuando crezcas?

Su voz me quita de sus pensamientos, por alguna razón me sorprende que él me pregunte algo de mi. Creí que yo haría las preguntas agobiantes y típicas para conocer alguien pero al parecer no.

–Aún no lo he pensado pero creo que le daré una vuelta a esa pregunta –sonreí.

No fue tan latoso como esperaba, él me devolvió la sonrisa. Al llegar al colegio me pasó una bolsa de cartón en la entrada, quedé confusa al principio.

–Sé que te sirven comida pero quise darte algo para tus recesos.

Lo tomé agradecida, si una reverencia y sonriente me adentré al colegio.

Todos me quedaron mirando en la entrada, supongo que ya lo reconocieron a él y algunos deben estar más que celosos. Un grupo de chicos se me acercó, me halagaron por conocerlo, ofrecieron llevarme la mochila, un montón de cosas que me halagaron pero tenía que apresurarme. Mi padre me contaba que le pasaba lo mismo en el colegio, que habían chicas que le quedaban mirando pero al menos tengo algo en común en él, tengo la mirada en solo un chico.

Cuando tocó el timbre me senté en donde me siento todos los días junto a Wes pero esperé, algunos empezaron a susurrar chismes mientras me miraban. No entendí nada hasta que Akiko se acercó a mi.

Dulce destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora